Sé quien soy

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-hola, Candy. Disculpa el retraso, teniamos mucho trabajo pendiente pero al fin logramos terminarlo.
Me lavo las manos y te ayudo.

-Gracias Albert, la cena ya está lista! -dice con una sonrisa triunfal-
Solo ayudame a poner la mesa por favor.

-hummm! Que bien huele! Y luce muy apetecible.

Al terminar de cenar, recogen la mesa y lavan los trastes.

Albert agradece por la deliciosa comida- Candy ha logrado aprender muchas recetas gracias a unos libros que compró- Albert aclara su garganta y mirando a Candy a los ojos dice:

-Necesito decirte algo.

-¿Qué sucede, Albert?, ¿Por qué tan serio?

- Sé quien soy... He recuperado la memoria.- dice en tono serio-.

- ¿Cómo sucedio?, ¿Cuándo fue?- deseaba saber cada detalle-.

- Mi nombre es William....Albert- habla lentamente, trata de ser cauteloso-.

-¿William Albert?,¿y tu apellido?- algo en su interior le avisa que tal vez no le gustará lo que escuchará pero necesita saber-.

-Soy William Albert Ardlay.- casi en un susurro-.

Candy deja caer los cubiertos que estaba secando.

- ¿Cómo?...¿Ardlay?- deseando haber escuchado mal-.

- Así es. Soy el tio abuelo William, Candy.- sintiendo que el corazón se le partía en dos-.

Lagrimas rrecorren el rostro de Candy y sin duda se arroja a sus brazos

- Gracias, muchas gracias por todo lo que haz hecho por mí.- hablando con sinceridad-.

Le explicó que cuando terminaron el servicio voluntario como representantes de la UNICEF en algunas aldeas de África, sus compañeros y él llegaron a Bamako, Malí para regresar a Estados Unidos cuando un grupo terrorista atacó un hotel cercano al lugar donde esperaban al personal de la UNICEF que se encargaría de traerlos a Estados Unidos.

-Sentí el deseo de comunicarme con George y me aparte para realizar la llamada, cuando oí el alboroto, escuche las armas detonar y la gente gritaba y corrían con desesperación.
De pronto sentí un dolor muy fuerte en mí cabeza y no supe más de mí.
Estuve unos días en un hospital donde fueron atendidos los heridos de ese atentado, sin saber quien era; cuando representantes de la embajada estadounidense fueron a buscarme y me trajeron al hospital Santa Juana en chicago donde me encontraste.

La Vida, Dios o el Destino...un lazo muy fuerte, un poder superior los había reunido en una situación dónde las probabilidades de que eso sucedieran eran muy pocas esa fuerza o poder supremo los colocó de nuevo frente a frente en el mismo camino.

CONTINUARÁ...

Yo te voy a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora