Erased消された (Español)

彼の思い出#27

Las cosas siempre fueron más sencillas con Tomura. Me consumió por completo.

Todo en él me cautivaba absolutamente y me mantuvo como rehén de la manera más mortal posible. Se había convertido en el punto culminante de mis días y los picos de mis noches porque todo lo que hacía Tomura, lo hacía sin esfuerzo, como una especie de ángel que había caído de los cielos, descendiendo de la gracia. Ya no se trataba solo del sexo, al menos no para mí.

"¿En qué estás pensando?" Preguntó, sacándome de mis pensamientos, haciéndome parpadear dos veces y enfocar mi visión en su rostro, apoyando la cabeza contra la almohada a mi lado. "Haces esa cosa con tu nariz cuando estás pensando profundamente en algo." Sonreí gentilmente, mirando al hombre cuyos ojos brillaban de vino derramado y las rosas marchitas.

"Ah, nada en realidad." Mentí, sin tener el descaro de explicarle cómo había descubierto recientemente la manera en que hacía que mi corazón palpitara y el estómago se me atara tontamente. "Nerviosa por más tarde." Tomura frunció los labios, rodando sobre su espalda con un suspiro, las sábanas de su cama moviéndose con él. Sé que no le gustaba hablar de trabajo en momentos como estos, siempre tenía esa expresión de culpa cuando le confiaba el miedo terrible que tenía de ser Azureth, de mantener una persona opuesta a lo que era cuando estaba viva.

"No quiero forzarte." Comenzó, su cabello blanco luciendo suave e inflado alrededor de su cabeza, "pero si sigo protegiéndote sin pago, los demás empezarán a sospechar que eres mi favorita." Sonreí, sentándome en mi sostén de encaje negro, apoyándome contra el pecho descubierto de Tomura.

"Aún así soy tu favorita, ¿verdad?" Bromeé, haciendo que sus labios se torcieran en una sonrisa de costado mientras se inclinaba hacia adelante y colocaba ligeramente una palma abierta en la parte superior de mi cabeza. Estos eran los momentos más dulces que disfrutaba con Tomura Shigaraki, los momentos ligeros que hacían fantasear con él aún más. Los tiempos secretos que compartimos, bajo la pálida luz de la luna y los vientos susurrantes, el rostro secreto de Tomura Shigaraki.

"Sabes a lo que me refiero..." Tomura se apagó, sus dedos quebradizos recorrieron sin apretar mechones (c/p), "Se supone que debemos mantenernos en secreto." El rostro de Tomura cayó dramáticamente, haciendo que un ceño fruncido se deslizara por mis labios cuando supe algo parecido a lo que diría a continuación, "Se supone que somos un medio para lograr un fin." Yyyyyyy ahí estaba. Como siempre, de vuelta a lo básico, como si se supone que debía olvidar todo sobre cómo me sentía porque solo nos estamos usando el uno al otro.

"Correcto." Dije secamente, dejándome caer de él para mirar al techo, "Sí, por supuesto." Estaba acostumbrada a esto, había escuchado estas palabras innumerables veces después de que Tomura me dejara seca, jadeante y sudorosa en el borde de su cama. Siempre nos decíamos que esta sería la última vez, que no podíamos volver a vernos, pero yo siempre me las arreglaba para terminar en su cama. No es como si hubiera rogado por él, no me obligué a entrar en su vida ni nada por el estilo. La mayoría de las veces, era Tomura quien llamaba a mi puerta, en las horas extrañas de la noche, normalmente era él el que se arrastraba hacia mí. Aunque nunca lo negué, nunca quise hacerlo.

"Lo usual." Murmuró.

"¿Quién es esta vez?" Pregunté aturdida, mirando a Tomura, viendo su espalda desnuda volteada hacia mí. Su piel pálida llena de cicatrices, cortes que eran mucho más profundas y oscuros que los que decoraban la piel de Shota Aizawa. Las marcas abrazaban su cuerpo, goteando alrededor de su columna vertebral que era muy visible a través de ese papel como piel mientras se encorvaba, haciéndome estremecer ante la vista. Quería saber por qué tenía las cicatrices, quería saber el dolor detrás de cada una, pero tenía demasiado miedo de preguntar. Con sólo mirar las devastadoras marcas, se podía sentir la hostilidad detrás de cada lágrima en su cuerpo.