Capítulo 1

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Sábado 8:00 am, un día normal como cualquier otro, claro para todas las personas, menos para mi familia, pues nos encontrábamos afuera de mi casa (me despedía de mis amigos), listos para mudarnos, quién diría que mi vida, la vida de ******, una chica de 15 años cambiaría radicalmente…
1 Mes antes
El amanecer había salido, los rayos del sol entraron por la ventana, iluminando cada vez más la habitación, abrí los ojos, al levantarme de la cama pude ver que esa mañana era muy bella, el sol alumbraba cada rincón, las avecillas cantaban alegres en los árboles, desplazándose por el cielo, azul como el mar con nubes blancas que formaban diversas figuras, las mariposas revoloteaban de lugar en lugar, aún no lo creía, hoy era Lunes, hace tan solo dos semanas había sido mi clausura, parecía un sueño.

Había terminado la secundaria, ahora iniciaría la prepa, pero ¿cómo es que paso el tiempo tan rápido?, termino la secundaria, pero también una parte importante de mi vida, pues dejo en el pasado esos tres años, en los que pasé momentos inolvidables, todas las bromas y locuras que pasé a lado de Alejandra y mi mejor amiga Gaby, las veces que me vio llorar por medio año, la única que me acepta y quiere con todo y mis bellos y locos errores, las veces que aprovechamos el tiempo libre entre las clases para platicar, el tiempo que pasé escribiendo cartas para levantarle el ánimo y viceversa, las veces que nos rayaron las manos y los brazos por ambos lados, expresándonos el cariño que sentíamos la una por la otra, o cuando en la clase de educación física comenzamos a pelear amistosamente, con flores para luego rodar por el suelo y abrazarnos admitiendo estar locas.

La vez que escupí mi jugo por un chiste que me contó, y cuando ella se estaba ahogando por reír de tantas locuras que salían de mi boca sin pensar, o la vez en que Alejandra y yo la molestamos casi por dos semanas, diciéndole que su hermano era el perro de la secundaria, que se relajaba al meterse en la fuente. Bellos momentos junto a ellas, pero no tampoco podría olvidar a Gabriel, el único chico que ha movido completamente mi mundo, en esos tres años, pero también el único que me ha traicionado, jugado con mis sentimientos y pedido una oportunidad por más de dos veces, pero con el tiempo descubrí que era mil veces mejor ser su amiga, además ya no lo amaba, ya que él se encargó de matar ese amor que alguna vez sentimos y aunque el intentaba ponerme celosa no lo lograba, después dejo de intentarlo, nos hicimos amigos, él me hacía sonreír cada vez que estaba triste, y me protegía en caso de que alguien me hiciera daño, en pocas palabras se encargaría de golpear al tipo responsable de mis lágrimas.

Yo no me quedabas atrás lo ayude con un problema psicológico, lo hacía recapacitar en algunos de sus errores, desgraciadamente no todo fue color de rosa, pero aun así dejé atrás los problemas, que me invadieron, los problemas económicos, la perdida de William, un señor de 58 años, tenía dos hijos uno de prescolar y otro que fue mi compañero de clase durante la primaria, el señor me quería mucho como si fuera su hija, lamentablemente murió, eso sin mencionar que la mayoría de mis compañeros no me hablaban muy bien, debido a que unos me odiaban, y otros me envidiaban, pues mientras todos se la pasaban matándose por estudiar para los exámenes, yo solo me sentabas a ver televisión, y cuando llegaba el día, las respuestas llegaban a mi mente, de lo que trataba la clase, los demás me hablaban bien pero no con mucha frecuencia y otros no me hablaban porque me creían rara y aburrida, debido a que nunca me veían en fiestas, pero en realidad siempre mantenía mi mente pensando, a veces me la pasaba platicando con Gaby, o nos la pasábamos haciendo locuras, locuras que los demás no veían por su relajo, algunas veces sólo faltaba hacer un convivio con buena música para que enseguida comenzara a bailar con Gaby, a pesar de eso yo siempre tenía una sonrisa que ella me enseñó a mostrar, no importaba cuanto me dañaran, yo perdonaba a las personas, ya que descubrí que si no lo hacía yo misma me harías daño, viviendo con el corazón lleno de odio y rencor.

Pero éste día me sentía con un poco de melancolía, pues todo eso se había quedado atrás, a pesar de que las seguía viendo la mayoría de los días, pero eso no me detuvo, así que me pusiste unos jeans negros, una blusa rosa con decoraciones blancas y mis converse negros (mis favoritos), me peinaste, estaba lista para comenzar el día, y como sólo faltaban dos semanas para que las clases iniciaran, decidí ir a mi escritorio que se ubicaba a lado de mi ventana, prendí el ordenador y comencé a buscar preparatorias en las mi hermano Andreas y yo pudieran estudiar juntos, ya que se llevaban muy bien y los dos compartían esa idea, pues él había estado trabajando por un año, además sería más fácil, así ya tendríamos con quien reunirnos en el receso, y no tendríamos que ir solos en el trayecto de la escuela hacia la casa, aunque tendría que pasar el último año sin su compañía, pero ya tendría amigas aunque Andreas esta vez tendría que pasar su primer año de universidad solo. Pues él se saltaría un año.

Mientras continuaba mi  búsqueda comencé a escuchar música nada más y nada menos que a Linkin Park, empecé a informarte y analizar preparatorias en las que Andreas y yo podríamos estudiar, me imaginé como sería todo, y ese pensamiento era hermoso, tome una hoja y anote el nombre y ubicación de tres preparatorias, ya que si no nos aceptaban en una lo harían en otra, acto seguido pause la música, salí de mi habitación dejando la puerta cerrada, baje las escaleras y sin pensarlo me dirigí a la cocina, en donde se encontraba mi madre preparando el almuerzo, me detuve alado de ella y dije:

-Hola mamá, buenos días

-Buenos días ******

-Estaba en internet y comencé a… -Elena me interrumpió, y aunque no lo solía hacer me miró y con timidez me dijo

-Sí, hija sé que es importante o de otra manera no estarías tan entusiasmada, pero ¿podrías decirle a tu hermano que baje a almorzar

-Hay! Pero mamá, bueno está bien

-Gracias ******

No estaba satisfecha pues no me dejó terminar, pero tenía que obedecerla, así que fui por mi hermano, era eso o ser castigada, una vez subiendo las escaleras, me pare enfrente de la puerta de Andreas, toque dos veces y entre, él estaba recostado en su cama con sus audífonos, yo me acercaste y de manera un tanto brusca se los quite

-Hey! Que haces

- jajaja no seas llorón- respondi burlona

-¿Por qué me los quitaste? Estaba escuchando Velvet Revolver- dijo extrañado por tu acción

- Buena música- dije asintiendo con la cabeza- como sea, Elena quiere que bajes para almorzar.

- Si claro, ya voy- dijo Andreas levantándose de su cama.

Por respeto la llamábamos mamá o madre, pero una vez estando solos o con amigos la llamábamos  Elena, lo mismo hacíamos con nuestro padre Charlie, quien trabajaba de 8:00 am a 5:00 pm, pero tenía tiempo de comer con nosotros a las 2:00 pm, Elena trabajaba por las tardes, ella y Charlie se iban después de comer y ambos llegaban a las 8:00pm. Terminando de almorzar Andreas regresó as u habitación, Elena recogió los platos y yo le ayude a lavarlos, había guardado la nota en el bolsillo de mis jeans, una vez terminado con los platos, saque la nota y me dirigí a Elena

-Mamá estuve investigando en internet sobre algunas prepas en las cuales Andreas y yo podemos estudiar

-Olvídate de eso ******, tu padre y yo no s encargaremos 

-Pero solo faltan dos semanas contando esta- dije muy alarmada 

-Tranquila, todo estará bien, de hecho estará mejor que nunca- contestó Elena relajada, con una sonrisa en su rostro y luego se marchó de la cocina.

Confundida por la reacción de Elena subí  a mi  habitación cerrándola de un portazo, pues no me agradaba cuando ella o su Charlie tomaban decisiones de esa clase y tan repentinamente, como cuando dejé en sus manos el disfraz que usaría el Día de muertos, pues me habían enredado en una sábana blanca, colocando hojas de un árbol de manera ordenada para luego decir que estaba disfrazada de una diosa griega, sin duda esa había sido mi peor experiencia, pues mientras iba caminando todos me miraban como si fuera un bicho raro, iba acompañada de Andreas y Georg, ellos no tenían ningún problema con mi apariencia, se estaban divirtiendo, éramos tres niños pidiendo dulces en una bella y larga noche, hasta que apareció Jack Stephan Henderson García, el típico niño abusador egocéntrico que no es más que un niño de papi, en cuanto lo vi estaba segura de que habrían problemas

-Oh! Mira nada más a quien tenemos aquí, a una niñita vestida de tonta acompañada por otros dos tontos- dijo con un tono de burla

-Déjanos en paz Stephan- respondí un tanto enojada

- Oh no!, una bruja me habla, a cierto solo eres tú ******

En ese momento lo empuje, lo que provocó su caída en un arbusto derramando su bebida en su playera, con una sonrisa dibujada en el rostro seguí caminado, pero Stephan se levantó en el suelo me agarró desprevenida y también me empujó, al verme en el suelo se rio a más no poder, Andreas se dirigió hacia a mí para ver si estaba bien, pero Georg no se pudo contener y de un puñetazo derribo a Stephan, ambos tenían mucha fuerza como para ser niños de ocho años, menos Andreas ya que era un año mayor pero a él le importaba como estaba, desgraciadamente esta vez Georg no me ayudaría respecto a la decisión de mis padres. 

Rosa De Vida - By: RubiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora