Capítulo 5

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Juvia regresó a Fairy Hills, donde reside actualmente, seguía aturdida por lo sucedido en la tarde, ¡No se creía que se había reencontrado con su amigo de la infancia!, ¿Cuánto tiempo había pasado? Muchos años sin duda, desde que era una niña. Todavía estaba alucinando cuando giró el pomo de su habitación y observó uno de los muñecos - creación de la maga - de Gray.

-¡Mierda, Gray-sama! - se llevó las manos a la cabeza, se había olvidado por completo de él. ¡Lo había abandonado!

Con el corazón latiendo a mil por hora se fue corriendo hasta el lugar donde lo había dejado, exhausta y sin aliento, se dio cuenta de que allí no quedaba nadie. "Juvia tonta", pensó, "mañana Juvia se disculpará con él", ¿Cómo podía haber olvidado su cita con el chico que le robaba suspiros? Suspiró rendida ante el cansancio.

Ya más calmada regresó a su habitación para no poder dormir en toda la noche. No podía parar de pensar en su reciente descubrimiento, el chico de ojos brillantes como la luz del sol, Riyu. Estaba emocionada, hacía tanto que no lo veía.

A la mañana siguiente la maga se levantó con unas ojeras de espanto. Normalmente iba pronto al gremio para recibir a Gray en cuanto llegase, pero hoy no iba a ser ese día. Estaba totalmente despeinada y con cara de zombie. Finalmente solo había podido dormir durante una hora, así que como pudo se bañó y se vistió. Una vez preparada para ir al gremio, salió de su habitación encontrándose con Erza en el pasillo.

-Buenos días Juvia, ¿Cómo es que vas tan tarde al gremio?

-¡Erza-san! Bueno... Juvia durmió un poco mal.

-Yo me he entretenido limpiando mis espadas - dijo haciendo caso omiso al comentario de la peli azul mientras que a la pelirroja le brillaban sus ojos cafés de una forma que aterrorizaba.

Juvia sonrió falsamente con una gotita de sudor en su cabeza. Salió lo más rápido que pudo de Fairy Hills, corriendo en dirección al gremio, debía disculparse con Gray y contarle lo sucedido. Iba a prisa y colocándose su gorrito azul mientras miraba al suelo para no tropezar con ninguna piedra. Un brazo tiró de ella haciéndola caer en un arbusto cercano.

-¿Pero qué...?

-Shh...

La chica levantó su mirada topándose con la ojos color amanecer de Riyu, ¿Qué hacía él ahí? Entonces se fijó en la posición en la que se encontraban, sentada al frente de él con sus muslos puestos sobre los suyos, muy cercano el uno del otro, ¡Casi no había espacio entre ambos cuerpos! Cuando Juvia se percató de la cercanía, se alejó de él.

-No te muevas – y la abrazó.

Ella quedó quieta, helada más bien. La incomodidad estaba abriéndose camino por los sentimientos de la maga, no comprendía porqué actuaba de ese modo. Tras unos segundos, la soltó.

-Tenemos que dejar de encontrarnos así – comentó ella con el ceño fruncido, pues se estaba volviendo una costumbre.

-Perdona, me estaban siguiendo...

-¿Quién?, ¿Por qué te siguen? - alzó la cabeza buscando a esas molestas personas.

Riyu la sostuvo de la cara haciéndola girar para que lo viera a él.

-Bueno... si dedicas el resto del día a pasarlo conmigo puede que te lo cuente – le dijo mientras le colocaba el gorro que se le había caído anteriormente.

Juvia se debatía entre si hacerlo o no, pues le debía una disculpa a Gray y cuanto antes fuese mejor. También quería saber a qué se debe tanto misterio. La tarde anterior hablaron de trivialidades pero sobretodo de la vida de ella, mientras que la maga no sabía nada de él salvo que era su amigo de la infancia y que hacía muchos años que no lo veía.

Connections - GruviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora