Nunca se sabe

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Gon subía animosamente las escaleras para entrar a su departamento cuando escuchó un grito de extraña procedencia saliendo de este. Se apresuró en abrir la puerta cuando recordó que Killua le había pedido el departamento para celebrar su aniversario con Mía.

Suspiró pesadamente y se sentó fuera de la puerta. Al inicio estaba feliz por Killua, ya que su novia era una chica buena que lo hacía feliz, pero con el tiempo empezó a molestarle.
Killua dejaba de pasar tiempo con él, por estar con Mía. Técnicamente lo tenía abandonado y eso a Gon le dolía en lo más profundo de su alma.

Se puso sus audífonos cuando los gemidos se hicieron más fuertes, definitivamente no quería escuchar eso. Buscó su playlist favorita y le dió play. Últimamente solo escuchaba canciones de amor y no podía evitar pensar en Killua, en sus abrazos y en sus sonrisas. Sintió que una lágrima cayó por su mejilla y decidió ir con Leorio, por lo menos él sí le prestaba atención.

-¿Y esta visita?-

-Killua está con Mía en el departamento.-

-Ya veo... ¿Y por qué la cara larga?- Preguntó Leorio preocupado, Gon realmente se veía triste.

-No lo sé.- Mintió, ya que realmente sabía lo que le pasaba. Hace meses no podía dejar de pensar en Killua día y noche, miles de veces deseó ser Mía para estar con él de esa forma. Se sentía muy avergonzado, pero ya lo había aceptado. Estaba completamente enamorado de su mejor amigo y no tenía idea de cómo había pasado.

Su labio tiritó levemente y comenzó a llorar. El mayor lo abrazó y lo adentró en su departamento, era obvio lo que le pasaba a Gon, así que no le iba a pedir explicaciones.
Una vez que estuvo más calmado, hizo cómo si nada hubiera pasado y prendió el televisor con una sonrisa para ver una película.

Realmente es bueno escondiendo sus sentimientos. Pensó Leorio.

-Gon, ¿Quieres que pida una pizza?-

-Siiii. ¡Que rico!-

El mayor rodó los ojos, ya no soportaba ver a Gon fingiendo estar bien.
Tomó su celular y llamó a Kurapika para que viniera el departamento, ese rubio era el que daba los mejores consejos.

-Gon ya pedí la pizza, ¿Puedes ir a comprar algo para tomar?-

-Obvio.- Puso la película en pausa y buscó una botella retornable para ir al almacén que había visto en la esquina.
Salió animoso del departamento, mintiéndose a él mismo.

-Buenas tardes señora, me da una coca cola por favor.-

-Claro joven.-

Recibió las monedas del vuelto y se encaminó al departamento de Leorio cuando sintió un dolor punzante en el abdomen y quedó inconsciente.

Kurapika estaba pasando por el lugar cuando vió la terrible escena. Por andar de despistado en las calles, un auto había arrastrado a Gon dos cuadras.
El rubio corrió a toda velocidad y ayudó al sujeto a subir a Gon a su auto para llevarlo a un hospital.

-Te juro que pensé que me había visto.- El chófer del auto estaba llorando y tiritando, seguramente se sentía culpable de lo que estaba pasando. Pero si querían salvar a Gon, debían actuar rápido.
Kurapika tomó el volante y fue lo más rápido que pudo a un hospital, mientras Leorio esperaba en su departamento por ambos. Se preocupó cuándo paso media hora y no tenía noticias de ninguno.

Cuándo estaba por salir a buscarlos sonó su celular y contesto rapidamente.

-Kurapika, ¿Dónde vienes?- Comenzó a escuchar sollozos al otro lado del teléfono y su corazón se paralizó. Seguramente había ocurrido algo malo.

-G... Es Gon...- Hubo un silencio y el rubio comenzó a llorar. -Atropellaron a G...gon, está grave en el hospital. Ven por favor.-

El corazón de Leorio comenzó a latir rápido, no podía estar sucediendo esto. Sus manos comenzaron a temblar y torpemente a llamó a Killua.

-Killua... ¿Quién es?-

-Es Leorio... Seguramente me esta llamando para joder, cómo siempre.-

-Entonces no le contestes.-

-No tenía pensado hacerlo.-  Comenzó a besarle el cuello a la chica, no iba a permitir que nadie le jodiera su aniversario de un año con Mía.

El teléfono sonaba y sonaba arruinando el ambiente del momento. Lo tomó para ponerlo en silencio, pero esta vez le estaba marcando Gon.
Suspiró avergonzado, ese chico seguía siendo prioridad en su vida.

-¿Qué pasa Gon?- Mía suspiró aburrida y se tiró en la cama.

-K...killua.-

-¿¡Leorio!?- El estómago de Killua se apretó. ¿Por qué Leorio estaba llorando y lo llamaba del celular de su mejor amigo?

-Atropellaron a Gon... Ven al hospital por favor.- 

El celular de Killua cayó al suelo y su cuerpo comenzó a tiritar. Torpemente empezó a buscar su ropa y se vistió mientras las lágrimas caían por sus ojos.

-¿Killua qué pasa?- Lo abrazó con cuidado por la espalda, ya que se preocupó de verlo así.

-Es Gon... Lo atropellaron.-

En quince minutos Killua ya se encontraba en el hospital junto a Leorio y Kurapika. Los tres estaban devastados esperando noticias de su amigo, mientras Mía compraba jugos para que no se deshidrataran de tanto llorar.

-Familiares de Gon Freecss.- Se acercaron corriendo al doctor y este les explicó que los riñones del moreno habían dejado de funcionar y que necesitaban un transplante con urgencia. Los tres se ofrecieron para ser donantes.

-¿Alguno de ustedes es familiar directo?-

-No..., pero yo soy el mejor amigo.-

-Le explico.  La donación de un riñon  implica temas legales, por esa razón solo pueden donar personas que sean familiares directos, de segundo grado, cónyuges o alguna pareja que conviva con esa persona.

-Yo vivo con él... Tenemos un departamento juntos, somos pareja doctor.-  Mía abrió los ojos de par en par mientras se llevaban a Killua al pabellón para la operación.

-Tranquila Mía... Sólo lo dijo para que lo dejaran donar su riñón.- La tranquilizó Kurapika al ver la molestia de la chica y realmente funcionó, ya que su expresión se había suavizado.

Cuatro horas después, salía el doctor informando que la operación había sido un éxito para ambos, pero que aún no podían entrar a verlos.

Leorio y Kurapika se abrazaron ya más tranquilos y fueron a una cafetería para calmar el hambre que los acechaba. Mientras Mitosan conversaba con Mía.

-Killua y Gon son amigos desde los tres años, mis niños... Se quieren tanto.- A Mía le encantaba escuchar las historias de Killua y su mejor amigo, ya que tenían miles. A veces, deseaba tener una amistad así de linda, pero se conformaba con tener a Killua a su lado.







Killua se encontraba mirando a Gon desde su camilla. Estaba todo golpeado, lleno parches por todos lados y su pierna estaba suspendida con un gran yeso al igual que su brazo izquierdo.

Se sentía aliviado de que estuviera bien y estaba emocionado porque tendría que cuidar de Gon todos los días, pero algo le acomplejaba. En las cosas del amor nunca se sabe.

No Correspondido (Killugon, Gonkillu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora