La noche caía en los santos, arropando la ciudad de frío y oscuridad. Un día más que había culminado con un código uno.
La mayoría de agentes ya habían realizado su respectivo 10-10 y se había marchado a casa, incluyendo al comisario greco y a los inspectores.
Los únicos que quedaban en comisaría eran los que tenían turno de noche y, por supuesto, El Superintendente Conway.Volkov aún no se había marchado, a pesar de que ya había pasado su turno, aún seguía en comisaría, ayudando en lo que hacía falta o eso es lo que parecía porque él realmente estaba esperando a su pareja.
Entre ellos las cosas no había cambiado demasiado, habían tenido muy pocos acercamientos. Bueno, en realidad los únicos acercamientos que tuvieron después de eso eran únicamente laborales, nada más. De alguna manera Volkov no estaba seguro si actuar imprudentemente aquella vez fue lo correcto o sólo fue un mal impulso. De lo único que estaba seguro es que no se arrepentiría nunca de haberse confesado aquella vez.
Aún debatiendo en el estacionamiento si ir a su despacho y decirle que le esperaba era buena idea. Volkov quedó pasmado al ver a su superior parado frente a él con su, muy propio de él, aire altivo.
Su cabello tan perfectamente peinado despeinándose levemente con el aire, vestía de traje, también llevaba una carabina en su espalda. Sus lentes oscuros cubriendo su mirada castaña. Esa mirada que ahora le costaba mantener cuando estaban a solas y él le miraba tan intensamente.
Estaba parado, justo en frente de él.
—Volkov— su voz sonó tan grave, y algo amable que su corazón se aceleró—, aún no te has ido —dijo aparentemente para si mismo.
—No, aún no— repitió, y quiso golpearse mentalmente— L-Le estaba esperando, a u-usted.
Conway asintió, y sin una pisca de burla dijo.
—:Espera un momento.
Esas fueron sus últimas palabras antes de dar la vuelta e irse a comisaría. Muy poco tiempo después, El Superintendente volvió, está vez sin la carabina que llevaba antes en su espalda. Al parecer solo fue a salir de servicio.
—Vámonos sube —dijo el mayor subiéndose a Putin, el vehículo de Volkov.
Él obedeció sin ninguna objeción.
—¿A dónde vamos? —preguntó Volkov, justo después de que Conway tomara el volante entre sus manos, y comenzara a manejar a un lugar en específico.
—A mi casa —contestó sin un ápice de sorna.
Volkov tragó saliva violentamente, y asintió, a pesar de que el mayor estaba mirando la carretera.
Recordaba los últimos acontecimientos en la casa del mayor. Claro que lo recordaba, perfectamente. En ese lugar había recibido su primer beso, y escuchar que iría a ese lugar de manera tan repentina le hacía morir de nervios.
A pesar de aparentar ser tan frío, era muy expresivo si hablaba de sentimientos. No expresivo de expresarlo a los demás, no; expresivo de sentirlo.
La música proveniente de la radio no ayudaba mucho, era música urbana, la música que él solía escuchar cuando estaba solo. Las letras no eran tan limpias, no ayudaba la ocasión.
Y el mayor batiendo un nuevo récord en soportar las música de Volkov, cambió la radio. Puso mala cara.
—No sé cómo escuchas esta puta mierda. —articuló con mala cara.
—Pero si está en mi coche—replicó, y Conway chasqueó la lengua.
Volkov suspiró.
Ese comentario se había llevado bastante tensión de parte suya durante el viaje.
Lo demás fue escuchar música Americana de los 80s hasta que llegaron a su destino. Había que aceptar que a Volkov le entro puro polvo en los oídos.
Al llegar a la casa ambos bajaron.
Al entrar todo seguía tal y como estaba la última vez que Volkov lo habia visitado. Lo único que esta vez su pudo ver a Ivadog en el suelo el cual se abalanzó contra Volkov.
—Ivadog —pronunció con una voz tan infantil, mientras acariciaba la mascota de su novio—, te extrañé —murmuró.
Y al levantarse con el perro en brazos se dió cuenta que el mayor lo observaba. Con la corbata deshecha y la pulcra camisa blanca desabotonada, sin lentes, y con un brillo en sus ojos para nada discreto.
No pudo evitar que le pareciera sexy tal escena.
—Voy a darme una ducha, tú otaku puedes hacer lo mismo, mariconeti. —informó y se acercó a su frente y dejó un fugar beso ahí, luego se dió la vuelta y se fue.
Volkov llevó una mano a su frente, justo donde los labios del mayor se pasaron y suspiró con dificultad, aún con Ivadog moviéndose entre sus brazos.
Habia besado su frente.Y lo había llamado maticoneti, pero eso no le quitó la emoción.
Lo había besado.
Sonrió, y dejó a Ivadog en el suelo, luego de acariciarlo. Se dirigió a las escaleras y eligió la ropa que quiso usar de su novio antes de darse una ducha también.
Fue el último en salir. Aún con los nervios a flor de piel, bajó las escaleras, y acomodó su cabello húmedo, gris. Conway ya estaba sentado en el sofá, pero este no tenía traje. Vestía una sudadera gris con mangas y un chándal azul, y su pelo también húmedo.
Dirigió su mirada también a la pizza, habia pedido pizza, al parecer. Se sentó en el sofá justó al lados de el, Conway dejó de mirar el televisor para mirar a el otaku.
El menor tomó un trozo de pizza y comió en silencio, algo sonrojado por la muestra de cariño del mayor. Tomó refresco y observó la película que el mayor habia elegido.
«Ahora que lo pienso detenidamente esto parece una cita» pensaba el menor, mientras comía con una diminuta sonrisa.
Pronto la casi medianoche había caído y Volkov había decidido que ya era hora de marcharse.
—Debería irme.
—Puedes quedarte, es muy tarde.
Volkov asintió no muy convencido.
—E-está bien —aceptó tímido—puedo dormir en la habitación de siempre. —sugirió.
—Mhm —contestó el mayor y lo tomó de la mano—Vamos a dormir.
El otaku lo siguió por las escaleras, y apagaron las luces. Al llegar a la habitación de Conway, este lo lanzó a su gran cama, y se le abalanzó encima abrazándolo por la cadera.
Él sabía que quizás esa era la única forma de que cediera, y estaba muy cansado para discutir eso con el.
—C-Conway —murmuró entre sus brazos.
El cuerpo de ambos estaba muy pegado, tanto que Volkov podía oler el olor del shampoo en el pelo de su pareja, se dejó embriagar por ese dulce olor, y cerró los ojos.
Sintió los labios del mayor volver a pegarse a su mejilla. Fue lo ultimo que recordó.
2:06 AM
Sacrificios por vaga.
Quisiera decir que tuve muchas
Cosas "importantes" que hacer
Pero no lo haré, solo he estado de Esperancita. Y hoy he dicho: Voy a akthualizar, y aquí estoy. Lo demás es, sI hay alguna falta queda para mañana o ya hoy más tarde.
Sayonara~
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Una bala por ti| Volkway
FanfictionDonde Volkov endulza la amarga vida de Conway. +18 •Sobre los personajes, no sobre los streamers. •Gay. •Fanfic; personajes prestados. •Soft.