Ya era la tarde noche de un fin de semana y ya habías salido del trabajo y como ya se te había hecho costumbre los fines de semana salir del trabajo e ir a buscar restaurantes donde comer, fuiste a uno de tus restaurantes favoritos donde vendían todo tipo de fideos. Llevabas un tiempo conociendo a los dueños del local, dos gemelos con actitudes y rostros invertidos a decir verdad, aún así te agradaban sus platillos y más cuando competían por hacer un platillo que fuese tu favorito según tu gusto; era divertido pasar tiempo allí.
Sacaste tu móvil y marcaste al número del restaurante, ya que previamente guardaste el contacto por si pedías servicio express en cualquier momento. Esperaste unos cuantos tonos hasta que escuchaste el sonido de alguien tomando el teléfono a través de la línea.
"Daría mi discurso profesional de entrada pero ya vi que eres tú, eh", la voz de Nahoya se hizo presente, sonreíste por inercia debido a lo que dijo. Sí que podía jugar mucho contigo en ocasiones.
"Guárdate ese profesionalismo, hombre. Guárdame un lugar donde siempre , ¿si?", respondiste mientras esquivabas a unas cuantas personas que salían de sus trabajos también, cada uno en su propio mundo. Apresuraste el paso porque llevar ropa de oficina era un poco incómodo, todos al salir del trabajo desean comer, dormir y descansar, evidentemente no serías la excepción. Escuchaste un suspiro y después una risita del emisor, abriste la boca para preguntarle por qué se reía pero habló primero.
"Vale, pero tengo una condición", hizo una pausa y quedó en silencio unos segundos, te dio la impresión de que miraba a ambos lados para que nadie escuchase. "Hoy competiremos mi hermano y yo con los platillos como de costumbre pero haremos un poquito de trampa, tú y yo", volvió a reír.
"Oh, vamos, ¿tienes diez años?", te reíste por lo emocionado que sonaba al hablar de hacer trampa. Giraste a una esquina casi apunto de llegar al local.
"Bien, dirás que te gustará más mi ramen que el de él, quiero ver su expresión", susurró por si Souya lo llegaba a escuchar.
"Pero", intentaste replicarle.
"¡Le esperamos en nuestro local, linda noche!", disimuló rápidamente y colgó la llamada sin dejarte quejarte un poco. Giraste los ojos por su actitud infantil y caminaste hacia el local, las luces estaban cada vez más cerca.
Al llegar entraste directo a tu lugar previamente reservado por Smiley y fuiste recibida por Angry en cambio, quien estaba cocinando al vapor vegetales, o al menos eso juzgaste según tu olfato.
"Hola, eres tú de nuevo", te saludó con su típica cara de enojo cuando en realidad era bastante amable.
"Hola, Souya, ¿cómo ha ido el trabajo hoy?", te sentaste y dejaste tu bolso colgando en el respaldo de la silla metálica.
"Bastante bien, un grupo de niños hizo un encargo grande por un cumpleaños", hablaba mientras atendía algunas cosas de la cocina. Miraste una cabellera anaranjada entre ojo y te giraste para ver al gemelo mayor atendiendo a una familia pequeña en una de las mesas grandes.
"Bastante beneficioso para el negocio... Por cierto, ya quiero probar qué me prepararán hoy", apoyaste ambas manos en la barra y pusiste tu barbilla sobre tus manos para sonreírle al peli-azul mientras él hacía su labor. "Ya vuelvo", le avisaste y este en respuesta asintió mientras se ocupaba de demás cosas de la cocina.
Te dirigiste al baño para ir a lavarte las manos ya que venías de la calle, al salir te encontraste con Nahoya entregándole la comida a aquella familia que habías visto antes, él se giró para mirarte y amplió su sonrisa mostrando sus dientes. Volviste a tu puesto con Nahoya caminando detrás de ti hasta volver al lado de su hermano.
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NOODLES (+18)
FanfictionAlerta: ¡One-shot +18 de los Gemelos Kawata por lectora! Ambientado en el futuro donde son mayores de edad y tienen su restaurante. Solo disfruten.