Sixteen

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Kisa

—¿Por qué te estoy llevando otra vez al gimnasio, Kisa? —preguntó, Jimin en cuanto lo encontré en la acera poco después de que Taehyung me dejó en casa de mi papá. Mi papá ya estaba fuera entreteniendo a la mafia georgiana, que había traído a Minyoongi esta noche y Taehyung estaba en camino a unirse a ellos, así que sabía que tenía toda la noche libre.

Siempre era así cuando el campeonato estaba en marcha. Los jefes de la mafia tenían que hacer negocios en todas las vías. Pero esta noche parecía diferente, mi estómago se encogió por los nervios, como si algo malo estuviera a punto de pasar. Sabía que era una mezcla de las dos, el extraño humor de Taehyung y la reacción extraña de Jk después de ganar su lucha esta noche.

Taehyung había estado furioso cuando Jk había ganado. Tan furioso que ni siquiera había utilizado mi cuerpo tras la pelea, como era su habitual arma. Apenas me dejó en casa y fríamente me mando dentro.

Taehyung tenía miedo. Nunca lo había visto temeroso antes. Pero al ver a Jk darle una paliza a Minyoongi esta noche, con tan increíble habilidad y fuerza física, lo había llevado a un estado que nunca había visto en él antes: introvertido, silencioso, pensativo.

Asustaba más que su agresión. No sabía cómo tratar con un inexpresivo Taehyung. Un distante y poco posesivo Taehyung. Pero en este momento, traté de alejar todos los pensamientos de Taehyung de mi cabeza. Necesitaba ver a Jk. Taehyung me había obligado a ver su pelea, tratando de afirmar su dominio sobre mí. Y, Dios mío, Jk casi había muerto. Pero después algo andaba mal con él. No se veía satisfecho por su victoria. No podía levantarse, como si estuviera horrorizado, mirando fijamente a Minyoongi con una devastada expresión. Viktor tuvo que levantarlo de sus rodillas para sacarlo de la jaula, sosteniéndolo mientras caminaba por el pasillo. Y lo peor, no pude ir con él. En su lugar, tuve que ir con Taehyung.
Estaba molesta con Taehyung por esto. Por una vez, estaba completamente molesta con él. Miré a Jimin, el rostro herido de Jk se destacó en mi mente. —Por favor, Jimin... —supliqué. Se quedó estoico frente de mí, antes de abrir la puerta de atrás del Lincoln y hacerme una señal para que subiera. Me deslicé en el asiento trasero y Jimin se puso tras el volante.
Se dio la vuelta. —¿Kisa? ¿Qué está pasando? Saliendo a hurtadillas así nos está poniendo en peligro. No lo voy a hacer, a menos que empieces a darme algunas respuestas.

Miré la acera de alado y me pregunté qué hacer. Miré a Jimin otra vez y mis ojos se llenaron de lágrimas. —Kisa, ¿estás en problemas? —preguntó, pero sacudí mi cabeza—. ¿Estás... has estado viéndote con alguien más? ¿A la espalda del señor Taehyung? ¿Te estás encontrando con él, en el gimnasio?

—No es así, Jimin. —Trago y limpio las lágrimas de mis ojos—. Es algo más que simplemente ver a alguien.

La cara de Jimin palidece. —¡Kisa! ¿Estás viéndote con alguien más? ¿Tienes algún deseo de morir? El señor Taehyung te matará si se da cuenta. Este hombre es inestable la gran parte del tiempo, ¿pero tú? Él está más allá de la demencia. —Su mirada cayó pero, después se centró en mí—. ¿Quién es?

—No me creerás si te lo dijera. Apenas puedo creerlo yo misma.
—Kisa, lo que dices no tiene sentido.

Mi estómago se torció con las palabras que estaba a punto de decir, el secreto que estaba a punto de confesar. Jimin se sentó más cerca y le susurre: —No me creerás si te lo digo.

—Pruébame —dijo secamente.

—Es... es... Jungkook...

Jimin me miró y me miró como si fuera una idiota. —¿Jungkook? —preguntó—. ¿Jungkookie?
—Sí —le contesté con un hilito de voz y agarré el bolso de mi regazo. Estaba lleno de fotos y recuerdos de nuestra infancia. Esta noche iba a tratar y de hacerle recordar. Esta noche quería que me recordara... a nosotros... todo.

Amor de invierno -JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora