Taylor
Los Saignes son niños ricos y famosos que saben dar buenas fiestas. En algún momento de mi vida esperaba con ansias aquellas celebraciones, allí siempre podías encontrar desde alcohol hasta divertidas pastillas de colores que tienen un poder de saltar el tiempo, con una de ellas despiertas un día después en alguna misteriosa cama bien acompañado y con un nuevo tatuaje como única huella del día anterior.
En el presente, no disfruto nada que tenga que ver con personas alardeando de sus logros y el dinero de papi. Sin embargo, aquí estoy siendo un miserable más entre los que llamarían "los populares", riendo forzosamente a carcajadas de la anécdota sin gracia de las vacaciones en Los Alpes de Tina Abed, la morena chillona que tiene un séquito de huecas a su alrededor con quienes todos mis amigos quieren acostarse.
Tengo que permanecer con ese grupo, me dan cierta "normalidad" en mi vida.
No quiero estar aquí, pero debo hacerlo pues hay una imagen que mantener.
A pesar de mi esfuerzo sé que no consigo del todo parecer en sintonía, pues cada tanto recibo algún golpe de codo de parte de Milt para que me ría con el resto.
Antes de que él volviera de la pista hace unos minutos, creo que los demás debían pensar que yo era un ente porque no tenía ninguna expresión en el rostro, solo reaccionaba por la insistencia de Milt de verme sociable.
Mi mirada vaga con la mayor discreción posible por el interior de la casa de los Saignes, comencé a buscar a cierta chica que había visto ni bien llegué a la fiesta hacía unas horas.
He asumido que no hay definición posible de "diversión" si no estoy con ella, si no puedo estar bailando en la pista como lo hacíamos antes o incluso si no es ella el centro de atención haciendo karaoke o competencias de ping pongbeer donde siempre se lucía, así era Marina, siempre deslumbrando a todos los idiotas que me tenían tanta envidia por haber encontrado a la chica perfecta.
Pero como bien he dicho...así era Marina.
Un montón de imbéciles debieron haberla visto ya, ¿Puedo culparlos? Claro que no, tenía un vestido verde que la hacía ver exageradamente sexy pegado a toda su figura. Se le nota que ha perdido algo de peso, pero eso no la hace ser la mujer más hermosa sin siquiera buscarlo.
Su cabello cobrizo estaba recogido de aquella manera que alguna vez le comenté que me ponía demasiado.
¿Lo habrá hecho recordando que se lo dije? No, ella fue demasiado clara conmigo: me quiere lejos.
Siendo desobediente con sus deseos, mis ojos no dejan de buscar aquella melena rojiza entre la multitud, quizás no soy yo el que piensa sino los litros de cerveza que llevo tomando desde que llegué, pero no me doy por vencido con mi misión de ubicarla.
—...y no van a creerlo, al entrar a la cabaña no estaban mis padres allí, ¡Me había equivocado y entré a la cabaña de Camila Cabello! — Las risas y el golpe de mi mejor amigo en el hombro me sacan de mis pensamientos y río con tanta falsedad que Milt me fulmina con la mirada.
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Marina: Lie or Die
Misteri / ThrillerEn el calmo y olvidado suburbio de Reynolds, no hay mucho con lo cual divertirse. ¡Es por eso que la vida de los demás resulta tan atractiva! Respecto a ello ¿No te has dado cuenta? ¡Marina Prescott sí que anda rara! Ya sabes, desde su misteriosa r...