Infame| Cuatro

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🍓🚬,strawberry,cigarettes

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Podría decirse que me concernía el espectáculo frente mío. Porque de forma desafortunada el desaventurado Ian había tenido la dicha de nacer en un pueblo con gente de mierda, y todo ello se veía reflejado en aquella escena donde todos actuaban como si nada hubiera pasado, como dictaminaran que él merecía esa desgracia.

Pasaba y percibía la situación como si todo ello fuera una costumbre, el pan de cada día por el cual uno consume, así era esto. 

Peor aún porque el docente que entro al aula ni si quiera se inmuto por lo qué había pasado, entonces sospeche que Ian era un humano despreciado por todos, pues las miradas me indicaban desdén, tal cual como cuando uno mira al diablo, para ellos Ian era el diablo.

Quien diría que todo eso era verdad. 

 Sorpresivamente, la clase empezó y finalizo, durante su inicio no podía dejar pasar tal vergüenza, no solo porque mi cuerpo y mis gestos le comunicaban mis duras penas sino también porque verlo ahí en su sitio tratando de quitarse la sangre que caía por su nariz me resultaba inquietante. La postura adolorada que obtenía me causaba una tremenda ansiedad, sus manos intentaban limpiarse el rostro de aquella suciedad llamado: Adrick, sin embargo, por más que se esforzara y fingiera que no le dolían los golpes, sus ojos lo delataban. 

Esas seis malditas horas (en las cual no pude ni acercarme a él porque mis dos mejores amigos me impregnaban con sus miradas) habían resultado las más lentas e incoloras. Mi corazón exigía el suyo, mi cuerpo necesitaba su contacto, mi calor pedía su consuelo, mi alma anhelaba escuchar su voz, pero nada de eso se me era concedido, porque en lo único en donde lo manifestaba eran en mis pensamientos. 

En aquel instante, disfrace mi acorazonada por una más dura impresión que se tiene de alguien cuando solo se lo conoce vagamente, actuaba como ellos, indiferente con la intención de no levantar sospechas, pese a que en realidad me estaba muriendo por dentro, no obstante, la premonición de Ian resulto todo menos errónea. 

Él sabía qué guardaba un remordimiento que era mío y excesivamente mío, sabía qué todo aquello me resultaba horroroso, pero algo en su mirada me gritaba un brillo genuino, como si muy en sus adentros me digiera qué era una interesada, como si me digiera qué era una doble cara, pues adentro sentía tristeza por él, pero que a mis afueras no era capaz de testificarlo porque tenía una reputación que mantener y cuidar, ocultaba mi acorazada por Ian, era una estúpida cobarde. 

Por eso mismo, como el destino hubiera sido relacionado en mi vida por arte de magia, intente contrarrestar ese pensamiento tan estricto que rondaba en mi mente en las últimas horas. Ni si quiera fue algo planeado, más bien era el resultado de mi culpa la que me llevaba actuar de aquella manera tan arrastrada, por ende, después de las clases me encontraba yendo tras él, de una manera antinatural pues estaba cubierta con una capucha, y esta era la oportunidad perfecta para intentar hablar con él, aunque últimamente me estaba evitando. 

Sin embargo, cuando intente prenunciar su nombre por encima del silencio, algo me detuvo. 

No sé si bien fue acto del destino lo que me llevo a descubrir unas de sus mil caras que tenía, o si fue acto propio de mi necesidad de intentar sacar los secretos que sabía no eran santos de ese dios llamado Ian. Juzgar a alguien es fácil, tu podrías juzgarme fácilmente y yo podría escuchar las certezas de tus palabras, lo escucharía, pero no me inmutaría por ello. ¿Por qué? porque mi gloria de mi acción me impediría sentir el dolor que intentas producirme con tus palabras. Quizá, para muchos, seguir a alguien a escondidas como lo estoy haciendo ahora acreditaba muchos perjuicios y críticas, pero para mí era como estar en la cima del cielo de las cuales ni tus críticas podrían bajarme, porque para mí, aquella acción repudiada tenía una justificación, y una de ellas es calmar la intensa necesidad de saber quién era Ian, calmar esa necesidad que se involucraba con lo prohibido y aquello no me generaba vergüenza si se trataba de calmar mis pensamientos tormentos. 

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