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Finalmente, la noche llegó, nos recostamos sobre la manta y miramos hacia las estrellas, las cuales se podían ver perfectamente.

Al instante, ví pasar a una estrella fugaz, luego otra y así, en ese momento recordé que habian anunciado una lluvia de estrellas. Quería que ella también viera éste hermoso fenómeno, así que sin esperar tanto le dije.

-Mi niña, mira, una lluvia de estrellas. 

-Se ve tan precioso, no es verdad? 

-Claro que sí, pero ninguna estrella brilla ni brillará más que tú- admití.

Quizás no la podía ver perfectamente, pero la conocía tan bien que sabía que ahora mismo estaba totalmente sonrojada. 

-Te amo y siempre lo haré, sin importar que pase. Y estoy completamente seguro de que eres el amor de mi vida- le dije y besé su mano, la cual aún estaba entrelazada con la mía -Quiero y deseo poder construir mi futuro a tu lado. 

-Yo también te amo, y no sabes cuan feliz me haz hecho todo este tiempo...

Se sentó nuevamente y a los pocos segundos imite su acción. Ahora que estábamos sentados frente a frente bajo la luz de la luna, tomó mi mejilla, me miro, y dijo con una linda sonrisa que solamente podía ver yo.

-Es momento de que regreses mi amor, no llores más y sé feliz, por mí y por ti. Aún no es momento de volvernos a reunir y no te preocupes por mi, yo estaré esperándote. 

Al instante comencé a llorar, y entre sollozos le dije -D-de qué h-hablas? __-______, no... No entiendo...

Y sin decir otra palabra, me dió un beso... Uno que parecía ser de despedida.

Un beso de despedida ᎒ Aidan GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora