Fourteen

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Jungkook

—Ven conmigo —anima el niño a la chica.
Entrando a hurtadillas en el dormitorio de ella, en la planta baja de la mansión de su padre. Comprobó que ninguno de los aliados que mantenían la vigilancia estuviese lo suficientemente cerca para atraparlo.

—¿A dónde vamos? —preguntó la chica adormilada.

Gateando fuera de su cama y poniéndose una sudadera sobre su polo de color rosa y pantalón corto, aceptó la mano tendida del muchacho. Él estaba colgando de la ventana. Iba vestido todo de negro, como un ladrón. La chica no pudo evitar reírse.

El muchacho inclinó la cabeza hacia un lado, hizo una mueca y preguntó: —¿De qué te ríes, Bluebelle?

—De ti —bromeó. Pero tomó la mano de todos modos mientras se derretía bajo su sonrisa.

La puerta de su habitación se abrió. El niño y la niña se paralizaron por el miedo y el hermano de la chica entró en la habitación.

—¿Qué es todo ese ruido, Kisa? —preguntó su hermano, limpiando el sueño de sus ojos antes de bajar la mano y fijarse en la pareja saliendo por la ventana. No se sorprendió al ver las caras de culpabilidad de su hermana gemela y su mejor amigo. El hermano puso los ojos en blanco y negó con la cabeza—. ¿A dónde diablos vas a estas horas de la noche con Kisa?

El muchacho miró a su mejor amigo y se encogió de hombros. —¿Afuera? ¿Por aire fresco? ¿Te vale cualquiera de ellos?

—¿A la una de la madrugada?

El muchacho se encogió de hombros otra vez. Entonces el hermano cruzó los brazos sobre su pecho y levantó la ceja. El chico entró en la habitación y se enfrentó con el hermano.


—EunWoo, ¡vamos, hombre! ¡No seas un idiota! Quiero pasar tiempo con Kisa lejos de los padres y Hoseok.

EunWoo señaló a Kisa. —¡Es mi hermana, prometida de Hoseok a la que estás tratando de corromper!
—Y mi amiga también —replicó el muchacho—. Nunca haría nada para lastimarla. Lo sabes. Sé que se casará algún día.

—Por favor, EunWoo, te lo deberemos —suplicó Kisa escondida detrás de la postura protectora del chico.

EunWoo miró a su hermana, después al niño y otra vez a ella. Entonces su hermano negó con la cabeza. —¡Está bien, márchense! Necesito dormir.

Comenzó a salir de la habitación, despidiéndolos con un gesto, pero miró hacia atrás y dijo: —No la dejes embarazada o Papa te cortará en trocitos  y Hoseok no dudará en cortarte las pelotas. Tiene trece años y aún no es mujer.

El chico le puso los ojos en blanco a su mejor amigo. Pero la cara de Kisa se volvió de un rojo brillante y lanzó un bolígrafo de su escritorio a su hermano. Quien se rió burlonamente en respuesta. EunWoo salió de la habitación, el chico sabía que iba a cubrirlos. Luego se volvió hacia la muchacha y, tomándola de la mano, la condujo por la ventana abierta.

—¿A dónde vamos? —susurró mientras la llevaba hacia abajo, hacia la playa.

Una vez que estuvieron fuera de la vista de la casa, le pasó un brazo alrededor de los hombros y la acercó a su lado. —A nuestra cala. ¿Dónde más, Bluebelle?

Kisa pasó un brazo alrededor de su cintura. A los pocos minutos, estaban en la cala privada y el chico les llevó a su lugar favorito. Quitándose la camiseta, la extendió sobre la arena y, sentándose, tiró suavemente de Kisa para sentarla entre sus piernas y envolvió sus brazos alrededor de su cintura.

Amor de invierno -JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora