Entre el anticapitalismo

Capítulo 3 - Alláname el corazón

En el satírico episodio de hoy, contaremos una historia de origen triste, por favor se recomienda reír.

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Caída la noche un reciente presidente descansaba en sus nuevos aposentos ubicados en alguna casa de fachada blanca simulando la misma casa Pizarro.

La bella casa Pizarro, hogar de los presidentes más corruptos que ha tenido nuestra nación y que nuestro pintoresco personaje volvió museo. Al parecer quiere mostrar más humildad, o simplemente le aterra la soledad que de esta puede emanar en las noches...y las madrugadas.

Y hablando de madrugadas...

*Recuerdos desolados del nuevo presidente*

--¿Te quedarás aquí?--preguntó el señor presidente dudoso de la respuesta que vaya a recibir por parte de su ilustre señor.

--¿La casa Pizarro?--sonrió.--Es ostentosa y lujosa, pero vacía como una parte de mi cuerpo en donde el sol no llega a alumbrar.

Castillo guardó silencio sin entender lo que había dicho su señor. ¿Una parte de su cuerpo donde el sol no alumbra?

--¿Su corazón?--solo menciono lo que a su parecer entendió sonrojándose al instante.

Su señor era tan poético y romántico, elige sus palabras sabiamente y las menciona con una dulzura en donde la vulgaridad no hace acto de presencia, simplemente perfecto.

Aunque...claramente eso no quiso expresar Cerrón.

Cerrón lo miró escéptico, creo que no había entendido su indirecta. No se refería a su corazón, se refería a su jodido culo que ansiaba ser llenado con algo.

--Si claro--dijo rápidamente y luego prosiguió.--No me quedaré aquí, iré a mi lujoso y nuevo apartamento que compré con dinero que encontré por ahí, espera a mis llamadas y no hagas nada fuera de lo común. Yo te vigilo.

Eso último pareció una amenaza pero a nuestro presidente no le llegó bien el mensaje y solo sintió esas cosquillas ronderas en su estómago que lo hacían volar con cada palabra de su señor.

--Sí, mi señor, esperaré paciente--sonrió instintivamente y solo vio como su amado se retiraba del campo de su vista una vez más.

*El recuerdo termina*

--Bien...no puedo conciliar el sueño--se dijo a sí mismo después de estar pensando en Cerrón toda la noche, no había recibido su llamada habitual.

Castillo solo procedió a prender su televisor plasma y entre noticia y noticia encontró algo muy inquietante.

--No puede ser...--dijo abrumado.

En la pantalla se presentaba una nota impactante. Su amor, su señor, su todo...había sido víctima de un allanamiento policial por una nueva investigación que se había abierto en su contra...