Aizawa x TÚ (Koneko) ([+18] SUPER HOT One Shot)

Parezco un adolescente de ahí abajo

Estoy enamorada de mi maestro... junto con otras 50 chicas que se sienten atraídas por su personalidad y físico. Es como una guerra fría entre todas para tratar de conquistar su corazón; a mí no me interesa nada de eso ya que es imposible que pase algo así entre nosotros, no soy parte del grupo de héroes así que nos vemos una hora al día y apenas recuerda mi nombre así que sólo me llama "Koneko", en realidad no sé qué significa, ni quiero saber.

Me da algo de rabia pensar que mi identidad sea tan poco relevante para el héroe Eraserhead. Lo entiendo, tiene otros 200 nombres que recordar ¿qué tiene el mío de especial?

Al principio no me sentía atraída hacia él, esta no es una historia de amor a primera vista. De hecho, es un amor de última vista. Dicen que cuando estás a punto de morir ves aquello que adoras más en esta vida. Hace dos años tuve un accidente importante por lo que me atrasé de curso y mi grupo cambió; soy mayor que todos mis compañeros y eso me hace sentir insegura, además de una fea cicatriz en el costado derecho a la altura de la quinta costilla.

Él me ayudó a acoplarme a las clases a pesar de tener poco tiempo en la asignatura y siempre pregunta cómo va la herida, me hace sentir una calidez especial en el pecho, contrariamente de la frialdad con la que me habla. Es mucho más que obvio que no está interesado en una colegiala sin autoestima, que no es especialmente guapa ni tiene un quirk apropiado para ser héroe.

Un fin de semana mientras estaba a punto de terminar mi guardia nocturna con otra compañera en la veterinaria en la que trabajo, entró mi profesor con una cara de preocupación que cambió a sorpresa y alegría cuando me vio

—Koneko, qué gusto me da ver que trabajas aquí, no le confiaría esto a cualquier persona. Por favor ven conmigo, no sé qué hacer

—¿Qué pasa?

—Te contaré en el camino, ven— Tomó mi mano y salimos corriendo— Perdón por esto

—¿Perdón por qué? —En ese momento me levantó en brazos y con sus cintas nos elevó al techo de las casas— Me dan miedo las alturas ¿no podemos caminar?

—¡No! Esto es urgente— Me bajó un momento y se hincó con la espalda hacia mí, dándome a entender que debía subir a ella para irnos lo más rápido posible de ahí

El trayecto fue muy corto, se movía demasiado rápido. Tardamos un par minutos en llegar a un departamento dúplex al que entramos por la ventana; Aizawa rápidamente trajo un bulto en los brazos mientras yo recuperaba el aliento, cuando se acercó más, pude ver que era un gatito color negro

—Está respirando muy rápido. Lo recogí esta mañana, lo alimenté y ha dormido bastante, pero de un momento a otro se puso así

—Yo... no soy veterinaria, no sé qué le pasa. Debiste decirme para esperar por alguien con especialidad

—Algo podrás hacer ¿cierto? Te lo pido...

—Ponlo sobre el sillón— Rápidamente se quitó el abrigo y la recostó como le dije

La examiné con dificultad ya que no era tan dócil como él presumía, al llegar a su vientre me di cuenta de que al parecer era una hembra que estaba a punto de dar a luz; le pedí una caja amplia y vacía con papel periódico rasgado en trozos grandes. Coloqué a la gatita ahí con sumo cuidado, la caja la posicionamos bajo la mesita de centro para darles espacio y vigilarla al mismo tiempo. Fuimos a la cocina

—Ten paciencia. Será suficiente dejarle agua y comida cerca, sus partos suelen durar entre 3 y 6 horas, dependiendo de la cantidad de gatitos y las camadas que haya tenido*

—Koneko, muchas gracias. Vamos, te invito un trago. Ya eres mayor así que no debe haber problema alguno

—Después del susto, claro que lo acepto— Ambos nos quedamos viendo hacia el frente, donde se encontraba la minina— ¿Por qué no quisiste que la viera alguien más?