Astronómicamente Inexacto ♫ yoonseok.

c u a t r o

c u a t r o

Tras la puerta de su casa se encuentra con la tía de Kimma y su portafolio. En términos generales, Kang Hye-lin, la abogada defensora de Jeon Jung-kook.

¿Cómo defiendes a alguien que es culpable?

Yoongi quiere saberlo.

—Buen día, Yoongi.

—Buen día, Hyelin.

Fue noticia cuando los medios y los vecinos se enteraron de que una de las abogadas más reconocidas de la localidad sería defensora de Jeon Jungkook. El asesino. El parricida. Últimamente un gran debate de internet que Yoongi observa en silencio y desde el anonimato, con el constante temor de alguien divulgue que Jeon Jungkook es su hermanito menor.

Hyelin habla primero con su madre, porque sigue siendo la tutora responsable del pequeño homicida. Yoongi siente ganas de golpear a todos cuando escucha algo mínimo sobre su hermano las veces que llega a un almacén. Cuando todos los vecinos se lo quedan viendo y luego fingen que no lo hicieron.

Hyelin luego habla con Jungkook y su madre.

Y ahora pide hablar con él.

A solas.

Tiene ganas de devolver su desayuno.

—No debes hacerlo —le dice Jungkook cuando se adentra en la cocina.

—Silencio, Jungkook —sentencia su madre.

Yoongi se sienta frente a la abogada, quien lo mira con una sonrisa pequeña en los labios. Se conocen desde que conoce a Kimma, siempre. Hyelin sabe que él habla poco y que en ocasiones deben sacarle verdades por mentiras. No sabe si en estas situaciones se puede hacer algo así.

—Tengo un par de preguntas que necesito que me respondas con toda la sinceridad, Yoongi. No podemos perder el tiempo, porque a tu hermano se le está acabando. Tiene el calabozo pisándole los talones. —Yoongi asiente—. Lo primero. —Frente a él se extienden impresas las fotografías. Las que todo el mundo ha visto. Son capturas del vídeo de seguridad tomado de la cámara de su vecino de enfrente, algo en pixeles, pero claro como el agua—. El vídeo es una prueba contundente y seria de la culpabilidad de tu hermano. Y si no me ayudas, no podré hacer mucho por él.

¿Cómo? ¿Y todo el dinero que se están dejando en sus servicios? Para nada, tomaban el abogado de las pelotas que da el estado.

Arruga el entrecejo y desvía la mirada. No quiere ver las fotografías. Su padre ya lo mira desde la esquina de la cocina, exactamente igual, y es suficiente con esa tortura.

—Prosigue —murmura.

—Jungkook me contó algo... Algo que te implica a ti. —Se fija en ella, fingiendo tranquilidad, pero los muslos comienzan a temblarle y los latidos a estallarle en el pecho—. No le he dicho a tu madre. Primero necesito que tú me lo confirmes.

Niega con su cabeza un segundo y luego da una afirmativa a pesar de que no quiere hacerlo. Hyelin guarda silencio un momento mientras guarda las fotografías de su padre muerto.

—Yoongi, ¿es cierto?

—¿Qué cosa? —la enfrenta—. No dejas de dar vueltas y vueltas en lo mismo, ¿qué es lo que te ha dicho?

—Que su padre abusaba de ti. —Su mirada se oscurece. La de Yoongi también—. Y que por eso lo mató.

—¿Qué? —pregunta la suave voz de su madre, quien se encuentra de pie en la puerta de la cocina.

El mundo de Yoongi se cae por un acantilado en dirección al mar y se ahoga hasta la muerte en las profundidades de un secreto que creyó que se llevaría a la tumba.