Cuando Robin desapareció, sabía que no la encontraría en la isla. Y sin embargo, la buscó por todos lados. Pidió ayuda, la llamó e intentó sentirla para volver a comunicarse con ella.
Las almas, que poco a poco iban regresando al puente que ya estaba construido, lo miraban con tristeza mientras ellas volvían a su camino y él se quedaba abajo.
Su piel estaba cada vez más transparente, le cansaba moverse y hablar demasiado, le dolían las extremidades y había instantes en las que olvidaba cosas simples como dónde había estado o con quién había hablado.
Las vidas pasadas comenzaban a desvanecerse en su memoria, había pasajes que solían estar clarísimos que súbitamente ya no tenían lugar dentro de su mente.
Se colocó bajo el árbol donde lo había dejado Kerantos la primera vez, antes que Robin se apareciera, y contempló aquel rincón de la isla bajo el manto de cristales que se sostenían de las ramas.—Te ves terrible —Kerantos estaba a su lado. Si lo miraba por el costado del ojo le parecía ver una silueta más definida que si lo tenía de frente.
—Estoy muriendo ¿no? —Preguntó preocupado, y soltó un hondo suspiro por la falta de aire—. ¿Sabes qué ocurrió con Robin?
Kerantos se movió y sus alas se abrieron cuando pareció estirar sus extremidades. Se recostó contra el árbol y Sebastian se dio cuenta que el ángel portaba aquel particular aroma floral que tanto le desagradaba.
Arrugó la nariz.
—De lo primero, sí, tu cuerpo está perdiendo densidad. Es normal que dejes de sentir cosas físicas, por lo menos, hasta que ya tu alma no pueda sostener el envase por más tiempo, después te sentirás vivo de nuevo —Sebastian tuvo un escalofrío—. En cuanto a lo otro, Robin fue llamada por la Eterna del firmamento, Phi. Tiene un pacto con ella.
—¿Un pacto? ¿Por qué no lo habías dicho? ¿lo sabe ella?—se quejó preocupado—. Ahora ya no sé si tengo la energía para llamarla de nuevo —intentó reacomodarse pero no tenía fuerzas para levantar el trasero del césped.
—Hay cosas que escapan de mi entendimiento, Sebastian —le dijo con cierta solemnidad—. Y, aunque las supiera, recuerda que como ser divino no puedo decirte lo que sé, es parte de...
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Crossroads • A Través del Mundo {Libro 2}
Fantasi"𝐄𝐥 𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐢𝐧𝐝𝐢𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐧𝐨 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚 𝐞𝐧 𝐬𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨. 𝐄𝐬 𝐮𝐧 𝐡𝐮𝐫𝐚𝐜𝐚́𝐧, 𝐮𝐧 𝐢𝐧𝐜𝐞𝐧𝐝𝐢𝐨 𝐯𝐨𝐫𝐚𝐳. 𝐋𝐨 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐚 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐲 𝐧𝐨 𝐝𝐞𝐣𝐚 𝐧𝐚𝐝𝐚. 𝐄𝐬𝐨 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫. 𝐘 𝐚𝐟𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐬𝐨𝐧 𝐪�...