☆ Fría primavera

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El frio le acaricio el rostro activando sus sentidos, obligándolo a despertar para acomodarse en las cobijas calientitas y cubrirse hasta la mitad de su rostro; trato de volver a conciliar el sueño, pero era inútil, gruño ante la aceptación de des...

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El frio le acaricio el rostro activando sus sentidos, obligándolo a despertar para acomodarse en las cobijas calientitas y cubrirse hasta la mitad de su rostro; trato de volver a conciliar el sueño, pero era inútil, gruño ante la aceptación de despertarse. Abrió sus rasgados ojos violetas para encontrarse el blanco techo de su habitación iluminado por la luz del exterior, viéndolo por unos instantes en lo que sus pupilas se adaptaban a la luz.

Un tenue ronquido llamo su atención, volteando a su derecha para ver de dónde provenía, encontrando al mayor durmiendo plácidamente boca abajo y su meticuloso cabello negro se hallaba totalmente despeinado, dándole otra apariencia al del Jotaro que conocía. Se le vería sereno como si estuviera teniendo un buen sueño; lo observo con detenimiento, estirando su brazo para tocar con sus dedos uno de los rulos rebeldes para jugar con él. Los ojos verdes del mayor se abrieron atrapándolo infraganti, sonriéndole de lado.

Lo atrajo a su cuerpo, dándole los buenos días mientras besaba su frente; como desearía poder despertar de esa manera todos los días. Platicaron en la cama por un rato, acariciando sus cuerpos bajo las mantas sin ningún tipo de deseo carnal, solo para apreciar el ser que la noche anterior era parte de ellos.

Debían salir de aquella burbuja donde solo existían ellos dos y nada más que su amor, el tiempo avanzaba y el rato que les quedaba juntos terminaría pronto; aun debía hacer algunas cosas como el bañarse, cambiarse y limpiar todo lo que quedaba de la cena, dejar todo como si no hubiera pasado nada.

El mayor se levantó de la cama, dejando ver sin pudor su cuerpo totalmente desnudo ante la fija mirada del pelirrojo, sonriéndole cuando lo volvió atrapar.

- Eres todo un pervertido, cariño – camino hasta el baño dejando la puerta abierta, escuchándose el grifo abierto, llenando la tina de agua – Temo un día de estos te aproveches de mi – soltó una corta carcajada

- Como si tu no fueras no lo fueras – rio con su característica risa, quitando las mantas para levantarse. Sin embargo, al tratar de levantarse, el dolor desde su cadera a su espina dorsal lo inmovilizo y entorpeció sus movimientos – ¡Ugh! Maldición... – cayendo de rodillas

- ¿Nori? – regreso al cuarto para que sucedía - ¿te encuentras bien? – se hinco hasta su altura

- Maldición...la tienes demasiado grande – susurro esperando a que el dolor disminuyera

-Lo tomare como un cumplido –

- ¡Jotaro! No era un cumplido, era un reclamo – su rostro se abochornó por la vergüenza, golpeando el pecho del moreno

– Solo ayúdame a levantarme – creyó que el mayor le daría su mano para que se apoyara sin embargo este paso su mano por debajo de sus piernas y detrás de su espalda para cargarlo – Puedo caminar yo solo – pataleo

- No. Me haré responsable de mis actos –

Lo cargo hasta el baño y en lo que la tina terminaba de llenarse, limpio cada centímetro de su cuerpo, desde su cabello rojizo hasta su intimidad, una vez limpio, Noriaki le devolvió el gesto ayudándolo lavar su azabache cabello o tallando su espalda con la esponja, notando así los rasguños que le había dejado durante la calurosa velada. Se fijo en su propio cuerpo para darse cuenta de que casi no había marcas, al parecer el moreno fue sumamente cuidado e incluso se contuvo para no hacerle daño.

~Mundos Distintos Mismo Sentimiento~ [Jotakak]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora