Capitulo 4: No lo pienso hacer.

4.7K 345 13
                                    

Estando en mi última clase me lleve una incómoda sorpresa, al llegar veo que la forma de sentarse es por orden alfabético, la maestra me dijo que voy detrás del joven Mason. Asentí con la cabeza y camine hasta el lugar.

Tome mi lugar y por desgracia me doy cuenta que el joven Mason es sin nada menos ni nada mas Aidan.

—Ahí no. —Dije en el momento que lo vi. —Esto debe ser un castigo, Dios que hice. —Me deje caer en la silla decepcionada.

—También me alegra verte linda Alena. —Dijo Aidan esbozando esa maldita sonrisa que hacen que mía pierna tiemble.
¿Porque? Jamás en la vida alguien me ha puesto así, nadie. ¿Porque este idiota me pone nerviosa?

—Hola Aidan. —Dije en un suspiro como de agotamiento, se limitó a sonreír eh giro para poner atención en la clase.
Gracias a dios.

Sonó el timbre y eso significaba fin de clases, tome mis cosas para salir del salón y Aidan hizo lo mismo, no volvió a girar en toda la clase, yo pensé que estaba dormido.

—Bien hermosa ¿Quieres confesar algo? —Dijo recargando sus brazos en el respaldo de su silla, me miro directo a los ojos, esbozando una sonrisa traviesa.

— ¿Como que tendría que confesar? —Dije levantándome para salir pero él me lo impidió, se levantó y puso uno de sus brazos en la pared para no dejarme seguir.

—No lo sé talvez ¿Quién desinflo los neumáticos del Jeep? —Se acercaba lentamente a mí, sus ojos no se apartaban de los míos, me moví hacia atrás pero quede atrapada entre sus brazos y la pared. Malditamente ya estábamos solos en el salón, hasta el profesor se ha ido.

—No sé de qué me hablas Aidan.
—Maldición me descubrió ¿Cómo? ¿Quién le dijo? ¿Emerson? claro es su hermana ¡Tiene que ser ella!

—Venga Alena acéptalo y no te ira tan mal. —Sentí su aliento a menta chocar en mi rostro, mire directamente a sus ojos y le sostuve la mirada, si no me ve nerviosa dudara de la información.

—En verdad no sé de qué hablas.
—Dije muy segura de mi misma. No me va a ganar.

— ¿Conoces esas cajas blancas con lentes que se llaman cámaras de seguridad?-Mierda.-Las hay por toda la escuela. —Dijo en susurro en mi oído, sus manos ya estaban en mi cintura.- y sobre todo en el estacionamiento.

Púdrete Aidan.

—No te lo imaginas lo que te espera. —Se retiró de mí para cargarme y ponerme en su hombro para después comenzar a caminar. Parezco costal de papas.

—Bájame inmediatamente Aidan. —Dije golpeándolo en la espalda pero es duro como una roca.

—Tú te lo buscaste Alena. —Dijo haciendo mover el brazo para que saltara un poco. Maldición.

—Yo no hice nada Aidan. —Volví a decir pero lo único que logre fue que él se riera. Pasamos por los pasillos como si nada pasara y los que nos ven no hacen nada. ¿Qué es ya costumbre ver a Aidan con chicas en los hombros?

-No gastes energía que la vas a necesitar. -Camino hasta llegar al estacionamiento y me bajo justo al lado de la Jeep, al mirar vi una bomba de mano en el piso. — ¡Empieza! —Esperen ¿Este idiota cree que voy a inflar los neumáticos con una bomba de mano?

— ¡No pienso hacerlo! —Me cruce de brazos y negó con la cabeza, al instante sentí como me empujaron y quede entre la camioneta y sus brazos. —Aush.-Dije en cuanto sentí el golpe en si codo. Todos nos observaban como si fuéramos un circo.
¿No tienen nada mejor que hacer?

Lindura no me hagas ser rudo contigo por favor. —Dijo con su cabeza abajo y moviéndola un poco a los lados. ¿Rudo? Paso una de sus manos por mi rostro y adueñándose de mi cuello.

— ¿Serias capaz de golpear a una mujer? —Al decirlo Aidan levanto la vista y puso una de su otra mano en mi cuello para hacerme mirarlo a los ojos.

— ¿Me crees capaz de golpear a una mujer? —Dijo en susurro muy cercas de mis labios.

—No lo sé Aidan, apenas te conozco. —Dije pasando mis brazos por sus hombros y rodee en su cuello. No solo él sabe jugar este juego.

—Ammm ¿Perdón interrumpo algo? —Dijo Arlena detrás de Aidan con su maldita sonrisa burlona. Me torturara días con esto.

—No nada. —Dije nerviosa separándonos al instante, camine para quedar justo frente a ella, con la mirada le pedí ayuda y gracias a dios lo entendió.

—Ya es hora de irnos hermanita.
—Dijo tomándome del brazo para alejarnos y cante victoria al ver que Aidan no dijo nada. Esperen falta.

— ¿Se te olvida algo? —El maldito me mostro lo que me hace falta, mi mochila, volví a él para tomarla y en cuanto puse la mano en mi mochila una metal rodeo mi muñeca para después rodear la de él.
No vuelvo a cometer un delito.

—No iras a ningún lado. —Dijo esbozando una maldita sonrisa que me hiso desesperarme.

-Aidan ¿Qué quieres de mí?-Comenzó a hablar ya impaciente.

—Que infles de nuevo mis neumáticos. —Lanzo mi mochila por la ventana de la Jeep a la parte de atrás. —No te preocupes yo la llevo cuando termine con su travesura. —Me gire a Arlena y ella solo se encogió de hombros y comenzó a caminar hacia atrás.
Traidora.

—Ok, hermanita te espero en casa, ah y gracias a ti estaré en detención sola, así que te dejo sola por la travesura que hicimos ambas. —Dicho esto se giró y camino más de prisa, subió a su auto y me dejo. Literal la maldita se fue sin mí.

—Ya lo acepto tu hermana, así que acéptalo tú y terminamos con esto. —Giro mi rostro con sus manos para verle. Hizo un movimiento de muñeca para provocarme dolor y hacer que me pegue más a él.

Maldigo a quien las invento.

— ¿Si lo acepto me dejaras ir?
—Dije arrugando las cejas un poco y mirándolo incrédula.

—Ammm Talvez. —Dijo tomándome con su otra mano de la cintura y pegándome a él completamente. —Tendrás que convencerme.
—Sus labios estaban tan cercas que rosaban los míos, no sé qué me pasa con este chico ¿Porque quiero besarlo pero a la vez darle una paliza?

— ¿Y cómo tengo que convencerte? —Pase de nuevo mis brazos por su cuello y ladeando un poco mi cabeza para que encajara con la suya a la perfección.

—No lo se intenta algo. —Dijo algo coqueto y encogiéndose de hombros.

— ¿Qué demonios significa esto Aidan? —Escuche a mis espaldas la voz de Joselyn, me gire para verla y estaba con sus amigas. Me separe de Aidan y este se puso delante de mí.

— ¿Qué quieres Joselyn? —Dijo algo fastidiado. Si me dijo la verdad y no tiene nada con ella esta chica ha de ser insoportable, pero nadie puede ser tan terca, si ella cree eso es porque Aidan le ha de dar entrada.

— ¿Saber qué hace mi novio con esta tipa en sus brazos? —Dijo señalándome, esa chicas esta mega histérica comenzó a gritar y llamar la atención de todos los que pasaba por ahí, claro de los que no estaban ya de metiches.

—Eh tranquilízate y de una vez por todas aclarar esto. —Saco las llaves de su bolillo y abrió las esposas. —Espérame aquí, ahora vuelvo. —Dijo y tomo a Joselyn de la muñeca y arrastro hasta un costado de todos los presentes para hablar. Yo de idiota me quedo aquí, tome mi mochila y Adiós Aidan.

Alergica al amor. (Editando.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora