Capítulo 6: "Marcas"

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"¿Qué pretendes conseguir con estas tonterías, Bill?", tartamudeó con nerviosismo el niño. 




El demonio lo observaba con una intensidad que desorientaba al menor, por ello y por toda la situación que se había creado tan de repente, necesitaba salir de ahí cuanto antes. 

El corazón de Dipper latía mucho más rápido de lo que nunca había latido y sentía todo su cuerpo arder bajo el del demonio, quien todavía permanecía encima; un poco más pegado a cada momento que se despistaba. 




"¿Necesitas que te haga una diapositiva o que te lo relate en verso? Pretendo descubrir los límites de tu cuerpo, Pino. Quiero saber lo que me puedes hacer sentir...", con cada palabra Bill se acercó para hablarle a la oreja con cierto tono travieso, aunque la seguridad que transmitía a cada sílaba era verdaderamente abrumadora. 





Dipper pareció comprenderlo todo al instante, pues su rostro se tornó de un rojo rubí brillante.
De seguido empezó a removerse, empujándolo y tratando de salir de debajo. 




"¡No me toques! Se supone que te tenías que ganar mi confianza, ¡así no vas a lograr nada!", alzaba el tono un poco más de lo permitido y su expresión decía miedo, no obstante su cuerpo temblaba con cada mínimo movimiento del demonio. 


"Ya está bien, niño", cortó su nerviosismo de raíz con una voz gutural que rozaba el infierno. 




El castaño se quedó petrificado observando su mirada de un rojo advertencia, junto con su sonrisa afilada. 

La voz de Dipper no respondía, simplemente no obedecía a su cerebro.

Quería replicarle, quería apartarlo y gritarle, que su hermana se despertase y salir corriendo. 

Pero no podía, estaba en estado de shock, extrañamente no tenía miedo. 

Lo que sentía eran unos nervios agradables. 

Al ver la escasez de movimiento del niño, su ojo volvió a ser tan amarillo como lo habitual y rodó por su cuerpo, estudiando su piel. 

Se acercó a observarlo desde cerca. 

Esos ojos castaños que siempre lo miraban con una falsa seguridad, a veces con temor, a veces destrozado...
La adicción que le causaba esa mirada era extrema, soñaba con provocar más versiones de esos ojos y que todas ellas fueran por su culpa. 

Entrecerrando la mirada con un aura más tranquila, Bill volvió a estar lo suficientemente cerca como para rozar sus labios con los del otro. 

Dipper se tensó hasta las puntas de sus extremidades, inmediatamente teniendo la reacción de empujarlo por los hombros. 




"Bill--", consiguió por fin hablar, pero cuando quiso decirle algo, ya lo había interrumpido con un nuevo beso. 




Esta vez, el beso era sin duda mucho más apasionado. Podía sentir las ansias de consumirlo. 

La mano izquierda del demonio agarró al niño por el cuello, apretando con la fuerza necesaria para mantenerlo donde quería, pero no tanta como para ahogarlo. 

Con la otra, comenzó a descender su mano con travesura por su torso, apretando las yemas para que sintiera su tacto más que su existencia. 

En este punto, Dipper solo podía sentir cómo su propio cuerpo ardía cada vez más, acelerando su pulso, temblando en cólera. 

Agarraba los hombros del otro tratando de todas las maneras posibles apartarlo, utilizaba toda su energía, en vano. 

Bill, a su vez, disfrutaba en creces de todas las sensaciones deliciosas que iban creciendo en su interior. 

" ESCÚCHAME "       [ Billdip ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora