Capítulo 4

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Gray llegó primero al lugar donde acordó quedar con Juvia, justo enfrente de la catedral de Magnolia. Dudaba de si ella vendría, estaba en tal estado de shock, que a lo mejor, no se dio cuenta de que la invitó a salir.

Pero Juvia había captado todas y cada una de sus palabras.

Paseó la vista por el lugar, había algunas personas caminando y comprando en el mercadillo de la ciudad. Suspiró para calmar un poco sus nervios, las manos le sudaban así que se las limpió en el pantalón y decidió apoyarse en la pared.

El chico quería hablar de sus sentimientos correspondidos hacia la maga, pero no sabía si llegado el momento sería capaz. Por esta razón, se puso a practicar hablándole a una Juvia imaginaria enfrente de él.

-¿Y por dónde empiezo? – se rascó detrás de la nuca – me caes bien.... No, así no... me pareces preciosa... no, así tampoco... Juvia, quiero decirte algo importante, para mi eres más que una compañera del gremio, eres la luz de mis ojos... ¡Tsk! A veces resultas empalagoso Gray – se regañó a sí mismo – lo mejor será no decir nada.

-¿No decir el qué Gray-sama?

Gray dio un pequeño respingo y se dio la vuelta lentamente reflejando en el rostro temor.

-Na... nada – la cara del mago era todo un poema ¡Literalmente!

Mierda, mierda mierda! Acaso ¿lo ha escuchado? Por favor no, o si no que venga Natsu y me golpee"

-Yo... solo... quería preguntarte que fue lo que te hizo... enamorarte de mí – lo último lo dijo casi en un susurro, le daba mucha vergüenza hablar de ese tema pero por lo menos, lo había introducido, solo faltaba llevar el hilo conductor de la conversación hacia sus emociones.

Juvia se sorprendió ante la pregunta y se sonrojó un poco bajando la mirada al suelo, cohibida.

-Bueno, Gray-sama pudo despejar la maldición que cernía sobre Juvia, despejó el cielo y eliminó la tristeza en el corazón de Juvia – se llevó una mano al pecho recordando la primera vez que lo vio en la azotea de su antiguo gremio – además, gracias a usted, pude conocer Fairy Tail, mi familia – le sonrió tiernamente, levantando la cabeza y entrecerrando los ojos – en verdad, le agradezco por todo, pero hay más...

"¿Más, a qué se refería?", se preguntó Gray mentalmente.

-Cuando Juvia lo conoció de verdad y supo de su pasado, sintió que necesitaba un apoyo fiel y también... sé que usted no es tan frío como quiere mostrar, conozco su otro lado...

"¿Ah, de qué habla?", cada vez estaba más confuso. Si el rostro de Gray antes era un poema, ahora es un puzzle con las piezas esparcidas. No entendía nada y se le hacía difícil comprenderla.

Ante las expresiones del muchacho, Juvia continuó hablando para explicarse mejor.

-Su otro lado amable y cálido, en verdad le cuesta mostrarse como realmente es... es usted una persona intrigante y eso atrae a Juvia.

Gray se quedó anonadado, congelado como una estatua, ¿Qué se supone que le respondería ante eso? No lo sabía, directamente no tenía respuesta. El único gesto capaz de hacer fue rodear con sus brazos a la maga de agua.

Ella había podido leerlo a la perfección y se sentía como un libro abierto sin haber dicho ni una palabra. Un libro que llevaba candado, pero que ella había sido capaz de introducirse en él aún sin tener la llave, había sido capaz de leer sus folios en blanco escritos con tinta invisible.

Respiró hondo, separándose un poco de ella, la miró a los ojos decidido por fin a serle sincero y honesto con sus sentimientos. Por un momento, le dio la sensación de que sus pupilas danzaban como las olas del mar esperando su respuesta.

Connections - GruviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora