Los Tres Soldados

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Respiraciones entrecortadas, era lo único audible al son de las pisadas lentas y forzosas de tres guerreros convalecientes.

Black, Red y Blue, poco era nada describiendo los sentimientos contradictorios de estos soldados. Black, con su semblante impenetrable mientras por dentro el veneno de la venganza lo consumía haciendo que sus pasos se apoyen aún más en el suelo; Red, por otra parte, miraba miedoso cada espacio en la espera de otro bombardeo, otra lucha en la que seguro perderían y quizá ésta vez, no vivirían para contarlo.

Y por último, Blue, quién se preguntaba cómo es que todo se habia salido de control tan fácilmente. En un abrir y cerrar de ojos todo se había ido al mismísimo caño sin opciones a una redención.

Dicen que nada te prepara para la guerra, los entrenamientos, las habilidades. Pueden ayudarte, claro que sí, pero nada previene el verdadero caos que se desata en el infierno de la lucha por un bien mayor. Cada gota de sangre derramada, por partes iguales, los seres humanos somos medidos con la mismo vara, y cada muerte no importando el bando tenía su peso.

Sus músculos dolían como quién yace con un peso enorme haciendo presión sin cesar. Cada movimiento acompañado del traqueteo de sus huesos, cada bocanada de aire como si fuera la última y el frío del invierno colándose debajo de sus pieles.

Ira, por haber sido emboscados, la traición amarga de uno de sus compañeros. Tristeza, por no haber logrado su cometido de defender fieles a su creencia de salvación. Y sobre todo, miedo de hallarse en un lugar desconocido y abatidos.

—¿Qué haremos? —La voz miedosa de Red se había hecho sonar repetidas veces en busca de una respuesta.

—No tenemos muchas opciones, nos adentraremos en el bosque, con suerte llegaremos a la frontera y nos recibirán si nos hacemos pasar por viajeros comerciantes que fuimos robados por ladrones en el camino.

Oh, Blue, ingenuo hombre mequetrefe que no sabe nada sobre la maldad que habita en el mundo, pero aquí estaba Black, él sería un buen líder y con suerte iluminaría sus pobres mentes.

—No sean estúpidos, cuando nos vean llegar a la frontera nos matarán antes de tener la oportunidad de hablar, debemos ser más inteligentes, un plan de estrategia si queremos sobrevivir.

—Intentar infiltrarse en una frontera repleta de cañones apuntando a nuestras frentes no servirá de nada, debemos de confiar en que seremos recibidos —Blue era firme, que no te dejara engañar su faces inocente ni lo que escondían sus ojos de un fuerte azul cristalizados con la nieve que caía a su al rededor.

—¿Y qué pretendes? ¿Doblegarnos a los mandatos de una región que desconocemos? ¿Ser sumisos ante aquel que le cortó el cuello a nuestros amigos? Perdiste la cordura —Black jamás desistiría, él siempre pondría frente a sus problemas planteando soluciones que según resultaban ser las fiables.

—¡No tenemos armas! ¡Estamos indefensos! —gritó el ojiazul exasperado.

—Habla por ti —Black mostró la brillante navaja que siempre cargaba en su bolsillo, una reliquia familiar que le fue entregada por su padre, un veterano de la guerra.

Red se mantenía callado, su cabello rojizo envuelto en una fina capa de cellisca y sus labios encarnados temblando de frío.

—¿Es que acaso prefieres morir aquí, a tener la oportunidad de vivir? Somos un equipo —un paso atrás en falso, Black se acercaba peligrosamente hasta que sus narices casi rozaron, la mirada negra, fúnebre y llena de odio.

—Somos equipo si están conmigo, si se quedan y siguen tus fatídicos planes, morirán, y yo estaré disfrutando de un banquete mientras sus cuerpos son lanzados para darle de comer a los perros sarnosos de la calle —Red tiembla, «estos dos no se soportan, una palabra más y seremos dos en vez de tres», pensaba para sus adentros y su estómago se revolvía con la sola idea de quedar con uno en vez de dos, cuando ya primeramente no confiaba en ninguno pero se sentía más protegido con ambos de su lado.

Cuento: Los Tres SoldadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora