Yuanfen

Yuanfen (One-shot/shit)

Wenas wenas, solo revivió para escribirle un regalo de cumpleaños a mi bebu a, ahora mismo vuelvo pa la tumba jsjssbsbsb Juro que algún día acabaré las historias que os debo :"

Enfin, felix cumpleaños ParkMMiMi_ tkm<33333

(Advertencia: contenido lemon/lemanciou, el bebu pervertido lo pidió y yo hice lo que pude (es el peor que vas a leer) advertido quedas).

No os interrumpo más y os dejó leer ;)

(Si les interrumpo ahr, si ven faltas de ortografía o incoherencias me disculpo, esta niña me tiene escribiendo a altas horas de la noche :" enfin el amor).

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Yuanfen:
☆♡Principio que define esos amores que nacieron predestinados♡☆

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La luna brillaba con fuerza esa noche, su luz destellaba en el cuchillo que era movido majestuosamente por la suave mano, el brillo acabando cuando la hoja de la arma fue penetrada en la carne, la sangre empezando a salir.

Con fuerza sacó el cuchillo del cuello, el cadáver cayendo al suelo sin cuidado alguno, resonando por el vacío apartamento. La luz de la luna y de los otros altos edificios era lo único que le ayudaba a ver en la oscuridad.

Con calma se ajusto el pañuelo negro que cubría su cara antes de hablar.

– Trabajo echo – dijo en voz alta, el micrófono pegado en su sudadera oscura captando el mensaje.

*Recibido, ya puedes salir las cámaras aun estan hackeadas, avísame cuando salgas* escuchó la voz de su compañero a través del auricular en su oreja antes de sacarselo para estar atento a todo por completo.

Con paso tranquilo salió del apartamento, dirigiéndose al ascensor y después a la salida, el conocido coche negro también ya le estaba esperando.

Se subió siendo saludado por esa tierna sonrisa y en seguida se empezaron a mover, de vuelta a su hogar.

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Jisung caminaba por la calle, una sonrisa en su rostro mientras se dirigía hacía la cafetería, el dulce sonido de la campana se escuchó cuando entro, su novio al otro lado del mostrador. Sonriendo se tiró en sus brazos, besandole las mejillas con cariño.

– Buenos días bebé – escuchó por parte del alfa haciendo que su sonrisa creciera aún más.

– Buenos días amor – beso sus labios y se separó – Te extrañe – el omega notó las manos del otro en su cadera, haciendole ronronear.

Solo era así de suave con su alma gemela.

– Nos vimos ayer bebé – río Minho por lo pegajoso que era el contrario, ignorando los pocos clientes que tenía en la cafetería.

– Ya han sido casi 24 horas, es mucho – el omega hizo un puchero, viendo el brillo en los ojos del alfa – Te extraño siempre, deberíamos mudarnos juntos.