Hola, mi nombre es Kanawut Traipipattanapong pero mi padre me dice Gulf. Soy hijo del dueño de una cadena de hospitales de animales en Tailandia o veterinarias, como le quieran llamar. Hace poco terminé mi carrera. Al igual que a papá, me fascinan los animales. Y el estudiar para médico veterinario me llenó de gran satisfacción, aparte mi padre está orgulloso.
Hace algunos años, mi otro papá sufrió una grave enfermedad y murió, quedando solos, papá y yo, pero nos apoyamos mutuamente. Él jamás me obligó a estudiar lo que él quería, al contrario, siempre respetó mis decisiones.
Así que estudié esta carrera con todo el gusto del mundo. Como hijo del dueño mi deber es estar al frente igual que papá. Y hace poco me dijo que me encargaría de revisar todo los hospitales, porque cabe mencionar: salí con las mejores notas de mi generación, así que papá confía plenamente en mí, en hacer muy bien mi trabajo.
Hoy me toca ir a un hospital ubicado en Phuket. Me han dicho que el doctor encargado es muy bueno en su trabajo. Eso espero, y no tengamos dificultades.
Salí temprano de casa ya que reservé mi vuelo a primera hora del día. Y es que decidí rentar un auto, pero como nunca he viajado solo a esa ciudad, no quiería llegar tarde, por perderme en el camino del aeropuerto a la veterinaria. Afortunadamente llegué bien y sin contratiempos, ahora estoy una hora antes de la cita. Pero veo que está lleno el hospital.
Hemos recibido buenas referencias de este hospital, y me da gusto, espero que no sea arrogante el director y podamos llevarnos bien.
Llego a recepción y me atienden muy amablemente.
—Buenos días, ¿en que le puedo ayudar? —me saluda la recepcionista.
—Buenos días, tengo cita con el director Supassit Jongcheveevat.
—Muy bien, su nombre por favor.
—Kanawut...
La recepcionista me ve con asombro y dice:
—¿Es el hijo del dueño?
—Así es.
—Mucho gustó doctor, mi nombre es Clarissa. —hago una reverencia para saludarla —Lo siento, doctor, pero el doctor Supassit está en una operación y no podrá atenderlo hasta dentro de una hora.
—No se preocupe, yo espero, se muy bien que llegue temprano.
—Si gusta pasar a la dirección, yo misma lo llevaré.
—No es necesario, Clarissa, aquí lo espero —ella me sonríe, es muy amable.
Mew
Hola, mi nombre es Suppasit Jongcheveevat pero me dicen Mew. Estudié para médico veterinario porque amo los animales y me gusta curarlos.
Mi familia nunca fue adinerada pero sí tenían lo suficiente para ayudarme con los gastos de la universidad, cosa que agradezco enormemente. Por mis calificaciones y méritos, me recomendaron a los mejores hospitales. Pero en esta ciudad se respira algo de tranquilidad y por esa razón me quedé en éste hospital. Además, aquí nací y realmente me gusta.
Me gusta el hospital donde estoy trabajando, porque su dueño Max es un hombre razonable y ama al igual que yo a los animales.
Soy director ya hace algunos años. Ayer me llegó un correo donde se me informa de la llegada del hijo de Max, él viene a supervisar. No me molesta, porque como dicen por ahí: "El que nada debe nada teme", sólo espero que no sea un niño mimado, hijo de papi y quiera hacer todo a su voluntad.
Estoy por operar a un perrito que fue atropellado y en eso entra la enfermera y me dice que el doctor Kanawut ya está en recepción esperando.
Pero es una hora antes de la cita acordada y no voy a posponer está operación y poner en riesgo a éste animalito solo por atenderlo a él.
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Bendita casualidad
FanfictionSuppasit Jongcheveevat (Mew), un veterinario que ama su trabajo y lo respeta. Pero en una bendita casualidad, conocerá al hijo del dueño del hospital (veterinaria), el doctor Kanawut Traipipattanapong (Gulf)... ¿seguirá respetando su trabajo o se d...