Capítulo 39: ¿Qué hiciste Emma?

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REGINA

Me sentía muy confundida. Pensé que meterme debajo de las cobijas y dormir un poco me ayudaría a despejar mi mente, tenía tantos pensamientos abrumadores y la presencia de Emma no estaba ayudando. ¿Cómo podía pensar tan mal de mí? ¿Cómo podía culparme por lo que estaba ocurriendo?

—¡Hey! —Se arrodilló en el piso cerca de mi lado de la cama—. Lo siento. Soy muy tonta. No debí hablar sin pensar.

—Quiero estar sola.

—No voy a dejarte sola. No voy a irme de tu lado.

Giré en la cama, dándole la espalda, pero eso no sirvió de mucho, rápidamente se trepó a la cama colocándose frente a mí.

—No insistiré en este momento. Si todo lo que quieres hacer es dormir pues dormiré contigo.

—No quiero dormir contigo nunca más.

Me levanté de la cama —sin importarme caminar descalza—, fui directo a la habitación de Sarah y me encerré allí antes que Emma me lo impidiera. La puerta sonó detrás de mí y Emma volvió a repetirme que lo sentía.

—¿Qué sucede? —Preguntó Sarah dejando de doblar la ropa sobre el sofá.

No pude contestar. Las lágrimas resbalaron por mi rostro y me quedé arrimada contra la puerta incluso cuando Sarah se acercó a mí y me abrazó.

—Todo va a estar bien pequeña. Todo va a estar bien. —Sus palabras me hicieron sentir peor. Además de Emma, no recordaba que alguien más se hubiese acercado a mí para darme consuelo. Daniel y mi padre fueron las dos únicas personas en mi vida que se preocuparon por mí, ahora no estaba segura de quiénes eran Emma y Sarah en mi vida.

Sarah me guió hasta la cama, apartó las cobijas para que me recostara, acomodó las almohadas detrás de mi cabeza y me arropó.

—¿Quieres contarme lo que sucedió? —Preguntó como si yo fuese una niña. Seguí sin poder decir una sola palabra, fue como si no pudiese dejar de llorar. Ella secó mis lágrimas y se quedó conmigo hasta que el sueño me venció.

XXXSQXXX

EMMA

—¿Qué hiciste? —Me preguntó Mary Margaret como si yo hubiese acabado de matar a alguien y ella lo supiera.

—Nada.

—No parece como si fuera nada.

—¿Cómo puedes saberlo? No sabes si hice algo mal.

—Claro que lo sé. Soy tu madre.

—Eso no significa nada porque no me criaste.

—¡Emma! —Dijo por completo ofendida.

—No tengo tiempo para esto. Siento que estoy en graves problemas.

—¡Oh por Dios! ¿Qué fue lo que hiciste? —Otra vez su mirada me hizo sentir culpable.

—Eres la última persona con la que quiero hablar.

Crucé toda la casa hasta llegar al patio trasero y me dejé caer en una de las mecedoras. Suspiré llenándome de paciencia al ver a Mary Margaret acomodarse en otra de las mecedoras frente a mí.

—Tu padre me lo contó todo.

—Por supuesto que lo hizo.

—Emma por favor, esto es importante. Es importante para nuestra familia. Por favor dime que no arruinaste las cosas con Regina.

—¿Dónde está mi madre y qué hiciste con ella?

Sonrió ampliamente. Necesité de varios segundos para darme cuenta de la razón de su sonrisa.

Not in a sexual wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora