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Si le preguntas a cualquier persona que sepa quien es Bartemius Crouch, como describiría al adolescente, fácilmente te respondería que la palabra "locura" lo define por completo. Si le haces la misma pregunta a Regulus Black, sería el único en darte una respuesta distinta, usualmente seria: "No es que este loco, solo anda en su mundo y aquello creo que es genial". Si le preguntas al mismo Barty si es que realmente esta loco te respondería que la única manera en que la locura se apodere de él es si su mejor amigo (o tal vez más que eso) deja algún día de estar con él.

En resumen, muchos consideran a Barty un loco. Regulus solo cree que el Chico esta en su mundo y el mismo Barty dice que si Regulus algún día no está con él, se volvería loco de verdad.

—¿Estás seguro?— preguntó Regulus tomando asiento en la cama de Barty.

—Sí.— asintió el rubio mientras se acercaba a a Regulus para robarle un beso.

Uno de esos besos que son apenas de un roce, pero te hacen desear más, más y más. De esos besos que las parejas que salen a escondidas se roban cuando nadie los ve, de aquellos besos que hacen sonreír como un tonto al que los recibe; en este caso Regulus.

Y se besaban, no porque fueran amigos y quisieran probar algo. Sino porque ambos estaban enamorados y mantenían una relación secreta, y no es que fueran los primeros en salir a escondidas, pero si eran de los que nadie sospechaba. A diferencia de dos Gryffindor, que a pesar de salir en secreto, todo el mundo sabía que se traían algo.

—Te ves lindo sonrojado.— dijo el rubio pasando su dedo índice por el labio inferior del pelinegro que suspiró ante su toque.

—Tengo miedo.— dijo Regulus al cabo de unos segundos.

—Yo también.— respondío el de ojos chocolate.

Ambos tenía miedo y no solo por el que dirán de su relación, sino por algo mucho más que eso, el ser mortífagos. Regulus había tomado la marca en el verano antes de su sexto año, en ese entonces ambos ya tenían algo. El pelinegro confesó todo en lágrimas y el como su madre lo había obligado a tomar la marca y como su hermano ignoró sus pedidos de ayuda.

Fue por eso que Barty, decidido a no dejar que Regulus se pudriera sólo entre tantos mortífagos, tomó la decisión de convertirse en uno a pesar de que Regulus le rogase de que no lo hiciera. Así fue como ambos terminaron envueltos con el mago más temido de esos tiempos.

Pero a pesar de ello, ambos habían acordado que buscarían la forma de destruir a Voldemort sin que esté lo notase. Así que el miedo al traicionar a uno de los magos más poderosos de todos los tiempos, se apoderaba completamente de ambos adolescentes que cursaban su séptimo año en Hogwarts.

—Solo prométeme que si tienes la oportunidad de escapar, lo harás.— pidió Barty al pelinegro mientras repasaba el rostro de este con uno de sus dedos. —Promételo.—

—Solo si estás conmigo.— el rubio negó suavemente y acercó su frente a la frente del ojigris.

—Prométeme que escaparas si tienes la oportunidad.— volvió a pedir, sabiendo que al salir de Hogwarts no tendría tantas facilidades para ver a Regulus a causa de su padre.

—Te lo prometo.— prometió Regulus con la voz ligeramente quebrada. Barty dejó un beso en su frente y lo abrazó.

Falling into madness |Bartylus|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora