Capitulo Uno

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4 de enero

12:55 pm

El día que Ellos llegaron

El invierno se estaba aproximando en Hustler, estábamos en la cafetería del instituto.

Todos los estudiantes nos habíamos refugiado en ella, con la caída de la nieve las temperaturas siempre solían ser demasiado bajas, mis amigos habían pedido algunos chocolates calientes para salir del frio que hacia afuera, por mi parte pedí un café negro siempre había amado el café por encima del chocolate y la ocasión lo ameritaba.

-He escuchado que han llegado chicos nuevos al instituto - mencionó Olivia, ella por una extraña razón siempre tenía noticias y sabia de algunos cotilleos de las personas tenían, simplemente tenía un buen oído para eso.

-Espero que si sea verdad, no como la última vez que lo mencionaste y no fue cierto, ya me canse de ver los mismos rostros de ustedes perdedores siempre - exclamó rodando los ojos Pieri.

-Creo que ya están aquí - exclamé con un poco de sorpresa - están junto a la barra.- todos en la mesa y en la cafetería nos habíamos girado a mirarlos, tienen que entendernos es un pequeño pueblo y todos nos conocemos, lo diferente y peculiar nos llama la atención.

La cafetería quedó en silencio y los chicos se dieron cuenta por lo que uno de ellos carraspeo su garganta por lo que todos volvimos a lo nuestro menos yo que aun me les quedé viendo, eran un poco guapos, de hecho la palabra guapos les quedaba corta tenían un rostro muy lindo parecían sacados de un libro y con rostro de ángel muy bien detallado.

El chico que carraspeo su garganta fue el que mas llamo mi atención de los cinco que se encontraban allí, tenia unos lindos ojos verdes, era algo robusto y posaba su cabello de color negro, mi interés fue tan obvio que el pareció notarlo que al mirarme soltó una sonrisa ladina, a lo cual yo baje la cabeza muy apenada, el regreso a su poción todavía cotilleando con el rubio de cabellos desordenados.

Salí de la cafetería hacia mi siguiente clase, me di la vuelta para caminar por el angosto y largo pasillo, una multitud de estudiantes caminaban de un lado al otro, invadiendo el lugar, por el cual debía pasar, sentí como choque con un con algo demasiado duro con el cual me proporcione un buen golpe en la cabeza lo que hizo que me desequilibró y cayera fuertemente contra el piso, la escena fue digna de admirar para los demás alumnos que pasaban por el pasillo reprimiendo una gran risa en sus labios.

Mire hacia enfrente de mi y aquel chico rubio que estaba en la barra fue el causante de mi torpe caída, él me tendió el brazo, con algo de pena y con la cabeza mirando al suelo tome su brazo para levantarme, cuando lo logre acomode mi ropa y pose la vista en aquel chico.

-Creo que fue una mala primera impresión, no es así linda - menciono el rubio con una extraña sonrisa entornada en sus labios.

-Eso creo, que las personas pasen como si el mundo se acabara, a veces causa algunos accidentes - exclame arrastrando la última palabra.

-Fiodor Twain - murmuró me tendió una mano

-Eloise Rowell - hice una pequeña sonrisa, estrechando su brazo.

-Y bien linda, que harás al rato - exclamó meloso, subiendo y bajando las cejas, acto que a mi me pareció raro y rápidamente solté su mano, lo mire con desagrado - vamos no pienses que lo dije en un mal sentido, por quién me tomas cariño.

-Hum, no lo siento, vaya que lo pensé mal - lo mire algo apenada

-No pasa nada, a cualquiera le pasa - le resto importancia ante mi comentario - bien, yo y mi hermano daremos una fiesta en la casa a las afueras de hustler cerca del bosque Hamilton, por nuestra llegada, seguro vendrás ¿cierto? -mencionó exaltado y con una pizca de emoción en sus palabras.

Me lo pensé un poco no sabia si tenia algo en qué esperar de sus palabras no eran del todo fiables para mi, el no me inspiraba para nada confianza, pero tampoco me gustaría que pensara que estoy rechazando su invitación nada cortésmente.

-Me pasaré por ahí, solo que traería a algunos amigos conmigo.

-claro cariño puedes invitar a los que quieras, entre mas mejor - menciono mientras acomodaba las mangas de su camisa.

Lo que a mi me pareció raro, que no estuviera muriendo de frío como todos los que estábamos en la cafetería, yo posaba una gran chaqueta negra y debajo de ella posaba varios suéteres de manga larga, el frío era tan infernal, mientras aquel chico rubio parecía sacado de una revista o de una pasarela, parecía que el frío no lo inmutaba de ninguna manera.

-Dame tu numero y pasare por ti y tus amigos - dicho eso me guiño el ojo después de que me tendió su móvil para yo devolverlo cuando le escribí mi número. -Hasta entonces linda pasaré por ti a las ocho- sonrió ladinamente para darse la vuelta y salir de mi campo de visión.

Me di cuenta la hora que era al mirar mi móvil, estaba con veinte minutos de retraso, estaba segura que la profesora Gratel no me dejaría entrar a su clase aunque le inventara una buena excusa.

Me encontraba en la puerta principal del aula, pensando si seria una buena idea entrar y esperar un regaño por parte de la profesora quizás hasta algo peor podría esperar de ella detención o una suspensión segura sin duda me daría, mi segunda opción y para mi era la más fiable al parecer era darme la vuelta y sentarme debajo de el gran árbol que se encontraba en las canchas de deporte donde nadie notaría que no me encontraba en clase.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando la profesora abrió aquella puerta que me separaba de mis pensamientos a la realidad.

Me pose en el umbral de la puerta, aun sin pasar ni emitir palabra alguna, me había tomado por sorpresa, abrí mi boca para comentarle una triste mentira que de seguro no creería pero me obligue a mi misma cerrarla cuando ella mencionó primero:

-Señorita Rowell, no es costumbre de usted encontrarla tarde - mencionó la profesora regordeta con aires de fastidio mirándome a través de sus gafas de culo de botella.

-Disculpe - entorne mi vista hacia el suelo algo apenada- no volverá a pasar.

-Estoy segura de que será así - mencionó dura - por lo pronto hoy no entrarás a mi clase - se giró para seguir dando su clase.

En realidad su clase no me agradaba para nada Historia antigua era la clase que más odiaba y no solo por la materia en la que solo teníamos que ver y aprender fechas con las cuales posiblemente olvidaría en algunos días y no me servirían saber para mi futuro sino también por Gratel tenía un humor de los mil demonios su expresiones siempre eran recias y duras y al parecer yo no le agradaba en lo absoluto y no la culpaba tener que lidiar con adolescentes que lo único que tenían eran las hormonas alborotadas y las ganas inmensas de que las clases se acabarán y allí era donde entraba yo siempre por alguna razón solía llegar tarde a su clase por más que yo quería llegar a tiempo siempre había algo que impedía que entrara al aula en su horario. 

Zach [El secreto de los ellos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora