LO DESCONOCIDO - TRILOGÍA DEL UNIVERSO 1/3 [COMPLETA] ✅

Capítulo XV: Prisión

El amanecer estaba cerca y el grupo seleccionado estaba reunido, el general explicó el plan exceptuando el rol de Emily. Partieron en una gran nave junto a otros dos grupos y generales. Entre ellos el segundo y quinto general.
Fueron por el espacio hasta distinguir dicho planeta, era muy similar al Alfa y Beta pero se pudo diferenciar conforme se acercaban.
La base era enorme con una estructura notoriamente subterránea, los bosques mucho más densos y oscuros, muros por todos lados y un aspecto muy sombrío.
Todos descendieron a una distancia de la base, estaba rodeada y custodiada por un gran número de Reptilianos

—Registro más de mil Reptilianos esparcidos por el bosque —avisó el segundo —y se duplica con los de la base

—Tenemos suerte de que no pudieron ingresar al resto de la base y liberar a los demás o ir a por las otras bases —agregó el quinto con seriedad

—Iremos al frente por la base —dijo el octavo

—Si lo hacemos estaremos muertos, la emboscada es inevitable —contradijo el segundo

—No, porque ella —miró a Emily —se encargará del bosque

—¿En serio dejas nuestra seguridad en manos de una terrana? Bravo —sonrió y aplaudió con ironía

—No, no de una terrana sino de una guerrera planetaria y la más veloz ¿lo olvidaste?

El segundo borró su sonrisa y no dijo más. Todos avanzaron unidos hasta la base donde comenzaron a enfrentarse pero era un total caos, cuando creían que disminuían el número, salían más y más pero los del bosque aún no se acercaban.

—Sabes que hacer... —el general la miró

Emily se liberó de los que se acercaban y corrió al bosque a detener a los que ya venían en camino. Comenzó con flechas pero eran demasiados, no supo ver ni percibir pero una flecha rozó su brazo produciendo un corte, una perdida de los demás, quizá. No tuvo tiempo para pensar ya que todos se detuvieron olfateando y lo más extraño era que el Reptiliano que venía de frente tomó la flecha. La tenía olfateando hasta que lamió la sangre y emitió un enorme grito

—Rayos

Trepó un árbol y comenzó a saltar para alejarse pero perseguida por todos los Reptilianos que emergían de todos los puntos del bosque. En un río saltó directamente al suelo para ir por tierra a gran velocidad y aumentando, los había dejado a una distancia pero no por eso se detenían. Cuando venían en la nave pudo ver una colina, allí se dirigía, debía estar cerca. Sabía que no podía correr tanto sin descanso, necesitaba recuperarse, no sabía cuánto tiempo les llevaría a los generales restablecer el orden. Además, ya se había enfrentado y necesitaba un respiro.
Distinguió la colina para impulsarse en un árbol y saltar para llegar más rápido.
Llegó arriba, en lo alto. El sensor marcaba un número de 1500 enemigos, demasiado para cualquiera. Las flechas no eran suficientes.

—Genial —ironizó mentalmente.

Con aquello podría mantenerlos lejos pero implicaba utilizar su velocidad al máximo y si el orden no regresaba tendría que enfrentarse cuerpo a cuerpo, cercana con espada, sin contar los posibles números que vinieran en camino.
Suspiró nuevamente y comenzó a tirar con precisión. La rodeaban y no los podría contener por mucho. Guardó pocas flechas cambiando a por la espada, jamás había hecho tal cosa pero debía, si quería salir viva.
Avanzaba camino al bosque nuevamente, un escenario favorable para el enemigo pero también para ella. Trepó a lo más alto de uno para tirar el resto de flechas y los que se acercaron comenzaron a subir hasta ella pero saltó antes de que llegaran.
El agotamiento se hacía sentir, las piernas se debilitaban, las manos querían temblar, ya no podría correr. El sensor volvió a aumentar el número enemigo y se preguntaba porque todo seguía igual.
De pronto una alarma muy ruidosa sonó seguida de otro sonido muy incómodo, todos los Reptilianos se arrodillaron retorciéndose de dolor para después quedar inconsciente más uno no lo hizo y se lanzó sobre Emily.
La tenía contra un árbol, inmóvil. Parecía furioso pero comenzó a deformarse hasta quedar un muchacho de ojos verdes y reflejos del mismo color, sacó una enorme y larga lengua para lamer su sangre.