n u e v e

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n u e v e

—¿Cómo va todo? —pregunta Hoseok.

Han decidido dejar una clase atrás sólo para sentarse en las gradas y hablar un momento. Últimamente no lo hacen mucho. Este semestre le ha caído pesado a Yoongi y Hoseok está demasiado ocupado con sus prácticas.

—Aprendiendo cosas nuevas —menciona con entusiasmo—. Estoy componiendo en mi tiempo libre, cuando no puedo verte.

Hoseok sonríe casi de forma triunfal y se acomoda de espaldas con las manos en la parte trasera de su cabeza.

—¿Estás preparando el festival de invierno? Lo han adelantado para la semana anterior a las festividades, no tengo idea de porqué.

—No —exhala—. No tengo tiempo para eso este semestre. Requiere de más esfuerzo del que ya apenas puedo dar, y de por sí las clases me tienen agobiado, el trabajo agotado y... todo lo demás. —Se le revuelve el estómago cuando siente la mano de Hoseok tocarle una oreja—. Tal vez el próximo verano.

—Podría ayudarte.

—¿Cómo? —Se remueve y gira para verlo a la cara. Necesita que deje de tocarlo para concentrarse en la conversación—. No voy a aceptar dinero.

—¿Y con la composición? Tal vez podríamos hacer un tiempo los domingos.

—Ya me ayudas lo suficiente —confiesa, aunque eso sólo lo entiende él.

Hoseok se queja y él se burla.

Sabe que está para lo que necesite, pero odia aprovecharse.

Extraña sus momentos en el piano el semestre anterior, practicar con más energía y sentir las notas musicales contra sus mejillas.

Mira los ojos de Hoseok durante un largo rato. Hace más frío que ayer y la brisa fresca lo obliga a bajarse las mangas de la chaqueta. Hoseok le extiende sus manos y él se las entrega sin dudarlo, no está tan cálido como esperaba, pero sí mucho más que él. Acepta sus caricias, aunque en lugar de abrigarle esa zona, le abriga las mejillas.

—Como odio el invierno —masculla Hoseok.

—Me gusta el invierno, pero estamos en otoño aún —dice sólo para llevarle la contraria.

—Acabo de recordar algo. —Yoongi alza una ceja—. Estamos casi en invierno y no has cumplido tu promesa.

El museo. La tercera planta del museo que quedó sin recorrer.

Los días de otoño son lindos. Ese día en el museo fue lindo.

—Me sorprende como te superas cada vez más para pedirme que salga contigo, Jung Hoseok.

—Te has vuelto muy egocéntrico este último tiempo, Min Yoongi. —Alza ambas cejas y sonríe—. No te acostumbres, ya se me van a acabando las ideas.

—Podemos ir este domingo, si quieres.

—Me encantaría.

—¿Así de fácil?

—No empieces. —Le suelta las manos y se ríe. De no ser por el frío, Yoongi notaría que el enrojecimiento entrante en sus mejillas no es por ello.






Hoseok desaparece durante días.

Más o menos.

Esta vez le ha avisado que no estará y se disculpa por no poder concretar la salida.

Estará de vuelta el próximo lunes.

—¿Ha pasado algo? —indaga Yoongi.

Es sobre la herencia de mamá —contesta Hoseok. Su voz se oye rota—. Es una pelea constante con mi familia. Ya sabes. Les interesa más lo que dejó que el hecho de que nos dejó.

—Lo siento.

No es tu culpa, Yungi.

—Lo es si no puedo evitar que estés triste.







00:01: ¿Ya estás en tu habitación?

00:02: Que puntual, Jung.

00:02: ¿Jung? Eso es nuevo. Tengo que asegurarme de que llegas vivo.

00:03: Pues lo estoy. Así que ya puedes dormir tranquilo.

00:04: ¿Tú vas a dormir ya?

00:04: Sí.

00:05: Ok, que descanses.






Regreso el viernes.

—Está bien. —Le sonríe al celular.

Pido tu sábado.






Satisfecho Yoongi escucha lo que acaba de grabar. Sólo pequeños detalles. Está listo.

 Está listo

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Astronómicamente Inexacto ♫ yoonseok. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora