~CAPITULO 3~

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Estaba en la sala con Emily viendo una película cuando me doy cuenta que se había quedado dormida, así que subí y la recosté en su cuna.

Bajé y fui a la cocina donde estaba Nora ojiando unas recetas de cocina.

Se sintió cerrarse la puerta principal y a los segundos apareció Lucía con su hermano Samuel. Tienen mucho parecido, ella es castaña oscura, ojos verdes-azulados claros, de un 1,70 con un cuerpo de infarto y el tiene el cabello castaño oscuro con ojos entre gris y azul con una mirada penetrante y ni hablar del cuerpo bien tonificado.

A decir verdad es muy guapo. Pero en mí causa un miedo e incomodidad increíble, más con su altura de 1,90 apesar que de por si le tengo miedo a cualquier hombre que se me arrima. Pero con Lucía es todo lo contrario.

—¡Hola Kayla y Nora!— Saluda Lucía sentándose en un banco de la isla frente a mí y su hermano a su lado.

—¡Hola!—decimos al unísono con Nora para ambos.

—¿Y mi hija?— pregunta ella.

— Esta dormida. Salimos a dar un paseo y la agotó—comunico mientras siento la penetrante mirada de los dos hermanos en mí.

—Querida, ¿te ofrezco algo a ti y al joven Samuel?— pregunta Nora con una sonrisa.

— Para mi un café, por favor. Estoy exhausta.

— Para mi agua solamente, por favor— pide él con voz ronca.

Recién viene hablar sin dejar de mirarme.

Y yo sólo quiero que deje de mirarme, me está poniendo nerviosa y cuando me miran empiezo a ruborizarme, además que con su sola presencia estoy incómoda y encima esa voz ronca me hizo dar un escalofrío tremendo.

— Aquí está su café y su agua joven.— Nora deja una taza al frente de Lucía y un vaso de agua al señor que al fin deja de mirarme.

— Gracias—agradece Lucía—. Kayla necesito que mañana cuides a Emily desde las 4.00pm hasta que lleguemos como a media noche más o menos, ¿podrías hacerlo?

— Claro que sí—respondo con una sonrisa de boca cerrada.

— Gracias no sabes de la que me salvas. No te preocupes por el pago te lo pondré como extra.

Asiento y le digo un "gracias" para luego pasar a que ella le diga al señor Samuel que piense lo que le dijo que ni idea y él sólo rueda los ojos y asiente mientras posa su mirada nuevamente en mí por unos segundos y luego saluda a todas yéndose.

Raro, no, muyy raro. Me acuerdo cuando lo conocí...

Flashback....

La señora Lucía me está presentando a su familia que son sus padres: el señor Jasón y la señora Eva. Su esposo Elías, su abuelo Santino y a su hermano el señor Samuel con su novia.

Todos son un amor, bueno menos los dos últimos porque él es muy serio y tiene un cierto aspecto misterioso que asusta y da curiosidad a la vez y bueno ella es la típica chica idiota si no que lo disimula demasiado bien.

¡Hola, Mucho gusto! Soy Kayla— digo estrechando la mano de todos.

Cuando estrecho la mano del señor Samuel siento correr un escalofrío extraño mientras nos miramos fijamente por unos segundos pero la retiro inmediatamemte y él aparta la mirada de mí.

Bueno Kayla ya te presenté a mi familia, a mi hija y a su nana. Eso quiere decir que el empleo es todo tuyo— me dice la señora Lucía.

Aunque me dijo que no la llamara señora.

Muchas gracias señ... eh, Lucia— contesto con una sonrisa nerviosa por mi equivocación.

Paso la tarde con la pequeña Emily que es todo un amor pero me he dado cuenta que cuando está el señor Samuel cerca se siente raro o es incómodo el momento y no me gusta nada esa sensación.

Es la misma sensación que sentí con Él... En el peor día de mi vida y me hace sentir débil.

Fin de flashback...

Voy de vuelta a casa y solo pienso en darme un baño relajante comer de la rica comida de mi madre e ir a la cama.

Terminé de comer, me di una ducha, ahora si mi linda y cómoda cama me espera, espero dormir bien y sin mis pesadillas como todas las noche porque realmente no quiero tomar de nuevo la pastilla para dormir.

Mi doctora me ha dicho que debo tomarla en ocasiones necesarias y así de a poco poder no depender más de una maldita droga.

Me acuesto con mi pijama de mickey mouse, sí, sí, diganmen infantil pero es que es cómodo.

En segundos caigo en la inconsciencia.


Contrato de la Felicidad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora