Capítulo ochoAaron García.
Mi mirada estaba en su pupitre, mi mente estaba en esos ojos, ¿será por el empujón?, ya no estaba encima de él, pudo ser porque es una chica, no podría haber sido un chico, lo hubiera-.
Un jalón de orejas me hizo salir de mis pensamientos, el dolor me dejo con los ojos abiertos y la mire, su rostro estaba radiando furia, claro, no le gustaba sentirse ignorada, por algo es profesora.
—¡Tia! —me suelta después de unos segundos—, ¿Que rayos fue eso? —Dije enojado y confundido.
—Un mes —Pauso, me indico con el dedo índice—. Un mes y ya estas peleando, y tú, Carlos, sabes que te pueden expulsar, tienes una advertencia ya.
—Yo no hice nada —bufé—, Simplemente el me golpeo, estaba discutiendo con Zack y el se metió.
—¿No puedes ser más patético?
—Aaron —Me hizo callar, ella va al pupitre con la palma de su mano en su frente hasta llegar a su silla y sentarse dando un suspiro profundo. —Ve a tu clase, Carlos —él se levantó y salió del salón en el que estábamos.
—Yo también tengo clase —dije sin más.
—Tú te quedas aquí —dijo levantando un poco el tono de voz.
—Tengo examen, tengo que tener buenas notas para graduarme ¿no? —La miré y estaba enojada. Mi tia estaba que votaba humo por la nariz.
—¿Sabes cual fue la condición para que te quedarás aquí? —mi rostro de confusión al escucharla apareció.
—¿Condición? —Pregunté confundido.
—Cero peleas Aaron, —Sonreí, no es enserio lo que me esta diciendo. —No esto-
—¿Y si tengo que defenderme? ¿Que voy a hacer si me quieren golpear? Es estúpido.
—Aaron, todo en esta vida lleva sacrificio —Quedé confundido—. Ignora a cualquiera que te busque problemas, no pelees, si vuelves a pelear te expulsarán y no podré hacer nada —Simplemente miré hacia el techo—. Esa fue la condición para que te aceptaran aquí , no tienes una hoja espectacular así que se pueden dar el lujo de ponerte condiciones —bufé, tendré que evitar pelear, a toda costa
—¿Puedo irme? —Pregunté mirándola serio. Ella suspiró y recostó su espalda en el respaldar de la silla.
—Solo recuerda lo que te dije, no podré ayudarte siempre —Dijo y yo me levanté y empecé a caminar saliendo del salón.
Los pasillos estaban vacíos, todos estaban en clase, caminé sin más hasta llegar a la puerta de mi salón abriéndola. El profesor Howard estaba escribiendo algo en el tablero y yo pase cerrando la puerta para tomar el único puesto libre que había, debo dejar de ser tan impulsivo, pero, ¿como mierda puedo no defenderme si alguien me busca algún problema o me golpea? Eso es estúpido, no tiene sen-.
—Aaron —La voz de Anna que estaba sentada a mi lado me saco de mis pensamientos, la palma de su mano en mi antebrazo recostado en el brazo de la silla. —¿Estas bien? —Caí en cuenta de que todos en el salon me estaban mirando, incluyendo al profesor que me miraba como si esperara una respuesta, dude por unos segundos si hablar o no, la mirada de todos me incomodaba.
—Podemos saber porque entró al salon a esta hora y de esta manera, señor García —Me tome un tiempo para responder.
—Estaba en rectoría —dije seco. Él dudo unos segundos en contestar.
—Para la próxima, diga eso apenas llega, ¿entendido? —Asentí y el profesor empezó a escribir otra vez y todos quitaron su mirada sobre mí. Estaba tenso, quería salir a golpear algo, pero me mantuve simplemente moviendo el pies involuntariamente por un ataque de ansiedad, mi mano a un lado de la cabeza y otra jugando con el bolígrafo.
ESTÁS LEYENDO
Ella Es Mi Calma ©
Romance¿Cuánto puede afectarte la culpa? A Aaron la vida le ha demostrado que tan difícil se puede poner cuando no se toman las decisiones correctas, el pasado lo atormenta constantemente hasta que la conoce a ella. Extrañamente ella logra calmarlo y eso l...