Nolmaria (salida Ruta 221)
Aeryl el Dragonite volaba con parsimonia hacia la salida occidental de Nolmaria. Uno de sus viejos socios, Growert, le pidió que se asegurase de que cierto pokémon de tipo agua llegase sin problemas hacia la Academia Plateada, y como el dragón no tenía nada mejor que hacer a esas horas del día, había pensado en hacerse cargo del pequeño recado. Fue así que llegó al portón occidental del pueblo, lugar donde dos de sus clientes frecuentes, Hank y Blaken, los porteros, debían estar haciendo guardia en ese momento.
Realmente, no le sorprendió ver a uno de los Murkrows en pleno combate, y menos aún al confirmar que se trataba de Blaken, conocido por su carácter belicoso y fanfarronería. Sin preocuparse por la batalla del ave, Aeryl buscó con su mirada a Hank, compañero de Blaken y un pokémon mucho más dado al uso de la palabra. Lo ubicó a un costado del camino, junto a Leaffy, la pequeña Swadloon y un Snivy que nunca antes había visto. Dispuesto a preguntar si vieron pasar por el lugar a un pequeño Mudkip, aterrizó con suavidad detrás de Hank y los demás.
-Buenos días Hank, Leaffy, joven Snivy - saludó el dragón.
-Oh, hola, señor Aeryl, ¿qué hace usted por la ruta 221? - respondió Hank.
-Solo quería preguntar si habían visto a un pequeño Mudkip pasar por aquí. Es un pokémon de tipo agua, cuadrúpedo y con una aleta sobre su cabeza. ¿Lo han visto?
-Pues resulta que sí. De hecho, está a pocos metros de nosotros, señor, luchando contra Blaken.
-Oh, ya veo... -dijo el dragón - espera, ¡¿qué?!
Inmediatamente, Aeryl le prestó atención al combate de Blaken y comprobó que efectivamente, su oponente era el joven Mudkip que estaba buscando. Sin tiempo que perder, se elevó de un salto y derribó al Murkrow con un solo golpe de su brazo cuando este se disponía a atacar al pokémon tipo agua.
-Bueno, bueno, ¿alguien va a explicarme que está sucediendo aquí? -dijo el Dragonite con una amplia sonrisa y mirando con gran interés a los pokémon presentes, en especial al Mudkip.
Arthel se sintió invadido por la emoción por un momento. Nunca había visto a un Dragonite en persona, solamente escuchado hablar de ellos a su padre, el cual siempre decía que eran oponentes temibles en batalla y criaturas de mucho temperamento. Olvidándose de sus recientes heridas y el cansancio, corrió a presentarse frente al formidable dragón.
-Señor, ¡señor Dragonite! - dijo Arthel - Le agradezco mucho su ayuda, tiene mi gratitud y mi palabra de que algún día, cuando sea un famoso explorador, le devolveré el favor.
- No me agradezcas pequeño - respondió el dragón - alguien más ya me retribuirá por esto a su debido momento. Supongo que tú eres Arthel, el pequeñajo que cierto Toucannon acompañó desde la capital Misuvia.
- Sí señor. Nos dirigíamos a la Academia Plateada. El señor Growert me dejó continuar por mi cuenta el resto del camino.
- Que extraño. Juraría que Growert nunca abandona un encargo...
- ¿Cuántos años tiene? ¿Puede comerse las nubes? ¿Les tiene miedo a los bloques de hielo? -le interrumpió Arthel con un brillo de admiración en su mirada.
Mientras Arthel interrogaba a un paciente dragón, Leaffy acompañaba a un ya repuesto Snivy.
- Mira que eres descuidado - dijo la pokémon bicho - estoy segura que llevas mucho tiempo viajando sin descansar en condiciones. Eso explica tu apariencia desastrada y tus heridas. Debes darle tiempo a tu cuerpo de sanar. No es bueno forzarlo de esa manera, menos cuando eres tan pequeño.
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Pokémon Ausvandel: La academia Plateada
AventuraEn una región habitada solo por las fantásticas criaturas conocidas como Pokémon, un joven Mudkip sueña con convertirse en un valiente aventurero y explorador. Para lograr ese objetivo, se dirigirá a la prestigiosa Academia Plateada, donde podrá ap...