𝑨 𝑺𝒌𝒚 𝑪𝒖𝒎𝒑𝒍𝒆

Ú𝒏𝒊𝒄𝒐

Steve estaba sumido en un grave dilema, justo hoy él y su pareja cumplían diez años de casados y no quería hacer lo mismo de los años anteriores, salida, cena, película y cama, salida, cena, película y cama. Todo en un bucle infinito, ya que esa era su zona de confort, pero anhelaba salir de ahí, hacer algo distinto y sorprender a su amado esposo.

Pero he aquí el problema, ¿Que rayos haría? En estos momentos contaba con poca imaginación como para crear algo diferente. ¿Que hago... que hago? Eran sus preguntas sin ninguna respuesta pero, un rayo rojizo de Sol llamada Natasha llegó para salvarle el día. Con los ojos iluminados llegó hasta la mujer abrazándola.

—¡Natasha te necesito!

La mujer, extrañada, preguntó.

—¿Que sucede Steve?

—Hoy es mi aniversario y no sé qué hacer, deseo realizar cosas distintas a los años pasados pero no tengo idea de cómo... hacerlo. Ayudame.

Romanoff acarició la melena rubia de su amigo, rió para separarlo de su cuerpo y mirarle. Ella haría cualquier cosa por él, como siempre lo ha hecho desde que lo conoce.

—Por supuesto—asintió.—te preguntaré algo pero necesito que me lo respondas con total sinceridad Rogers—dijo un está bien, emocionado.—bueno verás... alguna vez ¿Haz usado lencería para Stark?

Escandalizado y ruborizado hasta el cuello negó eufórico. ¡Por supuesto que no!

—¡Claro que no Natasha! Jamás he usado una cosa de esas, ni siquiera... juguetes—susurro muy bajito apenado.

—¿Es en serio?—dijo burlesca.—por favor Steve, no lo puedo creer—rió en verdad divertida. No lo podía creer.

—Basta Nat—hizo un puchero molesto.—estás aquí para ayudarme no para burlarte mujer.

—Está bien, lo siento—inhaló recuperando el aire perdido en sus carcajadas. Su amigo era tan lindo e inocente, y eso que estaba casado con un verdadero pervertido.—te diré algo que Anthony me dijo un día borracho, pero eso sí, silencio, no le digas que yo te dije.

—Lo prometo—aseguro alzando su meñique.—por el dedito.

—Por el dedito—esbozo una sonrisa correspondiendo al gesto infantil, entrelazando sus deditos.—bueno. Él me dijo... que amaría ver, aunque sea una vez en toda su vida, a su puritano esposo vistiendo ropa súper sexy y que lo dejes usar juguetes. Los que ha estado guardando por mucho tiempo.

—¿¡En serio!?—cubrió su rostro avergonzado. ¡Tony era un atrevido!

—Yo jamás miento, y por eso tengo una gran idea, cálmate y escucha, será el mejor aniversario para ambos.

•••

Cuando la pelirroja acabo de explicarle todo su plan pusieron manos a la obra, aunque al principio se negó, él nunca haría algo como eso, es muy embarazoso, pero accedió al fin y al cabo. Todo por complacer la fantasía de su Tony y por tener un aniversario entretenido.

Prepararon la habitación, Natasha lo ayudo a comprar la ropa que necesitaba y muy nervioso se la probó, debía admitirlo, le quedó a la perfección. Es como si estuviera hecho precisamente para él. Regresaron a casa y le envío un mensaje a Tony.

Nos vemos en el restaurant de siempre, te espero allá. Te amo.

—¿Crees que en verdad le guste?—pregunto temeroso.