Entre Vendas y Listones. (Serie de One Shots)

Un mal Amor.

  ⚠⚠ Advertencia de historia sin final feliz, pero sin la muerte de nadie. Quería intentar algo diferente a lo que hago siempre y bueno... salió esto.   ⚠⚠

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Consulto una vez más su reloj para percatarse que su cita llevaba casi dos horas de retraso y no había excusa que valiera, este era el punto final, el último clavo en el ataúd de una relación completamente muerta y desgastada, respiro profundo coloco ambas manos sobre la mesa para levantarse con toda dignidad luciendo hermosa, porque había estado toda la tarde probándose vestidos y viendo tutoriales de maquillaje ligero pero elegante en YouTube y todo por nada.

-Señorita ¿Ya se marcha?- pregunto el mesero con un toque de lastima en sus palabras pues había visto a la linda chica esperar allí sentada por mucho tiempo.

-Sí, mi novio no llegara – le sonrió y luego metió la mano a su bolso- Toma, quizás tú le des mejor uso del que él le daría – y le ofreció una caja con un reloj que aparentaba ser muy caro.

-No... no puedo aceptar algo como esto, señorita.

-Entonces puedes dejar sobre la mesa y que se lo lleve quien lo desee o simplemente bótalo a la basura, después de todo ya no vale nada- dijo con nostalgia a la par que tomaba la copa de vino que estaba en la mesa y la bebió hasta que no hubo nada del líquido oscuro en ella- Buenas noches.

Dejó la copa vacía en la mesa, acomodo su bolso en su hombro y camino hasta fuera del restaurante con la esperanza de que un taxi apareciera pronto pues ya era algo tarde y además comenzaba hacer un poco de frio; al parecer el destino quería que llegara pronto a casa pues en menos de dos minutos ya estaba en el taxi camino a casa con una sola idea fija en su mente, hacer sus maletas y marcharse.

-En esta esquina por favor – le indico al longevo hombre que manejaba.

La azabache se bajó del automóvil pensando en que tan tonta podía llegar a ser, riéndose de sí misma al pensar que Gojo le pondría importancia a su relación alguna vez en la vida, sabia también que era muy probable que su peliblanco novio estuviera metido en la cama de alguna chica desconocida olvidado nuevamente su aniversario y sinceramente poco le importaba, eran tantas las veces en las que ese hombre le había roto el corazón que se sorprendía de no estar hecha un mar de lágrimas debido al desaire que había pasado esperando por el tanto tiempo sentada en una mesa que se había encargado de reservar con meses de anticipación.

-¿Qué tal estuvo la cena?- fue la pregunta que recibió cuando Shoko le contesto el teléfono.

-¿Podrías alojarme en tu casa por esta noche? – fue la respuesta que le regalo.

-Claro...- la castaña estaba justificadamente confundida y claramente recibiría explicaciones cuando se viera con la azabache pero ahora mismo se encontraba completamente muda- ¿Quieres decirme que ocurrió?

-Te contare después – dijo finalizando la llamada y cerrando la puerta del departamento que hace unos meses había comenzado a compartir con Gojo – Por dónde empezar... - se susurró a si misma con la interrogante de que cosas llevarse además de su ropa pues cada cosa en ese departamento tenía su toque.

Tomo su maleta del armario y comenzó a doblar su ropa que agradecía no era demasiada, a la par que empacaba pudo notar que el peliblanco había ido a casa pues algunas de sus cosas estaban desordenadas y el departamento apestaba a perfume, el mismo perfume que el usaba solo en las citas del tipo románticas y claramente su cita no era ella, sonrió con amargura profundamente arrepentida de entregarle tanto tiempo a un mujeriego como él.