No he podido pegar ojo en toda la noche, daba vueltas de un lado a otro en la cama, después me levantaba y daba vueltas por toda la habitación, era frustrante, me sentía agotada, no podía sacar de mi cabeza aquel mensaje: "Angioletto, queda menos para vernos, dulces sueños", demasiado irónico teniendo en cuenta que no dormí nada, esas palabras resonaban constantemente en mi cabeza.
Escuché a Carol y Marcos irse, lo que significaba que no les vería hasta el día siguiente, dado que esa misma noche yo empezaba a trabajar y ellos no llegarían hasta tarde.
Estuve toda la mañana dándole vueltas a eso, mientras desayunaba, mientras veía la televisión, mientras comía, literalmente todo el día, pero la inquietud de recordar aquellas carpetas de Carol en su habitación tampoco desaparecieron y ya aburrida e inestablemente desesperada me decidí en ir a verlas, también por despejarme un poco, aunque no sé si eso me ayudaría o no.
Cuando llegue a la habitación y mire la estantería dispuesta a leer todos aquellos archivos, no estaban, ¡No estaban!, no se quien los habrá movido de ahí, si Carol o Marcos, o quién pero habían desaparecido, como cuando el humo se evapora en el aire.
Puf, no estaban.
Necesitaba saber que era lo que había escrito en ellos y más ahora que no estaba, es decir, si no están es porque son importantes y si son importantes, yo necesito saber qué es lo que pone.
Se me fue el santo al cielo, cuando mire el reloj de la cocina, marcaba las siete y media y yo entraba dentro de cuarenta y cinco minutos, tenía que meterme el turbo si quería llegar temprano y debía de ser así, ya que era mi primer día.
Me vestí con algo sencillo, recogí mi pelo en un moño bajo y salí pitando del piso, fui andando ya que el centro comercial no me pillaba muy lejos.
Conforme iba andando una moto se acero a mí y cada movimiento que yo daba, esta lo repetía, si doblaba a la izquierda, también iba a la izquierda, que me paraba en un paso de peatones, se paraba en un paso de peatones, empecé a ponerme nerviosa, pero a lo mejor era alguien normal, que iba al centro comercial, mucha gente se dirige allí a lo largo del día.
En un momento rápido, antes de llegar me gire para divisar si conocía de simple vista al motorista, pero me fue imposible, ya que un casco tintado completamente de negro cubría su cabeza, unos guantes de cuero adornaban sus manos y su vestimenta negra no me dejo conocer nada. La moto era muy parecida a la de Carol, por no decir casi idéntica, pero no creo que fuese ella, la complexión era más atlética, como de un hombre.
Cada vez andaba más rápido, necesitaba llegar cuanto antes al centro comercial, aparte de que llegaba tarde, quería deshacerme rápidamente de la persona que me estaba siguiendo, porque si, confirme que me estaba siguiendo cuando me adentre al lugar que debía de llegar, y el susodicho, en vez de ir al parking y continuar con su recorrido por el centro comercial, dio un giro por completo y comenzó a trazar el mismo recorrido que habíamos hecho antes.
Llegué muy acalorada y con la respiración entrecortada me acerque a la barra donde estaba Jacobo.
--Vaya nena, parece que has corrido una maratón—Dijo de forma sarcástica en forma de saludo y sirviéndome un vaso de agua, el cual me bebí de un solo trago.
--Gracias, tú también te ves muy bien—Cosa que era cierta.
--No hace falta que lo digas eso es así siempre—Un movimiento de mano adorno esa maravillosa frase—Bueno pongámonos serios, esta noche tenemos un evento privado en la sala VIP—Dijo señalando con la mirada una puerta que estaba detrás de mí—Asique ve a vestirte con el uniforme que está en el vestuario y comenzare a explicarte todo un poco.
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AMNESIA
RomanceYo no recordaba nada. Yo no sabía nada sobre de mi. La palabra que lo define es frustración. Pero él, lo recordaba todo, y aun así, desapareció. Después de todo este tiempo mi deber era encontrarlo, lo necesitaba. Necesitaba saber quien era. Y por...