¿Qué viene a tu mente cuando piensas en tu primer beso? ¿Un dolorcito en el estómago? ¿Emociones? ¿Tal vez un momento vergonzoso y que prefieres olvidar?
El primer beso, ya sea compartido con alguien especial o el primero que recibes en tu vida, sie...
Ship: Sin Roles establecidos Clasificación: Apta para todo público Contenido sensible: No Género: Fantasía / Romance
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Si le preguntaban, él diría que su estación favorita del año era el invierno, justo en las festividades más hogareñas y, cabe mencionar, en la fecha que celebraba su llegada al mundo. Porque si, Taehyung se sentía divinamente agradecido por existir cada día. Sin embargo, la razón de aquello también iba de la mano con el hecho de que ahora su estación favorita fuera el intermedio entre el verano y el otoño. Es recién que se percata de eso.
Antes solía tener preferencia tanto por motivos personales como laborales. El invierno ayudaba a que sus animales se alimentaran debidamente y se refugiaran en sus respectivos hogares, sin su ayuda. Taehyung podía ir a dónde fuera, tranquilo de que ellos estarían bien, reposando en su lecho de sueño prolongado, mientras se dedicaba a protegerse del frío a su manera. Ahora, el desvío de esa preferencia radicaba más en un motivo de interés personal, que otra cosa.
Hacia exactamente un año que aquel singular pensamiento se hizo presente, cuando la puerta de la cafetería, a la que acostumbraba ir cada martes a almorzar, anunció una nueva llegada, mediante la agraciada campana sobre la misma. Al principio, como cualquier otro día, Taehyung no le tomó importancia, pues él estaba sumergido en su mundo, leyendo la edición actualizada de una revista de jardín para la nueva decoración en el hábitat de los mapaches. Accidentalmente había derramado su té, disipando la nebulosa lluvia de ideas que tenía. Fue justo cuando trataba de limpiar la superficie de la mesa con una servilleta, cuando lo escuchó; un débil siseo escabulléndose hacia el otro extremo del local, perdiéndose entre el sinfín de conversaciones por el resto de comensales.
Nunca antes había agradecido tener tan buen oído como en ese instante en que vio una figura revestida de negro, dirigirse al cubículo del fondo donde la luz es escaza. Por primera vez se sintió tan intrigado por conocer a alguien más en el ambiente social que lo ha rodeado toda su vida. Quería saber la razón, sabiéndose que poseía unas deterioradas habilidades para socializar con alguien que no fuera alguno de sus queridos animales. Pocas veces podía mantener una conversación con alguna ninfa subterránea del desierto, un abominable hombre granjero en las colinas nevadas, un grupo de hadas del amanecer, algunos niños traviesos del fuego y el alfa líder de una manada de hombres guepardo. Lo más cercano a sus amigos eran el último mencionado y un hechicero herbolario de nombre Namjoon, a quien visitaba de vez en cuando en su vivero. Fuera de ahí, hacía años que no buscaba relacionarse con algún otro ser viviente que hablara usando palabras concisas.
No hasta el momento. No hasta que lo comenzó a ver un día a la semana, a la misma hora, en la misma cafetería, usando el mismo amplio sombrero de forro negro, del cual pende un largo velo oscuro, acariciando los hombros. Día con día, semana tras semana, Taehyung comenzó a sentirse más y más atraído al enigmático ser que no cargaba algo aparte de un pequeño bolso de cuero al hombro. Nunca antes pensó los límites que poseía hasta que se encontró desplazándose tímidamente a través de la cafetería, escogiendo una mesa cada vez más cercana al fondo. Ojalá eso hubiera sido suficiente.
