CAPITULO 18

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Me detuve de golpe al ver a Di Marco parado al final de las escaleras.

— Mi amor —. Trate de sonar lo más natural posible

— ¿Por que tardaste tanto? —. Pregunto con una pizca de molestia, baje lentamente las escaleras sin mirarlo a los ojos

— Me he retocado un poco el maquillaje, por eso me he demorado —. Hable llegando hasta él

Movió la cabeza de arriba hacía abajo, como si todo lo que yo le dijera fuera una mentira.

— Te están esperando los invitados, tú madre y él mío ya se van —. Respondió tomandome con fuerza de la cintura

— Si, claro —. Caminamos hasta llegar a la sala de estar, las miradas recayeron nuevamente en nosotros

— Hija es hora de que nos vayamos —. Se acerco mi madre

— Si madre —. Respondí

— De verdad que estoy muy feliz de que te vas a casar con Di Marco —. Acerco sus manos a mi rostro

— Nunca dudes de el amor que ustedes dos se sienten —. Me miro con cariño, baje la mirada culpable, no estaba del todo segura de casarme con él

— Gracias madre —. Volví a mirarla

— Bueno adiós hija, que descanses —. Se acerco y dejando un pequeño beso fugaz en mis mejillas

Se despidió de mi, se alejo y se despidió de Di Marco, lo mire sabía que él era el hombre de mi vida, pero Axel me hacía cambiar de opinión.

— Hasta luego Antonella —. La voz de Roberto me saco de mis pensamientos

— Hasta luego Roberto —. Estrelle mi mano con la de él en forma de despedida

Me sonrió y después se alejo de mi, tomo a mi madre de la mano y juntos salieron caminando de la casa, se veían con tanto amor, así como me veía Di Marco.

(...)

Suspire cansada, los invitados ya se habían ido, estaba recogiendo los platos de la mesa.

Me sobresalte al sentir unas manos en mi abdomen, gire levemente mi cabeza me di cuenta de que era Di Marco.

Volví a concentrarme en la mesa, él hizo aún lado mi cabello, esparciendo pequeños besos húmedos por mi cuello.

Sus manos se deslizaron como mantequilla por mi vestido, pero lo detuve de golpe al sentir sus dedos muy cerca de mi vagina.

— Hoy no Di Marco —. Hable con pesadez

— Esta bien, esta bien —. Se alejo de mi

— Vámonos a dormir —. Tomo mi mano con delicadeza

— Tengo que terminar de limpiar —. La aparte

— Mañana lo haces, por hoy solo duérmete conmigo —. Lo mire

Sus ojos me suplicaban para que durmiera con él.

— Esta bien —. Sonreí levemente

Camine por delante de él, subía las escaleras con rapidez, mi vista se desvío al ver la puerta de Axel entreabierta.

Trague saliva nerviosa y seguí mi camino hacía mi habitación, entre y sin detenerme fui directo al baño, tomando mi ropa para dormir.

Cerré la puerta a mis espadas, recargue mi espalda en la puerta, me pase las manos por mi rostro frustrada.

No sabía lo que me estaba pasando, solo quería que mi corazón volviera a sentir lo mismo que al principio con Di Marco.

EL PECADO DE AXEL (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora