𝟼. 𝑃𝑒𝑠𝑎𝑑𝑖𝑙𝑙𝑎𝑠

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Oh Sehun era la pesadilla encarnada

Sus creyentes y aduladores que lo siguieron desde el comienzo de los tiempos... lo sabían perfectamente.

O al menos, los actuales eran capaz de deducir las catastróficas capacidades de aquel inmortal, con el simple hecho de que apareciera en sus sueños o directamente se materializara en carne y hueso.
Lo más grave para los ancianos del gremio de Los Guardianes, era recordar las cosas de las que este mismo Dios había sido capaz en las Guerras Sangrientas, aquellas donde se pelearon territorios humanos y muchas deidades terminaron decapitadas.

Entonces, Sehun naturalmente infundía terror en la persona que lo observara... porque era el Dios de la Ira.

Por lo que cuando Xiao Zhan lo vio, sintió precisamente eso. Un terror puro invadiendo sus extremidades corpóreas.

Las piernas del adolescente quedaron prendadas al suelo, siendo incapaz de moverlas si quiera un poco. No supo si era por el miedo que sentía, o era producto de algo más. No importaba. Lo que realmente le alarmaba era que... la distancia entre ellos se fragmentaba con cada paso que él daba.

A medida que Oh Sehun quedó visible a Xiao Zhan, pudo apreciarse mejor la apariencia de este extraño personaje.

Un traje negro con los botones superiores abiertos que dejaban al descubierto la pálida área de su pecho y clavículas, los cabellos negros estaban revueltos, y los ojos de aura asesina eran carmesíes.

No parecía real, no debería de ser real alguien como él.
Pero por el grandísimo detalle de no saber diferenciar entre un sueño y lo más profundo de su consciencia, Xiao Zhan entraba cada vez más en pánico.

Oh Sehun erizó hasta el último vello corporal de Xiao Zhan con una sonrisa.

–Hola, hola. –saludó, casualmente. Su voz era ligeramente profunda. –No nos hemos presentado formalmente. —luego, como si olvidara un hecho importante... rodeó los ojos. —Bueno, no ahora...

El pánico lo hizo quedarse mudo por más segundos de los necesarios. Sin embargo, también le dio tiempo para idear una estrategia improvisada: tratar de convencerse así mismo, que no tenía nada de qué temer, porque se trataba de un sueño...

Debía de ser un sueño.

No se esperaba que Sehun contestara.

–Ah, de hecho... quizás lo es... –respondió aquel, captando la atención de Xiao Zhan. –... Pero me confunde porqué eso te produciría tranquilidad. ¿Te hace sentir a salvo?

Entonces, con los ojos bien abiertos, Xiao Zhan lo pensó. "¡Leyó mi mente!"

Por alguna razón, eso encendió focos rojos en el chico. Sus pies por fin parecieron responderle, pero se enredó con los mismos al tratar de moverse y trastabilló hacia atrás en un vano intento por poner distancia en el espacio oscuro e inaudito.

Sehun no se inmutó en lo absoluto. De hecho, pareció entretenido.

–¡No te acerques! —gritó repentinamente, despertando la curiosidad del dios.

—¿Oh? —exclamó divertido.

Xiao Zhan todavía continuaba pensando a toda velocidad, temblando de pies a cabeza sin saber muy bien qué hacer.
El historial de sus pesadillas, nunca involucraban el relacionarse directamente con sus atacantes o amedrentadores. Por supuesto, ¡muchísimo menos involucraba el que pudiera leer sus pensamientos o lucir aterradoramente reales!

"¡Pero incluso si los hubiera leído, es imposible! Él no podría..."

–No la leí. –negó suavemente con la cabeza, tirándola a un lado después. –pero como estamos en la parte inconsciente de tu cabeza, puedo escuchar cada una de las cosas que piensas... como un megáfono conectado. —se rascó la barbilla con los dedos, suspirando. —... mira, realmente no he venido aquí a jugar...

Guardián SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora