Fragile (ScotUK)

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Notas: !Hola que tal! Pues es de mis primeras veces aquí en Wattpad y decidí traer uno de mis últimos fanfics para poder compartir mi trabajo con más personas. Esta historia esta publicada en otros sitios de historias bajo los nicks de Lexington Rabdos y Mikael Mudou. No haré aclaraciones de ningun tipo en el resto de los capitulos. Solo aclaraé algunas cosas como los nombres y detallitos.

Aclaraciones- Lukas (Noruega) Mathias (Dinamarca) Vladimir (Rumania) Dimitri (Bulgaria) Scott (Escocia) Dylan (Gales) Ryan (Irlanda del norte) Bryan (Irlanda) Xiao (Hong Kong) Paulo (Portugal) Yaketerina (Ucrania) Govert (Paises bajos) Emma (Bulgaria) Andrei (Moldova) Y el resto de los personajes ya los conocen por sus nombres humanos. Cada capitulo lleva el nombre de la canción que lo inspiró, es por eso que se llama "Random"

Advertencias: Los capitulos no llevan un orden en especifico y estan variados en un lapso de tres años que dura la escuela preparatoria. Los capitulos se divien en la escena principal y la escena final. La historia va enfocada a la relacion de Arthur, Lukas y Vlad y su propia superación y madurez. ChibiRandom lo traeré en un fic aparte aunque en la otra pagina lo maneje junto.

Todo comentario y estrellita es eternamente agradecido. 

Fragile – Lacuna coil

"Él me está mirando. Qué pasará sí miro hacia otro lado y trato con ello (él me está mirando) Cavando en mi tumba (él me está mirando) No lo negaré (él me está mirando) Frágil. Mi bola de cristal (él me está mirando) Hecha añicos en el suelo."

Arthur solía pensar que tenía una suerte del demonio. Suerte que no le servía más que encontrar problemas que a su parecer, una persona de su edad no debía de sufrir. Quizá el acoso constante de su hermano mayor –Scott- no era del todo sano. ¡Pero qué más! Todos los hermanos son pesados, sobre todo cuanto ellos consideran que les has hecho algo mano. ¿Su error? Seguramente nacer. Siempre pasa. Se preguntaba infatigablemente porque Scott focalizaba toda su ira contra él y no contra los gemelos o Dylan. ¡Maldita su suerte.

Uno de sus mejores amigos, Lukas, le decía que solo debía de ser una etapa.

—¡Tú estás en el extremo contrario al mío! —Espetó el inglés con cierto rencor— Eres el hermano mayor, dime qué clase de motivación tienes como para hacerle la vida imposible a Emil.

—Es mi hermano —le respondió con su suave voz sin dejar de ver la revista entre sus manos.

—Eso no justifica nada.

—Lo hace —Lukas elevó por un segundo sus ojos azules y le escudriño, como quien se divierte ante la desgracia ajena— No me veas así. Solo dale lo que quiere.

—¡¿Y qué puede ser?!— Exclamó golpeando la mesa—Me ha robado mi dinero, mi tiempo, mis posesiones incluso libros ¡No le gustan los mismos géneros que a mí! ¿Qué puede querer?

—Atención.

—¿Atención?

—Cuando quiero llamar la atención de Emil suelo fastidiarlo. Es divertido —soltó con naturalidad, incluso Arthur creyó que no hablan del mismo tema—, posiblemente dentro de unos años, cuando crezca y se vaya de la casa no tenga a quien molestar.

—Lukas… a veces eres extraño…

—Es entretenido.

—Tu humor me desquicia.

Arthur tomó su montón de libros y dejó a su mejor amigo sumergido en esa revista de música que cargaba a todos lados. Le echó una última mirada como sí eso le ayudara a que él le diera una razón más coherente para poner en marcha en (mal) consejo que le había extendido como último recurso.

Al llegar a casa, aspiró el aroma a cigarrillo e hizo caso omiso a la alerta de que Scott había llegado de la Universidad. Era extraño. Poco usual.

—¡Estoy en casa! — exclamó por mera costumbre y al no recibir respuesta inmediata de su madre, supo que posiblemente estuviera en problemas. Sin mamá en el campo, el pequeño conejo estaba a merced del zorro.

Subió hasta su habitación, notando con falsa sorpresa que su habitación estaba abierta. Entró con miedo y se topó con la figura de su hermano mayor y de cómo echaba algunas cosas a su cama. Una bolsa que al caer en la suave superficie desparramo algunos libros y un peluche en forma de Unicornio. Arthur juró que Té negro se había perdido en una de esas limpiezas de primavera que su madre les obligaba a realizar rigurosamente. ¡Demonios!

Cruzó una efímera mirada con el mayor, tratando de hacer el mínimo contacto y dejar que hiciera lo que quisiera hasta que se fuera. El consejo de Lukas estaba fuera de lugar, él no tenía a Scott Kirkland como hermano mayor, así que Emil se podía considerar un chico muy afortunado al no pasar por los puños y la afilada mirada –como daga- del pelirrojo.

Scott lo escaneó de arriba abajo, y tras un breve silencio agregó

—Toma tus porquerías, ya no tengo dónde guardarlas.

El rubio no le quitó la mirada de encima. ¡Oh vaya! Le estaba devolviendo todo lo que le había quitado. Lástima que eso no haría que recuperara los infernales años en dónde siendo apenas un niño, lo empujaba del tobogán y le hacía caer a la arenilla.

No encontró una razón para aquel gesto de gentileza y Scott como todo un zorro, olió su inseguridad. Soltó una risa ronca tras darle una calada. Avanzó hasta él con sigilosos movimientos, asechándolo. Arthur esperó un golpe en cualquier momento, su cuerpo se tensó por mero instinto y sus puños se cerraron fuertemente.

—Me gusta como se ve ese collar —apuntó Scott dándole un pequeño toque al dije en forma de ala de mariposa—, se ve bien en ti— sus labios se curvado en una sonrisa que distaba de ser galante, había algo en ella que aterró al rubio. Trató de alejarlo pero la incertidumbre sobre el destino de su collar –que era valioso- lo alejó de todo acto de contradecir la palabra de su hermano. Éste se acercó a él y soltó el humo que retenía en sus pulmones directo en su rostro. Arthur cerró los ojos y tosió.

Bloddy hell! — exclamó pero para cuando Arthur quiso hacerle frente a Scott éste se había encerrado en su cuarto.

Random~ 

— What? Damn, you're right! —Espetó Vlad tratando de imitar el acento Inglés perfectamente marcado de su amigo—, esto es sobre obsesión.

—Vlad…— llamó Arthur desde el otro lado de la pantalla— vete al demonio.

Lukas estaba en videoconferencia con ellos y a la vez no, seguía hojeando esa revista.

—¿Sabes lo que significa que te echen el humo en la cara?

—Sí, seguro, que te vayas al demonio ¡Dije!

—Hombre, esa fue una seria indirecta. Yo sé que tu hermano está un poco loco, pero no creí que a ese grado— el de ojos rojos rio con ganas y dio una vuelta sobre su silla de escritorio. Arthur no había quitado su cara de pocos amigos—. Vaya forma de llama tu atención.

—Los odio, a los dos —espetó y alzó el libro para tapar la cámara.

—Arthur, eres tan frágil. Bromeo ¡Anda! Pásame la tarea de ciencias.

—¡Al demonio! — antes de cortar la llamada hizo un gesto obsceno con su dedo y se alejó del ordenador. Un poco de té antes de irse a la cama no era mala idea.

Hasta que encontró a Scott en la cocina haciéndose un bocadillo nocturno. Trató de ignorarlo como por tercera vez ese día y solo recibió un golpe en la cabeza.

Se iba a volver loco.

(Hetalia) Random: Magic TrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora