Ser feliz

1.7K 108 216
                                    

Disclaimer: Black Clover y sus personajes pertenecen a Yūki Tabata.

Disclaimer: Black Clover y sus personajes pertenecen a Yūki Tabata

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Estas no son las flores que pedí.

—Señorita Noelle... Puede que sea yo, que me estoy equivocando, pero creo que sí fue las que pidió...

—No. No son de este color. Arregla esto ya.

Asta observó la escena desde la distancia. Noelle parecía enfadada. Otra vez.

Cuando le pidió que se casara con él, realmente estaba muy feliz, pero en los últimos meses se la veía distante, apagada y frecuentemente de mal humor. Solo faltaban dos semanas para la boda y ni siquiera le dejaba encargarse del mínimo detalle de los preparativos.

La vio marchándose del pasillo donde había hablado con el empleado y decidió ir detrás de ella para intentar que le contara de una vez por todas qué le pasaba.

—Noelle.

La joven se detuvo y se dio la vuelta para mirarlo. Estaba algo seria. Asta le sonrió y aceleró un poco el paso, pero no obtuvo respuesta por parte de su futura esposa.

—¿Qué pasa?

—¿Cómo va todo? Los preparativos y eso.

—Si me hicieran caso, irían bien. Pero bueno, supongo que podría ser peor.

Asta volvió a sonreír, esta vez con algo de incomodidad, y se rascó el cuello ligeramente mientras desviaba la mirada hacia el otro lado. Estaba bastante preocupado por Noelle, pero no sabía cómo demostrarlo ni tampoco si sería capaz de preguntárselo directamente porque no quería que se enfadara aún más.

—Oye... —dijo acercándose a ella y sujetando sus manos de forma delicada— no te esfuerces demasiado, ¿vale? Te ves algo cansada y no quiero que te enfermes justo antes de la boda.

Alzó después las manos de Noelle y las llevó a su boca, depositando un pequeño beso en sus nudillos. Ella, emocionada, lo miró a los ojos. Sin embargo, después, el cerebro se le anegó con todos los pensamientos negativos que tenía dentro desde hacía semanas y soltó su agarre.

—No te preocupes. Estoy bien.

—¿Necesitas que te ayude?

—No, no. Ya te dije que prefiero ocuparme yo de esto. Debo irme a hacer una prueba del vestido, así que...

—Oh, sí, claro. Ve, ve. Nos vemos más tarde.

Noelle asintió y se marchó. Había vuelto a mentir. No en hacia dónde iba, sino al decir que estaba bien.

Cuando Asta le pidió que se casara con ella —aunque no le gustaron en absoluto las formas, porque lo hizo delante de demasiada gente—, se sintió feliz como nunca antes. ¿Quién no iba a estarlo si se casaba con el amor de su vida? Sin embargo, conforme fueron pasando los meses, las dudas fueron infiltrándose más y más en su mente.

Ser felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora