Contrato de la Felicidad ©

~CAPITULO 18~

— Ok, este es mi humilde morada, espero que te agrade ya que vivirás aquí por un tiempo—dice Samuel, dejando las maletas en el inicio de las escaleras.

— Creo que tenemos conceptos diferentes de humildad—recito mirando todo con asombro—. ¡Es hermoso!

Luego del civil no fuimos hacía la mansión tuvimos una pequeña ceremonia con una cena entre familiares y algunos conocidos, de Samuel obvio, ya estábamos cansados así que nos vinimos al Penthouse. Aquí empezaré a vivir desde ahora.

Antes pasamos por mi casa mientras yo buscaba las maletas y dejábamos a mi familia en su hogar.

— Me alegro que te agrade. Si quieres mañana lo exploras un poco para que lo conozcas. Yo estoy cansado, así que te enseño tu habitación—me dice subiendo las maletas y llegamos al pasillo donde la segunda puerta a la derecha entramos a una habitación mediana de color beige en las paredes con cortinas azul oscuro y suelo de mármol con una gigantesca cama matrimonial y dos mesas a cada lado.

Me gusta.

— El baño está al lado y la puerta de enfrente es la lavandería, bien cualquier cosa me golpeas la puerta de al lado—exclama retirándose de la habitación.

— Gracias. Que descanses.

— Tú igual—responde cerrando la puerta y como soy una paranoica cierro con seguro.

Me quito el vestido y me coloco mi pijama de camiseta de tiras y un short de seda, me adentro en las suaves cobijas y caigo en los brazos de morfeo.

___☆☆☆___

Hoy no ha pasado nada nuevo, en la mañana me levanté y desayuné sola porque Samuel estaba en su  despacho corrigiendo unos papeles, le llevé el desayuno como la persona considerada que soy.

Luego antes de irnos a la empresa, exploré un poco el lugar y vi mi parte favorita de aquí. Tiene una biblioteca no tan enorme pero es preciosa con vista hacía el balcón, con una mini sala de leer. No soy tan experta en libros pero me gusta leer algunos, así que tengo para matar el tiempo si me aburro.

Siguiendo, luego nos fuimos a la empresa, nada nuevo sólo nos felicitaron y cada uno a su rumbo.

Acabamos de cenar todo en completo silencio, y extrañé la cena en mi casa.

___☆☆☆___

Un mes después.....

A pasado un mes desde que nos casamos y las cosas han ido de mal en peor, peleas absurdas, discusiones casi todos los días, no hacemos nada juntos ya, por ejemplo los primeros días nos íbamos juntos a la empresa e igual de regreso, cenábamos o si teníamos tiempo almorzabamos.

Ahora nada de eso ni siquiera en la actuación ya la hacemos bien, no nos damos caricias en público, cero besos, ni un solo roce. Son contadas la veces y si lo hacemos es de muy mala manera. Nos han pillado en algunas peleas en la empresa tratamos de arreglarla pero la gente no es tonta, y aunque queramos tapar el sol con una mano no se puede tapar lo inevitable.

Nuestros familiares también han notado que pasa algo entre nosotros pero no se meten y ya casi ni vamos a reuniones familiares, siempre ponemos un pretexto. Se han unido más la familia de cada uno que nosotros.

Si seguimos así, esto se irá a la mierda y abra sido en vano todo pero no se que hacer para solucionar toda esta mierda. Créanmen que lo he intentado pero a sido un total desastre. Y siendo sincera le tengo miedo de nuevo, hemos llegado a peleas muy pero muy fuertes con gritos de parte de ambos.

En ocasiones me ha humillado y yo en una ocasión me saco de mis casillas que le dí una bofetada, de no haberle pedido perdón al momento, podría haberme pegado. Y no lo conozco lo suficiente para decir que no haría eso, yo sé que cada vez que tenemos una discusión  fuerte el parece un maldito loco desquiciado. Por ejemplo esa vez....

Flashback..

—¡Así que yo tengo la culpa de que tu teatrito se esté yendo por el caño!—digo con la cólera por las nubes—, eres tú el que no quiere cooperar.

—¡¿YO?! ¡No me culpes a mi por ser tan mala actriz!—chilla molesto.

—¡AY! ¡POR FAVOR! ¡Deja las excusas estupidas y admite un vez en tu puta vida que tengo razón. Trágate el maldito orgullo un vez y da la razón a quien sí la tiene!— grité.

— Creo que no te has dado cuenta todavía cielo, yo no me arrastro por nada ni siquiera por un puto perdón, no como tú— Me mira con superioridad.

—¡¿QUÉ DIJISTE IMBÉCIL?!—grité desgarrando mi garganta.

— Kayla... Ten cuidado como me hablas— Me amenaza.

—¡TE HABLO COMO SE ME DE LA JODIDA GANA! ¡NO ERES EL REY SAMUEL, ERES UN MALNACIDO INMADURO QUE NO ACEPTA SU REALIDAD Y SE ESCONDE COMO UN MALDITO COBARDE!—chillé.

Fue la bomba que estalló, Samuel se acercó de los sillones donde estaba hacía mí, en el inicio de las escaleras a grandes zancadas.

—¡TE DIJE QUE ME RESPETES ESTUPIDA!... PREFIERO SER UN MALDITO COBARDE QUE UNA ARRASTRADA COMO TÚ, PORQUE ESO ERES UNA PUTA ARRASTRADA QUE A LA PRIMERA OPORTUNIDAD TE COLGASTE DE MÍ SIN RECHISTAR— Comenzó a alzar la voz provocando que mis ojos se aguaran.

— Basta—murmuré.

— NO, A TI TE GUSTA DECIR LAS COSAS EN LA CARA, BIEN LAS OBTENDRÁS, AHORA TE AGUANTAS... SI ERES ASÍ NO ME IMAGINO EN LA CAMA, ¿DIME QUÉ CUENTO LE ECHAS A TUS CLIENTES?—exclama con malicia y su mirada llena de maldad.

—¡BASTA! ¡NO HABLES DE MÍ SI NO SABES LO QUE TUVE QUE PASAR EN EL PASADO!—grito y sin pensarlo le doy una bofetada.

Cuando reacciono a mi acción él ya tiene la cara de asesino serial y querer descuartizarme, es la misma mirada de ÉL, cuando se enojaba.

— Lo siento—susurro y bajo la mirada.

— No me vuelvas en tu miserable vida a levantar la mano y menos la voz, porque a la próxima atente a las consecuencias, ¿me entendiste?—sentencia con voz amenazante y aguantando la ira.

Tiene las manos en puños, así que retrocedo unos pasos.

—¿Me estás amenazando?— formulo.

— Tómalo como quieras yo sólo te aviso no me hago responsable de mis actos— Me mira con los ojos entrecerrados y se da vuelta y sale del departamento.

Fin flashback.

Esa pelea fue fuerte. Trato de no sacarlo de quicio pero él lo hace conmigo aunque lo ignoro pero eso es peor y de alguna u otro manera terminamos así.