Una compañía

Una compañia

Todo comenzó ese día:
Lloraba, reía, jugaba, comía, brincaba pero seguía siendo infeliz, necesitaba a alguien que me hiciera compañía y que me consolara, no sabía que hacer además de que vivía en una casa sólida y vacía sin nadie con quien hablar.
Mis padres de viaje con mi hermana mayor, y yo sola como una muñeca de trapo, nadie que quisiera moverme, a mi hermana le encantaba el ballet y a mi los libros, pero mis padres me decían que me dedicara a otra profesión, pero porque, por que cambiar mis sueños en otra basura que tirar, mis padres nos daban lo mismo a las dos, nos querían igual etc.
Como no tenía nada que hacer salí al patio, me senté y abrase mis rodillas, después de un tiempo oía que alguien caminaba hacia mi, no le puse tanta atención, toco mi hombro con tanta delicadeza que levanté mi cabeza, era un muchacho alto, guapo, cabezo café claro, ojos azules.
- Estas bien chica.
-Como te llamas, el me pregunto.
-Me llamo Nicole
-Y tu
-Me llamo Cail
Cail me contó que también estaba aburrido como yo, que no tenía con quien hablar, así que yo le empece a contar de mi vida y el de la suya.
Los días pasaron y mis padres no llegaban, no me preocupe por que tenía la compañía de mi ángel Cail.
Jugamos ajedrez y le gane dos veces seguidas, se sorprendió que a pesar de que era una chica sabía jugar bien.
Cail me contó que está tarde iba a ser su último día en la ciudad,a sí que tenía tiempo de decirle que lo amo.
Por fin llegaron mis padres la actuación de mi hermana fue un éxito gano el primer lugar, a mi madre le conté que conocí a n chico misterioso llamado Cail, le dije también que esta tardé iba a ser su último día en la ciudad así que tenía que aprovechar el tiempo.
Mi madre me dijo que no por que se atormenta la lluvia y no quería que me ensuciara la ropa de lodo.
Pasó un tiempo, me asome por la ventana, el carro de Cail estaba arrancando para irse, no sabía que hacer, tenía que hacer algo, salí, el agua caía en mi cabello pero no me importaba corría con todas mis fuerzas pero el carro era más rápido que yo, me pare por que no pude más, el carro se siguió y no le pude decir adiós, en un instante el carro se detuvo y Cail salió de su carro corrió hacia mi y me abrazo, y yo a el, le agarré su cara y lo bese.
-Te amo Cail.
-Y yo a ti Nicole
-Te amo - respondimos al mismo tiempo.
Cail me soltó me dijo adiós y se marchó, me dijo que nunca me olvidaría y que nunca dejara de escribirme.
Nunca olvidare la compañía de Cail por que siempre estará en mi corazón.

FIN