La mañana era cálida, había llegado la primavera y el cielo estaba más azul de lo normal, incluso se lograba percibir su bello color en aquel profundo bosque que muy pocos lograban atravesar. En aquel profundo lugar estaba aquella casa deteriorada, a la que se la estaban devorando algunas plantas y con cierta dificultad se mantenía aún en pie.
En aquella sala vieja, con piso de madera chirriante, se tenía una reunión entre los jóvenes adultos y su protector, que el pobre debía mantenerse encorvado como un anciano por el poco espacio que le brindaba el techo por sus más de dos metros de altura. Slenderman estaba cansado de las múltiples quejas de algunos que mantenía bajo su custodia por el poco espacio que empezaba a haber en la casa y eso empezó a denotar la incomodidad de varios de los habitantes.
—Creo que no es necesario ni mencionarlo, pero en esta casa ya no hay suficiente espacio para todos nosotros. La decisión será la siguiente, elegirán un compañero de cuarto y tendrán el tiempo para poder mudarse a sus habitaciones. —Dijo finalmente firme.
Claro que después de esto muchos de ellos saltaron con alegatos; eran adultos y necesitaban su propio espacio, su intimidad, no eran aquellos adolescentes de hace años.
—No me jodas Slender ¿En serio crees que eso funcionara? A penas y empezamos a soportarnos en lo mínimo. —Dijo Zero, que se encontraba sentada en uno de los apoyos del sofá viejo, molesta.
—¿No sería mejor buscar otro lugar? Sería más sencillo. —Dijo Jane, que era una de las pocas que trataba de mantener la compostura en la situación, a su idea todos estaban de acuerdo.
—¿Quieren pasearse por la ciudad buscando algún lugar en el que no nos encuentren mientras seguimos siendo una amenaza notable para la sociedad? ¿Mientras nos busca la policía? —Dijo firme y haciendo que los demás se cuestionaran un poco acerca de la idea— No cuestiono sus estrategias de escape, de escabullirse, pero no podemos arriesgarnos, la decisión está tomada no hay quejas.
—Pero... señor...creo que podría considerarlo.
—No Hoodie, la decisión está tomada, tómenlo como adultos que son y déjense de berrinches o yo mismo me encargare de darles una verdadera razón de la que quejarse; hasta aquí esta conversación.
Brian, Hoodie, no pudo terminar de decir lo quería, inmediatamente fue interrumpido por su jefe, que luego de finalizar su evidente amenaza desapareció de la sala, tele transportándose a, seguramente su laboratorio o el intento de.
El silencio incomodo reino por unos minutos, realmente compartir habitación con alguien no era algo que les ansiaba, pero no tenían opción, no querían tener problemas con Slenderman y que los castigara con su "manera creativa" de dar una lección. Querían mantenerse con vida.
