Killers in Hughton #1
¿Qué pasaría si un lugar lleno de luz y de armonía revelara sus secretos más oscuros? ¿Qué pasaría si esa armonía, sólo estuviese camuflando la verdad bajo un manto de mentiras? Una verdad horrible, que era mejor, quedase bajo tierra.Todo comenzó con la misteriosa desaparición de Kerry Dawson el 13 de agosto. Nadie sabía su paradero, si se encontraba bien o si había dejado este mundo. Entre tanto, las autoridades de Hughton buscarían pruebas por todas partes. El pueblo ya no era el de antes, no era seguro, esa paz y armonía que existía había desaparecido.
Al principio, los pueblerinos especulaban que Kerry había sido secuestrada. Tenía lógica, puesto que su padre Aron Dawson era un exitoso empresario. Pero, con el paso de los días vieron que no era así, al no recibir ninguna llamada pidiendo dinero por la chica, la desesperación azotó a la adinerada familia. Y el pueblo comenzó a tener miedo de una verdad más turbia que las especulaciones.
La policía local siguió el protocolo establecido e investigó 24 horas después de la desaparición de la chica a su novio Taylor, un chico problema, abogando que este fué la última persona en verla con vida. Pero nuevamente los rumores no eran ciertos por lo que el chico quedó libre de acusaciones horas después.
Verdaderamente el último lugar donde se vio a la chica fué a la salida del colegio Livingston, justo horas antes de su desaparición. Luego de eso nadie supo donde fué ni que hizo. Las dudas seguían dando vueltas en las cabezas de los habitantes de Hughton. Pero la desaparición de la chica no sería la primera, ni la última y pronto lo sabríamos.
Un nuevo día comenzaba el 19 de agosto. Un chico entra a la cafetería del colegio Livingston muy asustado y con la mirada perdida, como si buscase a alguien entre la multitud que había.
Se trataba de mi viejo amigo Adam Lewis, el chico guapo e irresistible del salón. Jugador de baloncesto, ganador de intercolegiales dos años seguidos, en fin, alguien famoso dentro de la escuela. ¿Y adivinen a quién buscaba? A mí, el chico raro del salón que solía ser su mejor amigo.—Hola, Matt. —se sentó en una silla, justo al frente de donde yo estaba.
—Hola, Adam. ¿Qué te trae por aquí? —pregunté un poco asombrado, mientras tomaba un café.
—Presta atención. —estaba nervioso— ¡Necesito tu ayuda con algo!
Como era de extrañarse me sorprendió mucho. Alguien que dejó de hablarme al entrar al colegio lo hacía nuevamente. Pero esta vez solo era por un favor.
—¿Qué desea el rey del colegio? —pregunté con sarcasmo, y continúe tomando el sabroso café que preparan en el colegio.
—Es Sidney, no contesta mis llamadas y la última vez que la ví fué ayer por la mañana. —parecía preocupado— Temo que le pase algo malo, hoy no vino al colegio y ella nunca falta. Sin dudas le pasó algo y estoy preocupado. ¿Me ayudarás?
Sidney Lowe, la cerebrito de la clase. Era una estudiante sobresaliente en todo, como una enferma a los estudios y a todo en general, hasta en deportes era la número uno. Era de esperar que estuviera con Adam, los más populares de la escuela juntos, era un alboroto, al menos para algunos.
—Eh, claro. —contesté— ¿Cómo puedo ayudar?
Ella me había ayudado un par de veces, así que pensé en devolver el favor.
—¡Debemos buscarla, Matt! —afirmó Adam.
—¿Tienes alguna idea de donde pudo ir? —pregunté.
—Tengo una idea. —se levantó de la silla— ¡Sígueme!
Caminamos por la cafetería unos segundos, pero, de pronto vi algo inusual.
—Hey Adam, —señale— mira hacia allá.
Adam voltea la mirada hacia la entrada de la cafetería.—¿Federales? —preguntó confuso— ¿Que hacen aquí?
—Están hablando con el director Travis, algo serio, al parecer, lo digo por sus caras de indigación. —contesté.
—Puede ser por el incidente del 13 de agosto, eso espero. —dijo.
Caminamos hacia la entrada de la cafetería, justo dónde se entablaba una conversación, al parecer, muy mala por los gestos que hacía el señor Travis. Nos acercamos lo suficiente como para hacer notarar nuestra presencia.
—¡Oh! ¿Adam Lewis, Matías John, tienen un momento? —nos llama el director Travis.
Nos acercamos a ellos.—¿Si, que pasa señor Travis? —preguntó Adam dudoso.
—Estos señores quieren decirte algo. —respondió seriamente.
—Adam Lewis —dijo uno de los federales— ,soy el oficial Waley, de la policía local.
Tengo una orden de arresto contra usted por las desapariciones de las señoritas Kerry Dawson y Sidney Lowe. Usted debe acompañarnos en silencio, no queremos armar ningún escándalo en este prestigioso colegio.
No hice más nada que permanecer inmóvil por un tiempo. Observé como se llevaban a Adam en silencio, sin espozarle para no levantar sospechas. No creía que Adam fuese un asesino, pero… ¿En realidad él estaba preocupado por Sidney? Las preguntas carcomían mente. Tenía que buscar pruebas, indicios, algo que mostrará que Adam, era inocente. Si el confío en mi al pedirme ayuda yo creo en él.
Pero como es costumbre en Hughton las dudas surgían de la nada. Y una vez más la oscuridad se hacía notoria. Alguien estaba moviendo hilos en el pueblo y cada vez que lo hacía, algo malo pasaba, ejemplo de ello las acusaciones hacia Adam Lewis. Pero, eso no sería lo único que ocurriría el 19 de agosto y Avery Talley, amiga de las dos desaparecidas lo sabía.
—Director Travis. —Una preciosa chica, de cabellos rizos llamó a la oficina del director.
—¿Oh, señorita Talley, qué la trae por aquí? —preguntó el señor Travis.
—A partir de hoy dejaré este colegio —comenzó a llorar— .Me iré al extranjero.
—Entiendo —miró el director a la chica, sin asombró alguno— .Miraré su expediente y le daré la baja del colegio. Que tenga un buen viaje, señorita Talley.
Al día siguiente no quedaba nada de Avery Talley en Hughton
Aún se desconoce el motivo de su partida. Si sabía algo sobre nuestras chicas fantasmas, se lo llevó con ella a alguna parte del mundo.Continuará…
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Killers In Hughton
Mystery / ThrillerTras la misteriosa desaparición de Kerry Dawson, extraños sucesos comienzan a ocurrir en Hughton. El constante asedio de un posible asesino retumba en las calles, causando el miedo entre los habitantes del lugar. El permanente asecho del homicida ca...