"Oi Takemichi, porque compraste tantas cosas, ni siquiera las puedes cargar", lo regañaba Draken viendo como este iba haciendo malabares para que no se le cayeran las bolsas, ni lo que tenían estas dentro.
Takemichi que se sonrojaba así, por primera vez en esa tarde, al saber que, efectivamente no debería haber comprado tantas cosas sin prever el problema que sería caminar con todas esas bolsas, rebosantes de objetos innecesarios, por las calles del centro. Así que agradeció, internamente y luego en voz alta, cuando su querido y considerado amigo Draken se acercó para ayudarlo, liberándolo de una buena cantidad de bolsas.
" No lo regañes Kencchin, no es como que se pueda controlar cuando sale de compras, siempre termina comprando algo para cada miembro de la touman", alegaba Mikey, mientras iba tratando de que el peluche gigante que se le ocurrió comprar no tocara el suelo.
"Ni siquiera entiendo porque compraste esa mierda, es horrible y demasiado grande, sin contar el peinado de mierda que tiene", Baji decía todo esto con una cara de total confusión al observar el monstruoso peluche de Mikey, gigante, rosado y con el pelo de un tono amarillo ridículamente llamativo y un peinado aun más patético. Creo que se parece a alguien.
"Como que mi peluche es horrible, no viste el de Kencchin, ese si es horrible. Quien en su sano juicio compra", se quedo callado un momento, inclinando un poco la cabeza hacía la izquierda, para observar bien el peluche que llevaba Draken colgado de un brazo "una especie de conejo extraño y lila".
" No es extraño, es solo un conejo de peluche. En cambio el tuyo si que lo es, quien compra un peluche con un parecido tan obvio y espeluznante con uno de sus amigos", respondía desviando su mirada del peluche a Takemichi, y viceversa.
"Mierda, es verdad, luce igual de patético que Takemitchy", y con eso, basto para que todos rompieran en una estruendosa carcajada, tomando por sorpresa a la gente que caminaba por su lado y haciendo sonrojar a sus amigos. A uno por comprar un peluche con el pelo igual al de su amigo, sin darse cuenta, claro y al otro por ser encontrado parecido a un peluche.
" ¿Porque Takemichi y Mikey están sonrojados? ¿Y porque la gente huye despavorida como si hubieran presenciado la explosión de una bomba?", preguntaba Chifuyu mientras miraba al rededor, un tanto divertido por ver el sonrojo y la expresión de haber sido atrapados en algo que habían ocultado gloriosamente por mucho tiempo de sus amigos, y tratando de entender que sucedía.
"Baji se burlaba del parecido entre el peluche de Mikey y Takemitchy, mientras todos nos cuestionábamos, internamente, porque mierda decidimos salir de compras juntos" respondió Draken, mientras tomaba la delantera en la fila que en algún momento, del que no fueron conscientes armaron para transitar por las calles de Tokyo sin golpear a nadie, aun cuando a Baji le hubiera encantado poder golpear gente y culpar al poco espacio y al tumulto de personas que iban y venían.
"Ni siquiera sé porque aceptaste venir maldito, no compraste nada y te dedicaste, pura y exclusivamente a cabrearme", dirigiendo una mirada de hastío y odio al culpable de su, muy vergonzoso, sonrojo, Mikey habló, y calló, de repente la perorata que seguramente iba a soltar sobre hacer sonrojar a su comandante y superior. Cuando dirigió su mirada a Baji, esperaba verlo sonreír victorioso por su anterior sonrojo y los vestigios que quedaban de este, o incluso esperaba verlo golpeando a alguien sin disimulo alguno, para después poner su mejor cara de yo no hice nada que gritaba a los cuatro vientos que claramente sí lo hizo y que estaba ansioso por ver que iba a hacer al respecto. Así que, ciertamente se sorprendió muchísimo, cuando vio la escena que estaban llevando acabo esos dos justo detrás de Kencchin.
Sabía que del salvaje Baji que tenía la mala suerte de ver todos los días, no quedaba nada cuando aparecía cierto rubio de ojos celestes, lo sabía, pero era la primera vez que observaba en carne propia, la transformación del susodicho en presencia de Chifuyu.
Era como ver a un huracán fuerte, irascible e incontenible, convertido de repente, en pequeñas gotitas de la lluvia más tranquila que alguna vez se presenció en las calles.
Los otros dos adolescentes restantes, al captar el absoluto silencio en el que se encontraba el más revoltoso de ellos, voltearon asustados y preparando los celulares para llamar a la policía y a una ambulancia, la que se llegase a necesitar primero. Pero, entonces al igual que Mikey, quedaron estáticos, en silencio y con expresión en el rostro que dictaba palabra por palabra, letra por letra, todas las emociones por las que acababan de pasar, desde la preparación para un desastre de nivel colosal a la más pura y dura de las sorpresas, mezcladas claramente, con un poco, muy poco de burla e incomprensión, al observar con ojos demasiado abiertos, como Baji, ¡Keisuke Baji!, el, tal vez más peligroso y letal muchacho de 15 años, abrir grande la boca para que Chifuyu, por consecuente, acercara su mano hacía esta, y pusiera la dona entre sus dientes para que moridera un poco. Y en su estado de shock total, se sorprendieron todavía más, al ver que su amigo mordía solo un poco de la dona, dejando así un pedazo para su alimentador personal, y no zamparse toda la dona de una moridida.
Y mientras estos tres muchachos se mantenían estáticos en medio de la calle, limitando el libre transito de los que iban por ahí, con la boca abierta y la cara contraída en sorpresa, otros dos adolescentes caminaban juntos, esquivando gente y compartiendo una dona, sin apuro alguno, aun cuando sus amigos los habían dejado atrás, al ellos, parar para comer y dar de comer, en el caso de Chifuyu. Sin reparar en la sorpresa de sus amigos y en el estanque que estaban sufriendo los pobres transeúntes, que habían tenido la mala suerte de estar pasando por ahí justo en ese momento.
Estaban en su mundo, en su burbuja, demasiado concentrados el uno en el otro para ser consientes de lo que pasaba a su alrededor, aun cuando eso podría ser un poco su culpa.
No había nadie más para ellos en ese lugar y en ese momento.
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Compras y sorpresas
Fanfiction"Un día de compras para ellos, un día complicado para el resto" Disclaimer: Tokyo Revengers pertenece a Ken Wakui