.no puedo olvidarte.

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Me dirijo a mi habitación para cambiarme, ya que tenemos una misión, un demonio cambiaformas, la verdad que son los que más odio , así que disfrutaré matándolo. La última vez que vi uno fue hace dos meses, porque esas cosas ya no me las dan a mí, sino a mi hermano, Jace Wayland el mejor de la academia de Nueva York, el se la pasa de misiones con Izzy y Alec, mientras yo me tengo que quedar aquí entrenando. Ya sé que la práctica hace la perfección, pero sino la pongo a prueba es como si no hubiera aprendido nada, así que estoy feliz de que por fin haya un poco de acción.

Me encontré a Isabelle en el camino, llevaba una peluca platino y un vestido de fiesta, yo sé que a ella le encantan estas misiones, salir al mundo mundano, lucirse, y demostrar que era una lightwood, a parte de que le encantaba vestir vestidos de gala, de fiesta y escotados, lo que ponía a Alec furioso, porque había vampiros, y subterráneos que la miraban asquerosamente mal, a parte, era su hermanita, tenía que protegerla. Pero eso no era lo peor, a Maryse no le gustaba que se vistiera así, no le gustaba que se vistiera tan descarada, y aunque yo no fuera su hija pero ella me quiera como una, también me regaña por ser tan yo, no por ser tan fría sino por no dar órdenes, por vestir con pantalones, o incluso una vez me regaño por maquillarme demasiado. Pero lo entiendo, tiene una reputación que mantener frente a la clave, y no puede mantenerla si sus hijos no ayudan. Jace es su pequeño, con él es mas afectuosa que con nosotros, porque según  todos él es perfecto, y no es que esté celosa, no, solamente me da rabia que él sin haberse esforzado tanto como nosotros lo hemos hecho le salgan la cosas perfectas. 

Saludé a Isabelle y está me miró de arriba abajo como diciendo que por qué no estaba preparada aún y yo señalé el pasillo diciéndole que a eso iba, ella me sonrió y siguió su camino encontrándose a Alec quien ya se estaba preparando cogiendo su arco y flechas y como no su lengüeta, me miró y me dijo:

-Emm, Sabrina tráete tus flechas que aquí no hay suficientes- me miro mientras limpiaba un poco su arco con su típica cara seria.

-mm, vale- dije un poco obvia. Ya sabía que tenía que traérmelas, a parte no me gusta usar las suyas, porque tienen el astil muy gordo y para mí es más difícil tirar que con las mías que son más finas. Y seguí mi camino hacia mi habitación, al llegar puse mis flechas en lo alto de la cama para que no se me olvidasen. Y me dirigí a mi armario para ver la ropa que usaría.

Me puse un vestido negro de encaje por encima de la rodilla, era de tirantes, me lo regaló Louis por mi 17 cumpleaños, me quedaba un poco pequeño, pero me encantaba ya que es lo único que me queda de él aparte de un par de fotos, la de nuestra ceremonia parabatai, una en la que estábamos entrenando y otra de su cumpleaños, en esta última teníamos 16 años, y le prepare una fiesta en mi habitación, le  regalé un collage de un montón de fotos nuestras de pequeños con 11 años y como hemos evolucionado hasta que fuimos grandes, lo recuerdo como si hubiera sido ayer, ese aroma a canela y limón, esos ricitos, y esa humildad que le hacía tener un corazón inmenso. Quién lo iba a decir 4 años después y todavía sigo llorando y echándolo de menos, recuerdo que ese último día no fue el mejor de todos, nos peleamos por una tontería, podíamos haber echo las paces o apenas despedirme de él pero el puto demonio tuvo que aparecer y arrebatármelo, a lo que más quiero, quería y querré en mi vida, pero todavía sigo pensando que pude haber hecho algo para salvarlo, haber mirado, no haberlo dejado detrás, incluso el demonio pudo haberme matado a mí, pero no... Lo eligió a él, le quitó la vida a él, y no pude despedirme.

Cogí las flechas ya preparadas y secándome las pequeñas lágrimas que caían sobre mi rostro me dirigí a la sala de control donde seguramente me estarían esperando, pero para mi mala suerte al abrir la puerta de mi habitación pasaba mi hermano, quién al verme con los dedos en los ojos quitándome las pequeñas lágrimas, me miro y fue a decirme algo pero no le hice caso y seguí mi camino. Estoy harta de que todos me den sermones sobre lo de Louis  y que debo superarlo y cosas así pero son ellos mismos los que no saben que sienten, los que no saben que cada vez que pienso en el siento el vacío, siento donde estábamos conectados por la runa que poco a poco va desapareciendo, siento como su recuerdo va desapareciendo de mi memoria, siento que no puedo olvidarlo, porque si lo olvido olvidaría mi vida lo olvidaría a él y olvidaría que había existido, y él, él menos que nadie se merecía eso, él se merecía que todos lo recordarán, que todos fueran a su tumba y admiraran al que algún día hubiera sido director de la clave, al que algún día hubiera formado a su familia y hubiera vivido feliz junto a sus hijos y esposa, que hubiera disfrutado a vida y también admiraran al que algún día hubiera sido uno de los mejores hombres y shadowhunter.

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Hola, espero que os haya gustado el primer capítulo, me ayudaríais mucho si votáis, sinceramente he llorado haciendo el cap, mañana subiré otro, poned ideas en los coments o cosas que mejoraríais. Feliz semana ;)

𝕹𝖚𝖊𝖘𝖙𝖗𝖆 𝖕𝖆𝖘𝖎𝖔́𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora