"Paso 6: "Ahora ven y camina conmigo" Pt. 4

55 14 3
                                    


Hola :3 

Bueno jajaja se que ha pasado mucho tiempo, pero digamos que por fuerzas mayores no pude actualizar, bueno sin mas detalle disfruten este capitulo!!! 

Los quiero y gracias por esperar con paciencia jajajajja espero sus comentarios y prometo actualizar soon!!!

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Phiravich terminó su cerveza y se puso en pie.

—Bueno, chicos, lamento interrumpir esta reunión, pero tenemos que volver. Le prometí a Martinson que jugaría al ajedrez con él después de cenar.

Nos pusimos todos en pie y salimos de la habitación. En la puerta, Fluke me abrazó y me besó.

—Adiós—dijo—, hasta mañana.

Phiravich, Sue y Fluke subieron al descapotable. Un bocinazo, un saludo con la mano, un chirrido de neumáticos y ya estaban en la carretera, alejándose a toda velocidad.

—Recuérdame que le diga a Sue que conduzca con cuidado —dijo James, en un tono un poco seco. Volvimos todos a la habitación de James.

—Fluke y Phiravich son muy amiguitos, ¿no? —dijo Kao, con aire taciturno.

—No te preocupes, no te ha sustituido —respondió James.

—Hay unos cuantos chicos con los que se lleva muy bien —intervine yo—.

En Montreal compartirá habitación con Phiravich, Martinson y Sachs. Me alegro, porque no me gustaría que estuviera solo ni que los demás lo evitaran.

—Está bien —dijo Kao—. No debería ser egoísta, pero... Phiravich era, en realidad, el único amigo hetero que Fluke había tenido jamás. Además de tener nuevos aliados entre los atletas, Fluke también tenía un par de aliados en la plantilla de entrenadores. Yo había estado reuniendo fuerzas para seguir siendo su escudo protector en Montreal, lo cual resultaría bastante difícil sin estar dentro del equipo.

Me había imaginado a mí mismo asegurándome de que llegara al estadio con tiempo suficiente para calentar antes de las pruebas, porque tenía la sensación de que Pirapat no se tomaría la molestia de preocuparse por él, pero Ed Taplinger, entrenador de atletas de fondo procedente de la UCLA, había tomado a Fluke bajo su protección y se había puesto de su parte en la lucha contra Pirapat.

Al igual que Phiravich, Taplinger consideraba que Fluke ya había sufrido bastantes abusos.

Pirapat le daba la lata a Fluke a la menor oportunidad. A pesar de que yo lo respetaba por ser uno de los mejores entrenadores de atletismo del país, me resultaba difícil no llegar a la conclusión de que lo único que pretendía era echar por tierra las oportunidades de Fluke. Tal vez creía que, si le presionaba lo suficiente, Fluke acabaría perdiendo su concentración de cara a Montreal, pero si realmente pensaba eso es que no conocía a Fluke.

Su obstinación aumentaba de forma directamente proporcional a las presiones exteriores que recibía. La manzana de la discordia era el programa de entrenamientos de Fluke. Pirapat no podía creer, o eso decía al menos, que Fluke obtuviera los resultados que obtenía si sólo corría entre 160 y 200 kilómetros semanales.

—No trabajas lo suficiente —le dijo, y lo presionó para que aumentara el kilometraje.

Fluke se cerró en banda y se negó a añadir ni un solo metro. Taplinger consiguió poner furioso a Pirapat cuando le dijo que consideraba que yo sabía muy bien lo que hacía. Me divertía ver a Fluke defendiendo el mismo programa de entrenamientos por el que él y yo habíamos discutido amargamente tan sólo dieciséis meses atrás.

El corredor de fondo (adaptación OhmFluke) -Libro 1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora