Mujer de ingle inquieta que no das besos sin contrato, aunque sea verbal, por un rato, y aunque el papiro sea tu teta.
Aparcas tus sueños en cuerpos anónimos, y haces de tu cama un despacho, donde follar y llorar son sinónimos, donde el olor a fingido da empacho.
Reina del Champán en un piso barato, princesa de la seda en la boutique del desencanto. Arrendaste tu inocencia, hiciste un mal trato. Y la luna llora tu estrella y…, ¡duele tanto!
Mujer de ingle inquieta, llamadas ‘las trotonas’ en Toledo, donde más valía una teta que diez versos de Quevedo.
Que entre ponte bien, y estate quieta, el virgo un día perdiste, y en esto te convertiste: en Mujer de ingle inquieta.
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el cementerio de los versos perdidos
PoetryEste libro está dedicado a todos aquellos que todavía creen que las palabras son el lenguaje de la belleza, la música el idioma del alma, y un beso el único lenguaje válido allí donde no llegan ni las palabras ni la música. A quienes juran qu...