Desde que se quedó paralizada, Zhu Dahua sintió que había sufrido demasiado y que si tuviera a alguien que la atendiera bien, sufriría menos.
Song Wenbing asintió con la cabeza y respondió: "Bueno, mamá, es más o menos lo mismo, está bastante contenta conmigo. Tendré una charla de compromiso con ella más tarde, creo que pronto se casará con nuestra familia."
Cuando Zhu Dahua lo escuchó, murmuró muy feliz: "Esto es genial, literatos, todavía eres bueno, puedes convencer a una niña para que venga aquí".
Pero Song Wenbing suspiró y pareció un poco infeliz. Zhu Dahua se apresuró a preguntar por qué: "Wenbing, ¿qué te pasa? ¿No es bueno que esté dispuesta? ¿Por qué pareces tan triste?"
Song Wenbing explicó entonces lo que había sucedido hoy. Estaba descontento porque había gastado demasiado dinero en ropa, zapatos y crema para Li Lijuan, gastando casi el sueldo de un mes de una sola vez.
Después de escuchar las palabras de Song Wenbing, Zhu Dahua también estaba muy descontenta con Li Lijuan.
Sin embargo, Zhu Dahua pensó bien y consoló a Song Wenbing: "Ahora, si quieres casarte con una chica, sangrar es normal. Si no gastas dinero. ¿Cómo puedes convencer a una chica para que se case?
Cuando se case, será más fácil controlarla, sólo hay que hacer que escupa lo que haya comido.
La ropa y los zapatos de cuero se pueden regalar a tu hermana en el futuro, ¡lo cual no es un desperdicio! "
Song Wenbing escuchó y sintió que lo que dijo Zhu Dahua parecía razonable, así que asintió: "¡Mamá, lo entiendo!".
Zhu Dahua nuevamente le recordó seriamente: "Wenbing, no seas tacaños con esa chica. Gastemos más ahora. Está bien gastar más dinero. Lo primero que tienes que hacer es conseguir que se case contigo.".
"Está bien, mamá, te escucharé".
Zhu Dahua no dijo nada y, tras unos cuantos consejos más, Song Wenbing se fue a descansar.
Por otro lado, Li Lijuan consiguió finalmente volver al equipo de producción tras un largo y arduo viaje.
Después de caminar tanto de un lado a otro, Li Lijuan habría estado gritando y quejándose si estuviera tan cansada en tiempos normales.
Pero hoy Song Wenbing le compró ropa y zapatos de cuero, compró su crema y la llevó al restaurante estatal para comer cerdo estofado. Incluso si estaba cansada, el corazón de Li Lijuan seguía siendo dulce.
Al regresar a la casa Zhao, Li Lijuan regresó de inmediato a su habitación y rápidamente se puso la ropa y los zapatos de cuero que Song Wenbing le había comprado.
Cuanto más los miraba, mejor le parecían. En ese momento, Li Lijuan lamentó no haberle pedido a Song Wenbing que le comprara otro par de pantalones. La ropa y los zapatos nuevos habrían quedado mejor con pantalones nuevos.
En este momento, Li Lijuan solo podía arreglárselas con un par de sus viejos pantalones y ponérselos casualmente.
Pero con el vestido nuevo y los zapatos de cuero, Li Lijuan ya está muy satisfecha.
Después de vestirse, se puso un poco de crema en la cara y salió de la casa.
Cuando vio a Zhao Xiulan, Li Lijuan preguntó jactanciosamente: "Zhao Xiulan, ¿crees que mi vestido y mis zapatos de cuero se ven bien?"
Zhao Xiulan les echó un vistazo y vio que tenían un buen aspecto, nada mal para estos días.
"¿¿Qué tiene que ver esto conmigo? ¿Por qué me lo preguntas?" Zhao Xiulan respondió con indiferencia, sin darle importancia.
