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El primer día no fue el mejor que tuve, pero el resto de la semana fue mejorando.

Era viernes, mis primeras tres horas eran libres, por lo que con Hermione y Ginny habíamos arreglado para vernos un rato e intercambiar algunas palabras.

A las ocho de la mañana sonó el despertador. Lo apague y me levanté con algo de dificultad de la cama. me di una ducha rápida y fui a las tres escobas.

Al entrar al bar, me encontré con ellas hablando en una de las mesas del centro. Me acerqué y las saludé a ambas con un beso en la mejilla.

Me senté en la silla libre y le pedí un café negro a la mesera del lugar, quien amablemente trajo en cuestión de segundos.

-¿Cómo has estado? –Preguntó Her- Hace mucho no hablamos las tres. ¿Cuánto pasó desde la última vez? ¿Un mes?¿dos?

-aproximadamente-confirmé. –Rose está bellísima y es tan inteligente como tú, o incluso más.

-¿Cómo está ella? –preguntó con una sonrisa.

-Bien, al igual que James y Albus, aunque Al ha estado estos  últimos días... distanciado de todos.

-¿Pero está bien? ¿Qué le pasa? –Preguntó la pelirroja con algo de preocupación.- Envió una cata, decía que todo estaba perfecto, que había quedado en Gryffindor y con Harry nos alegramos muchísimo. Pero, luego nos llegó una carta de Neville diciendo que deberíamos hablar con él, que Al no estaba del todo bien.

-¿Gryffindor ? Albus está en Slytherin. -confesé.

-¿Cómo?-preguntó Ginny confundida, mientras perdía lentamente su mirada en la madera oscura y vieja de la mesa. -¿me mintió? ¿Albus nos mintió? Soy su madre.-dijo con algo de tristeza en sus ojos.

-tranquila, quizás fue por... miedo a haber quedado en otra casa a la que ustedes dos y la de su hermano. –trató de consolarla Hermione. Ella acarició la espalda de Ginny y yo tomé una de sus manos, demostrándole apoyo.

-le dijimos que no había problema si quedaba en otra casa. No puedo creer que me haya mentido. ¿Por qué? ¿Por qué a mí?

-Ginny, lo mejor es que hablen con él. Seguro que así entienden por qué lo hizo. –le dije. – con Neville hablamos con él cuando fue seleccionado. Lo tranquilizamos, pero no creímos que les diría que había quedado en Gryffindor.

-Iré a hablar con Harry. Quiero que Al nos aclare esto, lo antes posible. Quédense aquí, voy a casa a buscar a Harry y necesitaré tu ayuda Anne. Permiso. – se fue del bar, en dirección a las chimeneas.

-¿Por qué lo habrá hecho?-se preguntó Hermione

-no lo sé.-respondí con algo de preocupación.

-cambiemos el tema. –Sugirió acomodándose en el asiento -¿Cómo estás tú?

-¿la verdad? No lo sé. Aun me cuesta superar las muertes de algunos cuantos.-confesé.

-Anne, deberías de dejarlos ir poco a poco. Sé que no es fácil, todos lo vivimos, pero es lo mejor.

-lo sé, pero...me cuesta. Además, apareció Draco en el medio...

-¿Qué?- me interrumpió. -¿Malfoy?

-sí.-suspiré-tiene un hijo y está casado. Además, la madre murió. –confesé

-¿Quién es la esposa?

-Greengrass

-¿Daphne? ¿No era tu amiga? ¿No era lesbiana?

como aquellos de 1995 || Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora