My love and my life [TERMINADA]

✨둘✨

Bueno, las clases son normales y aburridas siempre.

Excepto la salida. Voy con Joo-Kyung a comprar maquillaje, aunque bueno a acompañarla porque yo no uso.

— Este tono está bonito.

— Comprátelo.

— Lo decía por ti.

— Yo no uso maquillaje, Joo-Kyung. 

— Pero te quedaría hermoso. 

— Nah, la hermosa eres tú.

— Ven, mira. 

Me aplico un poco en los labios y ella sonrió. 

— Preciosa.

— Gracias, me lo llevo. 

— Genial. Ahora...

Se quedó en shock de la nada. Vuelvo mi mirada hacia donde ella miraba con insistencia y descubro a un grupito de chicas que parecen las típicas matonas. Que obviamente no son nada sin ese típico grupito de perritos falderos con ellas. 

Pero antes de poder reaccionar, Joo-Kyung salió corriendo y tuve que seguirla, corriendo obvio. La chica corría muy rápido que en pocos minutos ya la había perdido de vista, pero de la nada una moto se atravesó en mi camino, lo cual hace que por poco me atropellen pero gracias a la maniobra del conductor, no pasó. Excepto que el conductor terminó tendido en el suelo con la moto tirada.

— No puede ser. 

Me acerqué rápidamente y lo examiné.

— ¿Señor, está bien?

Iba a tocarlo pero el señor se levantó de golpe causando que me fuera hacia atrás. Suerte que no me caí al piso. El señor se quitó el casco y me llevé sorpresa al ver que no era un señor. De hecho, era un joven de ojos gatunos y muy simpático.

Iba a hablar pero unos chicos aparecieron siguiéndolo y el chico me tiró su casco y se fue corriendo. ¿Y la moto? Ay, que estúpida, está corriendo por su vida y yo pensando en la moto. 

— ¿Debería seguirlo? 

Me dije que no pero ya me encontraba corriendo tras de él. Maldición, siempre hago lo opuesto de lo que quiero. Aunque pensándolo bien, me encanta el chisme. Ahora si con más ganas, salí corriendo siguiendo a esos chicos.

No sé en que rato terminé sentada en la escalera, viendo y escuchando todo. Solo faltó mi canchita y listo. Y vaya que está fuerte la cosa, porque al chico de ojos gatunos le querían dar unos buenos golpes. Bueno, ya le dieron un golpe así que no quiero quedarme de brazos cruzados.

El sonido de la sirena de policía hizo que los chicos se fueran corriendo. Apagué la alarma y salí de mi escondite. Y vaya que mala suerte que mi espalda chocó con el pecho del chico.